La consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, se felicitó por el hecho de que este mismo jueves haya cristalizado la salida a consulta pública previa a la aprobación del proyecto de Real Decreto por el que se modifica el decreto que regula el acueducto Tajo-Segura, un punto de partida reclamado por el Gobierno de Castilla-La Mancha y ante el que ahora se espera que el Ministerio para la Transición Ecológica acelere los plazos para tener listas las nuevas normas después de verano.

En una entrevista con Europa Press, Gómez dijo que la consulta previa, sin documentación, es en todo caso para congratularse, ya que se trata del inicio del procedimiento para cambiar las reglas de explotación, si bien es un camino «largo» para lo que la región necesita.

Una consulta de 15 días que finaliza el 2 de mayo, tras lo que tendrá que venir un documento de alcance que tardará varios meses, texto elevado a borrador de real decreto ley, que conllevará procesos y consulta al Consejo Nacional del Agua y al Consejo de Estado para ser finalmente aprobado por Consejo de Ministros.

Un periplo «demasiado largo», pero que ya tiene su «pistoletazo de salida» y ahora «depende de la prisa que quiera darse el Estado», ya que podría estar un nuevo marco normativo después de verano.

Padilla reclama «unidad» a toda la sociedad para concluir con éxito el proceso

La Junta de Comunidades reclamó a toda la sociedad de Castilla-La Mancha, entre ellos a las fuerzas políticas, unidad para defender los intereses de la comunidad autónoma en materia de agua, con motivo de la apertura del plazo de la consulta pública para la modificación de las reglas del trasvase Tajo-Segura.

En declaraciones a los medios de comunicación en Añover de Tajo (Toledo), la consejera portavoz del Ejecutivo autonómico, Esther Padilla, ha hecho un llamamiento a toda la sociedad civil, a los ayuntamientos, las entidades públicas y privadas, la Universidad, la opinión científica y también a todas las fuerzas políticas para reclamar unidos «la defensa de los intereses de Castilla-La Mancha, la defensa de un río Tajo limpio, con un caudal suficiente» que permita que la región se desarrolle.