El Monasterio de Uclés vivió durante este fin de semana unas jornadas únicas que arrancaron el viernes con la presentación del códice del Tumbo Menor de Castilla, conservado en los Archivos Estatales. De esta forma, el antiquísimo documento regresaba durante unos días al imponente edificio que fue su cuna. La ocasión lo merecía, pues el monasterio y toda la villa de Uclés está de celebración por el 850 aniversario de la donación de la Orden de Santiago, por parte del rey Alfonso VIII y Leonor de Castilla, de la villa y fortaleza de Uclés. Un hecho que durante la presentación de la exposición, la subdirectora general de Archivos Estatales, Ana María López, catalogó como «determinante» para la historia medieval de la península ibérica.
En este viaje en el tiempo se dieron lugar las distintas instituciones que velan por salvaguardar el patrimonio cultural y material de la villa. Este día, que todos coincidían al tildarlo de «grande y feliz», ya quedará marcado en la memoria colectiva de todos los vecinos, no solamente del pueblo, sino de toda la provincia. Un argumento sostenido tanto por el alcalde del municipio, José Luis Serrano, como por el presidente de la Diputación Provincial, Álvaro Martínez Chana. «Nunca hemos presumido de ser un territorio histórico y somos una parte fundamental de la historia medieval de España», señaló Chana emocionado al reconocer que Uclés «desborda historia» no sin antes agradecer la importante labor de la Fundación Fernando Núñez.
En el acto también se dieron cita importantes figuras del ámbito provincial y regional como el vicepresidente de la Junta, José Luis Martínez Guijarro; el rector de la Universidad regional, Julian Garde; o el obispo José María Yanguas. Todos ellos destacaron la relevancia de este día y el ejemplo que es el pueblo para la región.
Cuatro libros recogidos en el códice que reúnen textos sobre privilegios reales, documentos particulares y pertenecientes al clero en el que se encuentran algunos detalles destacables como una miniatura que supone la representación más antigua de la pareja real en sus respectivos tronos, o la lengua en la que está escrito, latín y castellano antiguo, que muestra un romance muy avanzado para mediados del siglo XIII.
«La memoria de un pueblo se plasma en un documento, es necesario conocer nuestro pasado para vivir nuestro presente», subrayó la subdirectora de Archivos como broche a un día memorable.