El sector funerario no deja de evolucionar en una constante adaptación a los cambios de la sociedad y de los gustos de los ciudadanos. En este escenario, se enmarca la tendencia generalizada en todo el país, cada vez más predominante, de optar por la incineración frente a la inhumación.
Algo de lo que no es ajena Cuenca, tal y como constatan dos empresas señeras en el sector en la provincia, como son Serfuconsa (Servicios Funerarios Conquenses) y Grupo Alborada, cuyos gerentes, Javier López y Ramón Huerta, respectivamente, coinciden en afirmar que las incineraciones no dejan de crecer en los últimos años, si bien las inhumaciones continúan siendo mayoritarias en los servicios funerarios contratados por los conquenses.
Y es que, a juicio del máximo responsable de Serfuconsa, esta fórmula sigue muy arraigada entre los conquenses, especialmente en aquellos de edad más avanzada, «con una mentalidad más tradicional».
Desde la pandemia, los conquenses se fijan cada vez más en el precio de los ataúdes. - Foto: Reyes MartínezEl gerente del Grupo Alborada precisa, en este sentido, que las cifras que manejan en su empresa apuntan a que en lo que llevamos de año las incineraciones se han incrementado en la provincia un 7% con respecto al mismo periodo de 2023, al pasar de representar el 17% de los servicios funerarios al 24%.
Sin embargo, este porcentaje en la capital no tiene nada que ver y, según señala Huerta, alcanza, incluso, el 50%, es decir, la mitad de los servicios prestados conllevan la incineración de la persona fallecida.
Menos fallecimientos. El sector funerario conquense acusa el descenso de fallecimientos que se viene registrando año tras año, desde el pico alcanzado en la pandemia.
Una tendencia a la baja generalizada en todo el país que se ha cifrado en el 6,3% y que en Cuenca ha experimentado una caída de mayor envergadura; en concreto, del 22,3%, al pasar de las 2.567 defunciones de 2022 a las 1.995 del pasado 2023, la cifra más baja en la provincia en lo que llevamos del siglo.
Esto se viene traduciendo, como es de esperar, en una disminución del volumen de los servicios funerarios en la provincia, tal y como corroboran ambos gerentes, a lo que se suma, según agrega López, «un sector con cada vez más competencia ante la apertura de numerosas salas velatorio por toda la provincia en los últimos años».
El sector funerario también observa una tendencia en la sociedad a no incluir ceremonia en los servicios funerarios. Aunque, eso sí, como subrayan tanto Huerta como López, las ceremonias religiosas continúan siendo mayoritarias en la provincia de Cuenca y, en menor medida, comienzan a darse sepelios sin ningún tipo de ceremonia.
No en vano, el gerente del Grupo Alborada matiza que mientras que a nivel nacional las ceremonias religiosas se incluyen en el 85% de los servicios funerarios, en Cuenca este porcentaje aumenta hasta el 95%.
Asimismo, desde Serfuconsa, su gerente pone el foco en otra tendencia de la sociedad actual, que consiste en el hecho de que «desde la pandemia, la gente ya no mira tanto la calidad del ataúd y se fija más en el precio».
Algo, como es de esperar, que se traslada a una reducción del coste de los servicios funerarios contratados, «y eso que Cuenca es una de las provincias del país donde los funerales son más económicos», añade.
Huerta, por su parte, llama la atención sobre la «singularidad» de Cuenca, al «ser la única provincia de la región, y creo que del país, en la que, ante una muerte judicial, la familia tiene que hacer frente a una cuota de 360 euros por el uso de la sala de autopsias; algo, a todas luces, injusto y que debería de retirarse».
Y, por último, subraya la apuesta del Grupo Alborada por eliminar la huella de carbono con la incorporación a finales de año o principios de 2025 de un segundo coche funerario con etiqueta cero.