CCOO denuncia el "pésimo estado" de los autobuses urbanos

Redacción
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El sindicato apunta que "de los diez autobuses que tenemos, la mitad están pidiendo a gritos ir al taller con urgencia".

CCOO denuncia el "pésimo estado" de los autobuses urbanos - Foto: Reyes Martínez

La Sección Sindical de CCOO en la empresa Líneas Urbanas de Cuenca (LUC) denuncia "el pésimo estado" en que se encuentran varios de los vehículos con los que prestan a la ciudadanía conquense este servicio público. "De los diez autobuses que tenemos, la mitad están pidiendo a gritos ir al taller con urgencia. Toda la flota renquea, pero hay cinco -112, 113, 114, 115 y 123- que necesitan reparaciones importantes, si es que se pueden reparar; y otro más, el 116, que ya el verano pasado se quedó sin aire acondicionado, no parece sensato tenerlo en servicio un verano más en esas condiciones", explica Jesús S. Saiz, delegado de la sección sindical de CCOO en LUC-Cuenca.

En concreto, ha manifestado que los autobuses 112, 113 y 115 se bloquean de vez en cuando por un fallo en las centralitas; se paran en seco sin que el conductor pueda hacer nada por evitarlo. "Los pasajeros sufren la sacudida, los que están de pie corren el riesgo de caerse y pagan el susto llamándole de todo al conductor". "De momento, nadie ha denunciado, aunque puede ocurrir cualquier día que cualquier persona se de un golpe, o se caiga y se lesione", afirma, para agrehar que los fallos de las centralitas de esos mismos autobuses también afectan a los timbres de 'parada solicitada', que funcionan unas veces si y otras no.

Bajo su punto de vista, estos fallos no ocurren de vez en cuando, sino que son "una constante" en cada servicio de los buses 112, 113 y 115. "Los conductores de estos vehículos no dejan de recibir recriminaciones e insultos durante su jornada laboral, que es un 'vía crucis' de tensión, estrés, faltas de respeto e impotencia". A ello añade que estos mismos vehículos, y también el 123, tiene goteras, tanto en la zona de pasajeros como en el puesto de conducción. "El conductor tiene que adoptar posturas inverosímiles e incómodas para poder conducir evitando que le caiga la gotera", dice.

Afirma también que el autobús 114 no tiene calefacción, "los pasajeros y el propio conductor lo han sufrido en sus carnes este invierno, lo que provocó que en alguna ocasión que el conductor no pudiera seguir conduciendo". "Llevamos mucho tiempo escuchando anuncios sobre la inminente puesta en marcha de los autobuses eléctricos, que llevan desde septiembre del año pasado en las cocheras de Cuenca. No se explica que los tengamos ahí criando telarañas mientras seguimos prestando servicio con unos autobuses que están pidiendo a gritos ir al taller", abunda.