Casasimarro, uno de los puntales de la Manchuela conquense en muchos aspectos, tiene muy clara la hoja de ruta a seguir en materia turística, uno de los sectores clave para cualquier municipio de esta provincia, que recibe turistas a diestro y siniestro. Este enclave vive y siente la música como muy pocos pueblos del territorio conquense y eso, sumado a ese sello intangible, pero valiosísimo, de ser 'el pueblo de la guitarra', le confiere un aurea especial para centrar el tiro de su oferta. «Aquí viven y trabajan dos de los guitarreros más destacados del panorama nacional e incluso internacional», comenta el alcalde, Óscar Pinar, en alusión a Vicente Carrillo y Tomás Leal. «Sus guitarras», añade, «viajan hasta los últimos confines del mundo y algunos de los nombres propios más insignes han creado arte con ellas».
A eso hay que sumar la Escuela Municipal de Música y Danza, «todo un referente en la zona y ejemplo para muchos otros pueblos». Tanto es así que se cuentan con los dedos de una mano los niños de Casasimarro que no reciben formación en este centro, ya que el número de matrículas, curso tras curso, no ha dejado de crecer. Es más, de entre esas paredes han salido auténticos prodigios de la música y producciones más que interesantes en forma de musical.
Los casasimarreños tienen interiorizado este recurso formativo como una «joya única que debemos cuidar». Una joya, por cierto, que alcanzó su cénit en mayo del año pasado con la organización de un encuentro regional de escuelas de música, que atrajo hasta la localidad a unos 17 centros de toda Castilla-La Mancha.
Recreación del proyecto que se plantea en el paseo de La Cañada. - Foto: AyuntamientoGrandes proyectos. La tradición musical de Casasimarro viene de lejos y hunde sus raíces en la historia. Por ello, para honrar esa memoria, el Ayuntamiento ultima la colocación de una serie de monolitos dedicados a cada uno de los directores de orquesta que han interpretado el Concierto de Aranjuez en el municipio. El ambicioso e ilusionante proyecto contempla más de una docena de paneles informativos con la historia, la trayectoria y un grabado de cada uno de esos músicos. Su instalación está prevista en el paseo de La Cañada, una zona muy transitada por los casasimarreños. Los primeros monolitos de la serie se colocarán de forma casi inmediata.
Los luthier de Casasimarro ponen de relieve la «importancia capital» de la fabricación de la guitarra como eje dinamizador del turismo. Vicente Carrillo, Premio Nacional de Artesanía entre otros galardones, recalca que «la historia de Casasimarro en torno a la guitarra nos puede dar una proyección nacional e internacional». Es más, cree que «se pueden hacer cosas increíbles sobre este instrumento: festivales, mesas redondas, conferencias, conciertos...».
De la misma forma, Tomás Leal recuerda que la guitarra «es, de largo, lo más conocido del pueblo, cuando hablas de Casasimarro, automáticamente, se asocia a ella». En su opinión, «la clave sería contar con un pequeño museo o un espacio permanente donde se muestre cómo trabajamos y, sobre todo, se ensalce nuestra historia», ya que «sería una motivación más para ser visitados».