El Día Mundial de la Discapacidad, que se celebra hoy, es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la inclusión, la empatía y el apoyo a aquellos que, desde su infancia, enfrentan desafíos para desarrollarse en igualdad de condiciones. Este día invita a destacar las iniciativas que, como la de los centros de desarrollo infantil y atención temprana, son esenciales para garantizar que todos los niños, independientemente de sus dificultades, puedan tener acceso a una vida plena, autónoma y participativa, que no merecen menos.

El Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana de Tarancón, el cual pertenece al Ayuntamiento, ofrece un apoyo integral a niños de 0 a 6 años que presentan alteraciones en su desarrollo o están en riesgo de padecerlas. Noemí Orozco, presidenta y psicóloga del centro, apunta que «es un espacio preventivo donde se trabaja con niños que, aunque en un inicio puedan tener un retraso motor o en el desarrollo del lenguaje, tienen la oportunidad de corregir esas dificultades a través de una intervención temprana adecuada».

Cada año, el centro gestiona alrededor de cien casos, trabajando en conjunto con otros servicios sociales y de salud. Cdiat cuenta con profesionales en las áreas de terapia ocupacional, logopedia, fisioterapia, psicopedagogía y psicología, quienes se unen para ofrecer una atención transdisciplinar, evaluando a los niños en su entorno diario y proponiendo objetivos claros que se consensúan con las familias. «El 95% de los niños que atendemos no desarrollan una discapacidad, porque trabajamos para prevenir que esto ocurra, aunque la familia también tiene que poner en práctica lo aprendido aquí, y nosotros estamos para acompañarles en ese proceso», indica Orozco.

En el marco de la Semana de la Discapacidad, Cdiat es uno de los centros que participan en las actividades programadas en colaboración con el resto de instituciones, mostrando un compromiso firme con la comunidad, formando un Consejo de Discapacidad con el objetivo de eliminar las barreras interpuestas y promoviendo una sociedad inclusiva y sensibilizada. «Éste es un trabajo que tiene un impacto enorme, no solo para los niños, sino para las familias, que ven cómo sus hijos logran ser más independientes y participar en la sociedad», explica Orozco.

Es por esto que hay que poner en valor la labor de los centros de atención temprana, ya que no es solo una intervención terapéutica, sino una inversión de futuro, para que cada niño pueda tener una vida llena de oportunidades.

En este Día Mundial de la Discapacidad, es fundamental reconocer la labor de estos centros y su esfuerzo por transformar la vida de los más pequeños y conseguir que puedan superar todas las barreras que se encuentren por el camino y que puedan tener una participación plena dentro de la sociedad.