Arte sin muros

Manu Reina
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Lamosa Lab da vida al proyecto 'Expresión libre' para exponer en un año el talento de diez artistas a través de paneles publicitarios públicos

Arte sin muros - Foto: Manu Reina

Las ciudades respiran, cambian y evolucionan. Sus calles, muros y espacios abiertos cuentan historias que se reescriben cada día. En Cuenca, una iniciativa de arte contemporáneo busca transformar la ciudad en un museo efímero y accesible para todos: Expresión Libre, un proyecto expositivo promovido por Lamosa Lab. 

Desde su concepción, este proyecto se ha planteado como una respuesta a la falta de espacios alternativos para la exhibición artística en Cuenca. En un momento en el que las dinámicas culturales «están politizadas o inexistentes en ciudades medianas como la nuestra». Frente a ello, «decidimos salir a la calle y convertirla en un espacio de exhibición, interacción y debate», explica Daniel Raposo, coordinador de Lamosa Lab y uno de los impulsores del proyecto.

'Expresión Libre', que se desarrolla a lo largo de un año, contempla la participación de diez artistas con propuestas de carácter efímero, expuestas en los paneles de expresión libre distribuidos por la ciudad por el Ayuntamiento. Las obras, frágiles y vulnerables, son susceptibles de ser intervenidas, reemplazadas o incluso destruidas. «Sabemos que estamos trabajando con materiales efímeros y en un entorno donde las intervenciones del público son inevitables. Y eso es, precisamente, lo que buscamos: que el arte dialogue con la ciudad y con quienes la habitan», agrega Raposo.

El recorrido expositivo de 'Expresión Libre' comienza en la calle Colón. Desde allí, se extiende a cinco paneles distribuidos en distintos puntos estratégicos de la ciudad: la rotonda del Colegio de La Sagrada Familia, la rotonda del Hospital, la intersección entre las facultades de Bellas Artes y Trabajo Social, así como en la rotonda del Hospital al Alcampo y justo al final de la calle más emblemática del ocio nocturno. Cada mes, un nuevo artista interviene estos espacios, configurando una exposición temporal y colectiva.

Calendario. El calendario expositivo ha sido cuidadosamente fijado para incluir nombres de gran relevancia en el panorama artístico contemporáneo nacional. Desde Aída Gómez y Manuel Minch, quienes inauguraron el proyecto en febrero y marzo, hasta figuras de la talla de Santiago Sierra, previsto para cerrar el ciclo en febrero de 2026. Entre medias, artistas como Colectivo Democracia, Escif, Igor Rezola, Arantza Lauzirika, Rogelio López, María Alcaide, Abel Jaramillo y Elo Vega también formarán parte de esta cartografía artística urbana.

Uno de los elementos más interesantes de la iniciativa es su condición efímera. «Es una metáfora de la propia vida del artista y de la dificultad de permanecer en el mundo del arte», señala Álvaro Núñez, otro de los comisionados del proyecto. «No sabemos cuánto durará cada obra porque están en paneles publicitarios. Algunas podrán mantenerse varias semanas; otras, apenas unas horas o minutos, depende de los carteles que ponga la gente». Eso sí, «nos escapamos de cualquier control sobre su permanencia, y esa incertidumbre es parte del concepto», añade.

Verónica Moreno, también integrante del comisionado, resalta la reacción de los propios artistas ante la iniciativa. «Cuando contactamos con ellos, la respuesta fue unánime. Todos se mostraron entusiasmados con la idea de exponer en un contexto tan inusual y con una dimensión poética y política tan potente».

'Expresión Libre' no solo plantea una alternativa a los circuitos convencionales del arte, sino que también desafía la idea del museo como una institución cerrada y elitista. «Estamos llevando el museo a la calle, democratizando el acceso al arte y permitiendo que cualquier persona, sin importar su formación o interés previo en el arte contemporáneo, pueda interactuar con estas obras», enfatiza Raposo.

Además, esta iniciativa se posiciona como una alternativa autogestionada y libre de ataduras. «No tenemos financiamiento. No buscamos un beneficio económico. Nuestro reto es compartir y transformar el espacio público en un lienzo colectivo y disruptivo», recalca Núñez.

El impacto del proyecto ha sido inmediato. Tras un laborioso trabajo previo para colocar las obras, llevado a cabo por los tres comisionados, en cada inauguración, cada madrugada del viernes al sábado a las 00,10 horas, el público ha crecido. De las veinte personas que participaron en la primera exposición, se ha pasado a casi 40 en la segunda. «Cada vez son más los que se suman a este recorrido artístico y urbano. La ciudad está respondiendo y eso nos impulsa a seguir adelante», sentencia Moreno.

Este museo cambiará con el paso de los meses y sus obras serán diferentes, porque no solo se tratará de arte abstracto, sino que habrá más variantes. Su durabilidad dependerá de la acción humana porque cabe recordar que el soporte para exponer son espacios y paneles públicos publicitarios en vía pública.