Armonía de vientos

Manu Reina
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Cuenca Sax persigue sus sueños en «familia» desde hace más de una década y sale de las aulas para «conquistar los escenarios» en espectáculos, conciertos, exhibiciones y congresos

Armonía de vientos - Foto: Manu Reina

Es más que una agrupación musical. Son una «gran familia». Comparten la pasión por hacer sonar el saxofón a las mil maravillas. Lo hacen con un estilo propio y fresco. Además, es muy bonito ver cómo distintas generaciones conjugan a la perfección sobre el escenario. Cada uno sabe cuál es su rol, pero son conscientes de que tienen que ir siempre a una. Poseen un talento innato que quieren explotar no solo en el aula, sino también en cualquier evento para entusiasmar al respetado público. 
Esta es la idiosincrasia de los alumnos de saxofón de la Escuela Municipal de Música. A lo largo del curso, cada viernes, preparan sus audiciones para dar la nota, aunque sus habilidades se quedan pequeñas en clase. Por eso, «con el objetivo de poder hacer espectáculos o exhibiciones, así como asistir a congresos, se fundó Cuenca Sax», apunta la docente del centro y también directora de esta asociación, Miriam Castellanos.

Con ese cometido empezaron en 2011 y hasta la fecha, «hemos hecho muchos conciertos». Tienen facilidad para ello porque cuentan con un repertorio de 80 temas. Un abanico tan amplio, de diferentes temáticas, como para viajar por distintas tierras. Y es que no solo tocan en la capital, a través de la iniciativa Música en las Aulas del IES Santiago Grisolía o en el Festival de Otoño, entre otras, sino también en la provincia y fuera de España.  
Miriam Castellanos, que se deshace en elogios hacia sus alumnos y también compañeros de la asociación, incide en que «es una suerte poder dirigir a todos ellos» y ver «cómo progresan día a día». Incide en que «cada clase es entretenida y divertida».

También es «una oportunidad para ensayar y preparar los temas de nuestro repertorio». 
Cuenca Sax está compuesta actualmente por 17 integrantes, de los cuales 16 sostienen un saxofón y una de ellas marca el compás con la batería. Unos tienen más edad que otros, pero es solo un número porque cuando comienzan la interpretación no se percibe la diferencia. Es cierto que no todos tocan el mismo saxofón, puesto que ya el tamaño de unos y otros llama la atención. 

Armonía de vientosArmonía de vientos - Foto: Manu Reina

Miriam Castellanos explica que «tenemos cuatro tipos: alto, tenor, soprano y barítono». Estos dos últimos, bajo las riendas de dos personas. Luz López, que ejerce como presidenta de Cuenca Sax, es la encargada de tocar el soprano. El hecho de que sea solo ella en este apartado, «tiene su responsabilidad, a veces incluso demasiada», apunta entre risas. Aunque, después de más de una década y media en la materia, «se lleva muy bien». Luz recalca que lo más bonito de la asociación «es que todos nos llevamos genial y somos una gran familia». Un sentimiento que comparten por unanimidad. Y es que «muchos hemos crecido aquí», añade. Uno de los más pequeños es Christopher Ramírez. Su felicidad en el rostro lo evidencia todo. Tocar el saxofón alto «es como hacer algo que me gusta mucho». Lleva unos años y son suficientes para saber que es su instrumento «preferido».

Por su parte, Manuel Bascuñana no se separa nunca de su saxofón tenor. Y hay muchas razones de ello. Una de ellas, es que es un instrumento «con el que puedo expresar mis sentimientos sin tener que usar las palabras». Este joven, con bastante experiencia acumulada, subraya que cada concierto de Cuenca Sax siempre se hace con la intención de «transmitir a los demás lo que a nosotros nos emociona, que es la música». No hay duda de que, además, lo hacen «lo mejor posible».
Con la ilusión que desprende cada uno de los integrantes de esta asociación, es imposible que no consigan sus retos musicales. Tan solo es cuestión de tiempo verles de nuevo en acción sobre el escenario. ¡Qué suerte escucharles!