El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha asegurado que detrás de las protestas que se suceden desde las elecciones del pasado domingo hay "elementos de injerencia extranjera" y ha advertido de la posibilidad de que se extiendan también a la vecina Rusia.
Miles de personas han salido a las calles de todo el país para criticar los resultados de unos comicios en los que Lukashenko se habría impuesto con más del 80 por ciento de los votos, según la Comisión Electoral. La oposición ha puesto en duda este margen este margen y ha impugnado los resultados.
Lukashenko, que no ha dado muestras en estos días de hacer concesiones, ha abogado este sábado por comenzar a preparar la hoja de ruta del nuevo gobierno, en el que no prevé grandes cambios. En este sentido, ha defendido la necesidad de promover el crecimiento económico sin "humillarse" ante nadie, según la agencia BelTA.
El mandatario ha cuestionado las intenciones de quienes siguen saliendo a la calle, apelando a lo que hay "en el fondo". "Ya conocemos los manuales de las revoluciones de colores", ha dicho, en alusión a los nombres con los que suelen bautizarse este tipo de movilizaciones sociales.
"Ya han aparecido elementos de injerencia extranjera", ha añadido, sin entrar en más detalles. El Gobierno ruso también ha sugerido en estos últimos días que hay países influyendo en las movilizaciones de Bielorrusia, al tiempo que ha descartado cualquier intervención de Moscú.
Mensaje de los países bálticos
Las quejas de Lukashenko han coincidido con un mensaje conjunto de los primeros ministros de Estonia, Juri Ratas, Letonia, Krisjanis Karins, y Lituania, Saulius Skvernelis en el que los líderes bálticos han asegurado que las últimas elecciones "no fueron ni libres ni justas" y, por tanto, deberían repetirse. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ya planteó el viernes una petición similar.
Ratas, Karins y Skvernelis han expresado su "profunda preocupación" por la contención "violenta" de las manifestaciones pacíficas y por la "represión política" ejercida por las autoridades bielorrusas contra la oposición. En este sentido, han solicitado la liberación de "todos los presos políticos".
Los jefes de Gobierno de los países bálticos han instado a la UE a debatir "posibilidades" para imponer nuevas sanciones contra los funcionarios que sean "responsables de la violencia", al tiempo que ha llamado a encontrar vías para "dar más apoyo a la sociedad civil bielorrusa".
Los ministros de Exteriores de la UE ya acordaron el viernes lanzar el proceso técnico para adoptar sanciones contra Bielorrusia en una reunión extraordinaria celebrada por videoconferencia. Ahora será el Servicio de Acción Exterior el que trabaje en una lista de personas que serán objeto de las restricciones y, para ello, se usará el marco establecido con anteriores regímenes sancionadores al país.