La reforma laboral de 2021 ha supuesto un impulso del empleo y un cambio en las condiciones laborales de la clase trabajadora, beneficiando especialmente a los colectivos más precarizados, como es el caso de las personas jóvenes.
Si analizamos los datos, en Castilla-La Mancha hemos pasado de 10.005 jóvenes desempleados en agosto 2022, a 9.404 en el mismo mes del año 2023, y a 9.011 en agosto de este año (últimos datos disponibles). A pesar de estos avances, la población joven sigue registrando una mayor precariedad en el empleo, con tasas de paro, temporalidad y parcialidad superiores a la media nacional.
La consecuencia de todo esto es la falta de unos ingresos estables y compatibles con la emancipación. Todo ello unido al incremento del precio de la vivienda y la falta de ésta, que se está registrando en los últimos años. En el caso de nuestra región, el precio de los alquileres ha subido un 27,2 por ciento de 2015 a 2022. Llegando a representar el 57 por ciento de los salarios de los jóvenes de Castilla-La Mancha.
El salario de los jóvenes no llega a representar ni tres cuartas partes del salario medio de la población en su conjunto. Siendo el salario medio de los trabajadores y trabajadoras menores de 30 años un 26,8 por ciento inferior a la media nacional.
Otro dato significativo, es que el 41,7 por ciento de los jóvenes no tienen capacidad de afrontar gastos imprevistos, y en 2022 una de cada 5 personas jóvenes estaba en riesgo de pobreza.
Por todo ello, UGT Castilla-La Mancha, pide avanzar en la subida de salarios, y trabajar para disminuir la parcialidad de los contratos, así como reforzar las políticas activas de empleo destinadas a los colectivos más vulnerables, como es el caso de los jóvenes.
Y en relación al problema de la vivienda con el que se encuentra toda la población, pero especialmente colectivos como el de los jóvenes, desde UGT piden que se amplie el parque público de viviendas, reforzando también la cobertura de ayudas como el bono joven de alquiler.