Diseño, versatilidad y sostenibilidad vienen a definir el futuro Centro Nacional de Estudios Penitenciarios (CNEP) de Cuenca, que se ubicará en una parcela de 14.500 metros cuadrados –la del antiguo colegio de San Julián– y que contará con tres edificios, que dispondrán de una superficie útil conjunta de 7.900 m2 y con capacidad para albergar simultáneamente a más de un millar de alumnos.
Y es que no sólo se aprovechará la estructura y exterior del antiguo colegio de San Julián para albergar el edificio docente, sino que, además, se contempla la instalación del máximo número de paneles fotovoltaicos, la climatización por aerotermia, la iluminación de bajo consumo, la colocación de detectores de presencia en zonas comunes, un programa informático de gestión de la iluminación que tenga en cuenta la luz natural en cada momento, la dotación de una envolvente del edificio lo más aislada posible y el aislamiento acústico de aulas y pasillos en el edificio principal, donde se impartirá la formación teórica a los funcionarios de prisiones.
Versatilidad. El complejo del futuro Centro Nacional de Estudios Penitenciarios cuenta con dos áreas bien diferencias, por un lado, el edificio docente, que se ubicará en el antiguo colegio de San Julián, junto a un nuevo auditorio, y, por otro, un edificio de simulación, donde los funcionarios podrán formarse de manera práctica sobre cuantas situaciones puedan darse en un centro penitenciario.
Simulación del futuro Centro Nacional de Estudios Penitenciarios. - Foto: Instituciones PenitenciariasEdificios todos ellos, donde la versatilidad tiene una marcada presencia con el objeto de sacar el máximo rendimiento a todo el espacio disponible. Así, por ejemplo, el edificio docente, que se ubicará en el antiguo colegio de San Julián, cuenta con cuatro plantas y dos de ellas –primera y segunda– dispondrán de seis aulas, con una capacidad total para 560 personas, que podrán cambiar de tamaño con arreglo a las necesidades de cada momento.
En concreto, cada una de estas salas podrá, además, dividirse en dos espacios, con el fin de adaptarse a las distintas necesidades formativas, y acoger, en ese caso, de manera simultánea a 480 personas. En las dos plantas inferiores, por su parte, se ubicarán un gimnasio, unos vestuarios, instalaciones, un cafetería, una mediateca-biblioteca y un área de estudio e investigación.
En esa misma edificación, estará ubicado el auditorio, de 500 plazas. Diseñado con el mismo concepto de versatilidad, dispondrá de mamparas móviles que permitirán transformar este espacio en tres salas: una de 250 plazas y las otras dos, con capacidad para albergar 125 cada una.
Simulación del futuro Centro Nacional de Estudios Penitenciarios. - Foto: Instituciones PenitenciariasEdificio de simulación. En cuanto al segundo edificio, de la misma altura, el de simulación, estará orientado a la formación de carácter práctico y reproducirá instalaciones de un centro penitenciario como galerías de celdas, áreas de control o patio para un aprendizaje integral de la gestión del día a día en una prisión, así como de las diferentes situaciones que puedan darse.
Un nuevo recurso que será «un referente internacional por su avanzada aplicación tecnológica», según afirmaba ayer en Cuenca la presidenta de la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (Siepse), Mercedes Gallizo.
Más al detalle, la planta baja emulará un centro penitenciario, donde los alumnos aprenderán los protocolos de seguridad, ingreso, identificación, cacheo, etc., así como el uso de la consola del puesto de control de un módulo residencial y todas las actividades relacionadas, desde la apertura de puertas del módulo y de las celdas, hasta la comunicación de interfonía entre celdas y puesto de control, pasando por la visualización de cámaras, entre otros.
Simulación del futuro Centro Nacional de Estudios Penitenciarios. - Foto: Instituciones PenitenciariasLa planta técnica facilitará que se suba por los patinillos de instalaciones y mostrará una gran riqueza de situaciones a través de un software, que acercará a los nuevos funcionarios a diversos escenarios que se pueden dar en un centro de control interior o torre.
La primera planta, por su parte, contará con una decena de celdas de diferentes tipos, de las que tres serán de módulo de régimen cerrado, cinco ordinarias y dos de sujeción mecánica. Junto a las celdas habrá un pasillo de 2,5 metros de ancho, como el del módulo de régimen cerrado, y el resto del pasillo de 5 metros como el del módulo residencia tipo.
La planta segunda, por último, permitirá a través del suelo de vidrio el visionado sobre las celdas de la planta inferior. Y, al igual que la primera planta, dispondrá de una aula espejo, de tal manera que el aprendizaje será doble, por un lado, se ensayará en un edificio que contiene espacios similares a un módulo residencial y, por otro, se podrá visualizar posteriormente.
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En definitiva, este recurso superará con creces al centro francés, que hasta ahora es el referente para nue