Actualmente la sociedad parece estar sumergida en un ritmo de vida frenético e imparable, en el que las rutas que planteamos son meramente de origen y destino. Es en ese camino donde en muchas ocasiones suceden las cosas más singulares de la naturaleza o, quizá, esa calle por la que pasea, guarda rincones con una historia centenaria. Todos esos detalles que rodean constantemente el día a día son captados por personas como José Luis Doménech, un fotógrafo aficionado que en sus más de 80 años, dedicó gran parte de su vida a compaginar su trabajo en un banco con su mayor pasión, la fotografía. 

«Es una forma de plasmar y dejar guardadas las pequeñas cosas que suceden a nuestro alrededor y que pasan fugazmente», indica el protagonista de nuestra historia, que en sus 18.900 fotografías captó desde animales a paisajes, pasando por arquitectura e historia. «Para mí, estas capturas son como mis hijos», apunta José Luis que, con mucho cariño, conserva de forma minuciosamente clasificada, la multitud de capturas realizadas en diferentes rincones de la comarca, guardando un especial cariño a localidades alcarreñas como Brihuega, municipio natal de su madre, la poetisa Demetria Leal. 

De esta zona de Guadalajara almacena fotografías de más de 70 pueblos con los que inmortaliza las calles y costumbres de muchos municipios que actualmente sufren la sangría de la despoblación, confiando en que sus instantáneas sirvan para transmitir sus vivencias. «La fotografía capta la atención de la gente, engancha y cuenta una historia que sirve para mantener vivas las costumbres», señala el fotógrafo que, además, también escribió dos libros donde dejar constancia de estas obras y en las que pudo centrarse más después de su prejubilización: Cinco vidas en mi vida y Cinco pensamientos y actitudes en la sociedad.

Una de las miles de fotografías elaboradas por José Luis, donde muestra las costumbres de antaño en los pueblos. - Foto: J.L.D.

Imparable. Bajo la fiel compañía de su inseparable ayudante, su mujer Paca, Doménech asegura que seguirá «al pie del carrete» mientas pueda, sumergido ahora en una nueva aventura para dar más vistosidad a toda su obra. Confiesa que, aunque no es muy de escribir, lleva desde septiembre elaborando una serie de descripciones con las que «aportar enseñanzas» a la gente. En total, lleva 180 realizadas a las que quiere dar una salida como «altavoz de la historia de los pueblos». 

«Con estas fotografías se pueden realizar multitud de proyectos», asegura José Luis, que abre la posibilidad a poder publicarse «sin intención alguna de obtener algún beneficio económico». «Esto lo hago porque me apasiona, llevo décadas recorriendo con mi Nikon carreteras y municipios», afirma el incansable ante una devoción que vale más que mil palabras, y por la que seguirá apostando con el fin de seguir captando todo lo que el ojo común no es capaz de distinguir.