Corre tanto que hasta ella mismo se sorprende. Los títulos llegan y los reconocimientos se multiplican. Está claro que Alba Barambio es una de las jóvenes promesas de las carreras por montaña, con un brillante y prometedor futuro por delante. 
La joven, natural de Villalba de la Sierra, se proclamó recientemente subcampeona de España de Kilómetro Vertical en tierras riojanas. Es un título que «me hace mucha ilusión, pero que no me esperaba y que me sorprendió que acabara en el segundo puesto, ya que es la primera vez que competía en esta disciplina». Es «dura» porque se trata de subir constantemente, aunque parece que dará mucho de qué hablar en esta modalidad. Sus piernas vuelan. 

Alba, que también consiguió el mes pasado alzarse con el oro en el Campeonato de España Promesa en Línea Individual de Carreras por Montaña, reconoce que ahora mismo correr es «una satisfacción personal y una alegría». Y es que su principal objetivo no cambia, por lo que, desde que parte de la línea de meta, lo que más le preocupa es «disfrutar ante todo», sin pensar en medallas o trofeos, ya que lo que «más importa es llegar a la meta». 

El desempeño en el terreno le ha valido para ganarse un hueco con la Selección Española de Carreras de Montaña hasta el punto de que correrá en el Campeonato del Mundo en Montenegro. Tendrá dos citas por delante. La primera llegará el 28 de junio con la modalidad de Kilómetro Vertical y dos días después, lo hará en la de en Línea. La atleta, que forma parte del Rujamar Bike-Trail Team, recalca que el propósito es «disfrutar y dar lo mejor de mí» en esta cita mundial ante las mejores del planeta. No hay duda de que peleará como una jabata. 

La joven, que centra también sus esfuerzos en terminar la titulación de Magisterio de Educación Primaria, también logró en abril la medalla de plata para la Universidad de Castilla-La Mancha en el Campeonato de España Universitario de Carreras por Montaña. Es decir, en unos meses «he vivido una experiencia increíble y he ganado muchas medallas que para nada, de verdad, me esperaba». «Estoy flipando porque me ha venido todo muy de golpe», añade. 

Ahora, con una rutina de entreno de cinco días a la semana, la joven conquense prepara su participación en el Mundial con la misma humildad de siempre y con la convicción de dar su mejor versión. Ella aún no es consciente de sus pasos, pero está dejando una huella imborrable, con un futuro muy prometedor a sus 21 años de edad. Con trabajo y perseverancia, que son señas de identidad que lleva forjadas a fuego, volverá a ser noticia muy pronto.