Duro revés y castigo para un Conquense que cuajó un partido muy serio en su complicada visita al Pedro Escartín de Guadalajara para medirse al indiscutible líder. Los pupilos de Rober Gutiérrez, que disputaron un choque de tú a tú ante el mejor equipo del Grupo V de Segunda RFEF, acabaron con un mal sabor de boca tras ver encajar hasta dos tantos en el descuento, el primero de ellos, de nuevo, en un córner. Y es que las acciones a balón parado en contra están siendo un quebradero de cabeza durante todo el curso. Ya con el equipo lanzado al ataque en busca de la igualada, los morados consiguieron abrir aún más brecha en el electrónico con un segundo gol.
El encuentro comenzó con una emoción desbordante, gracias a dos equipos lanzados a adelantarse en el marcador. El derbi regional prometía de lo lindo y no defraudó en intensidad y en ocasiones. Así, el Conquense iba a ser quien llevara la batuta en los primeros lances, con acercamientos que cada vez tenían más peligro. Ya avisó primero Extebe con un lanzamiento desde fuera del área que se marchó desviado a córner y poco después, apenas unos minutos más tarde, Joan Monterde, tras aprovechar una asistencia sin querer de Antonio Fernández, mandó el balón al palo cuando estaba en el área pequeña libre de marca. Sin duda, la ocasión más clara y que cerca estuvo de poner en jaque a los morados.
Unos primeros compases muy animados, y como era de esperar, el Guadalajara, actual líder indiscutible del Grupo V de Segunda RFEF, reaccionó. Lo hizo con mucho peligro. Primero por medio de Neskes tras lanzar desde fuera del área y obligando a intervenir a Raúl Bernabéu. En la siguiente acción, los conquenses se quedaron con un nudo en la garganta al ver cómo el cuadro alcarreño se adelantaba en el marcador por medio de Cañizo, tras empujar a puerta un centro medido, aunque el colegiado invalidaba la acción por fuera de juego. El Guadalajara siguió insistiendo con un córner muy bien ejecutado, con un lanzamiento medido al primer palo para que Ablanque cediese atrás, buscando a un Julio Martínez, libre de marca, que lanzo a portería. El chut se marchó muy desviado cuando lo tenía a priori todo a placer. Poco a poco, los locales iban adueñándose del dominio del choque. Seguían insistiendo los morados en el emocionante derbi, tanto por un costado como por el otro, sin obviar el centro.
Una de las acciones más polémicas llego al filo del descanso. Cuando se pidió una falta a Pablo Olivares bastante clara que podría haber sido señalada y, por consiguiente, podría haber sido la segunda amarilla clara para Ablanque, lo que habría dejado al Conquense en superioridad numérica. Con ello, la Balompédica seguía bien colocada sin sufrir excesivamente mucho en la segunda parte del primer periodo, con una gran posición en el campo. Incluso intimidaba cuando podía. Antonio Fernández asustó con una volea con la zurda que se marchó por muy poco desviado del palo. El ariete manzanareño empaló un gran disparo tras un gran centro de Sergio Rodríguez. Sin más historia y con un Conquense muy valiente y serio, el colegiado mando a los protagonistas al vestuario.
Segunda parte. La segunda parte comenzó con un cambio previo por parte del técnico del Conquense, Rober Gutiérrez, que retiró a Etxebe, con tarjeta amarilla, para dar entrada a Luis Castillo. Una maniobra para evitar males mayores ante la posibilidad de jugar con uno menos. Así, el segundo periodo comenzó con la misma intensidad, la misma con la que el agua caía en el césped. El balón se paseaba de un área a otra, con un cuadro morado volcado para conseguir la victoria. Alcanzada la hora de partido, el técnico almeriense siguió dando oxígeno al equipo, con el relevo de Pablo Olivares para dar entrada al capitán, Héctor Rubio. A partir de ahí, la tónica se mantuvo. No obstante, llegaría la más clara para los locales, en las botas de Neskes con un disparo desde la frontal que se marchó lamiendo el poste. Acto seguido, Yuya Yoshimura, tras regatear a su marca, lanzó un zapatazo desde el costado que finalmente no encontró meta.
Lo que era cierto es que el cuadro alcarreño era quien intimidaba con más ahínco. Y vaya que si lo hacía. Krehl, que había entrado diez minutos antes, mandaba el balón al larguero. Una ocasión muy clara con un lanzamiento en el área pequeña que estuvo a punto de desequilibrar la balanza. El tiempo pasaba y el esfuerzo pesaba, en un partido donde la lluvia hacía mella. Rober Gutiérrez no dudaba en agitar el banquillo. Jairo Cárcaba entraba en el terreno de juego en lugar de Antonio Fernández para contar con pólvora renovada en el ataque.
La Balompédica conseguía aguantar, aunque cada vez estaba más replegada y metida atrás, obligada también por el ímpetu del Guadalajara en busca de la victoria. Cada vez la insistencia era mayor, hasta que se produjo el tanto local a través de un saque de esquina. Un centro medido, peinado en primera instancia desde el primer palo, acababa finalmente en el fondo de la red tras tocar entre un pelotón de jugadores. El tanto hizo estallar de júbilo al público y sentaba como un jarro de agua fría a los conquenses, que veían como, de nuevo, perdía un punto en los instantes finales. Y, de nuevo, en una acción a balón parado, el gran talón de Aquiles del curso. Para colmo, el cuadro alcarreño, con un Conquense lanzado al ataque, remató el partido con una gran vaselina de Krehl ante la salida de Raúl Bernabéu. Un dos a cero que no reflejaba lo visto en el partido, después de ver a un cuadro blanquinegro muy serio en el terreno de juego del Pedro Escartín.
Así, el Conquense regresa a casa de vacío tras dar la cara ante el líder y con el mal sabor de boca de haber acariciado un valioso punto. No queda otra que hacer borrón y cuenta nueva para pensar ya en el próximo partido, un nuevo derbi regional, esta vez ante el Talavera, segundo clasificado, en La Fuensanta.