«Queremos que Uclés es Música sea un festival de referencia»

José Luis Enríquez
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El director del proyecto cultural del Monasterio de Uclés subraya la magia que se vive en el patio de este monasterio, que ya calienta motores para la segunda edición y que abrirá Miguel Poveda el día 22 de junio.

David Pérez, director del Proyecto Cultural Monasterio de Uclés - Foto: Cedida

Vivir el sueño de una noche de verano está más cerca de lo que parece. La respuesta está en Uclés, una población cargada de historia, que tiene en el festival Uclés es Música una invitación para soñar. Tras la brillante experiencia del año pasado, sus responsables están dispuestos a que esa mágica conexión que se produce en el impresionante patio barroco entre el público y los artistas se repita. Para ello, este verano acogerá en su segunda edición las actuaciones de Miguel Poveda, la bailaora Sara Baras y el tenor Javier Camarena.

Hace seis años, con la representación de Carmina Burana, comenzó una andadura de largo recorrido que ha llevado a Uclés a artistas de la talla del pianista italiano Ludovico Einaudi, el violinista Ara Malikian o la cantante portuguesa Dulce Pontes. 

David Pérez, director del Proyecto Cultural Monasterio de Uclés, subraya el incalculable valor que tiene «un escenario único», que fue la antigua sede de la Orden de Santiago, y deja claro que «no quieren ser un festival más porque la intención es que la programación sea anual». En ello, precisamente, se vuelca en cuerpo y alma, con el objetivo de hacer realidad el anhelo del presidente de la Fundación Fernando Núñez, que no es otro que hacer del Monasterio de Uclés «un centro de referencia en la comarca, la provincia, el país y, si hace falta en Europa».

David PérezDavid Pérez - Foto: Cedida¿Qué significa esta nueva edición de Uclés es Música?

Significa afianzar un festival cuando, sobre todo en verano, los festivales en España abundan. Queremos afianzarlo siempre desde el punto de vista de que el Monasterio de Uclés, como escenario, es único. Esa es nuestra filosofía. Lo que buscamos siempre es una conjunción entre el espacio, el artista y el público. Lo que ocurre en el monasterio es que todo se hace como más íntimo y el patio barroco ofrece un espacio maravilloso, donde los artistas se ven de otra manera. Además, otro objetivo es seguir creando nuestra seña de identidad, que Uclés es Música se convierta en un festival de referencia y que se sepa que se celebra en el Monasterio de Uclés.

¿Cómo se logra esa conexión con el público?

Básicamente, se logra entendiendo el espacio. Sabemos que tenemos entre manos una joya. Es una espacio simbólico y de representación desde el siglo XVI. La propia entrada es una fachada que representa el telón de un teatro. Hay que saber leer este espacio y trabajar todos los detalles, cuidándolos al extremo, para que el público sienta que está en un lugar especial. Cualquier persona que venga al patio del monasterio entenderá que es un espacio cuidado. Es algo que comenzamos hace seis años con Carmina Burana, que fue nuestro primer proyecto potente. Es un trabajo de comprender el sitio en el que estamos, una historia cargada de eventos con reyes como Carlos V y Felipe II como principales valedores. Estamos seguros de que el patio fue un lugar de representación.

¿Desde el punto de vista logístico es complicado?

Este festival implica también que hay que hacer un gran trabajo de logística porque en cada uno de los conciertos metemos a mil personas en un espacio y en un pueblo en el que no llegamos a 200. Estamos multiplicando por cinco la población. Desde el punto de vista logístico es algo bastante complicado. 

En el cartel de este año están Miguel Poveda, Sara Baras y el tenor Javier Camarena. ¿Por qué la apuesta por el flamenco, al menos en el caso de los dos primeros?

De alguna manera nos tenemos que afianzar en un estilo de festival que sea, utilizando un estilo de palabra que tiene la arquitectura, ecológico. Desde el año pasado entendimos que los sonidos que suenen, de alguna forma en el entorno en el que estamos, ya han podido sonar. Es verdad que el flamenco no es un arte que se identifique con La Mancha si no nos remontamos al siglo XII o XIII, por nuestra vinculación con los árabes. Hay una evolución y el flamenco no rechina. Es verdad que el patio es barroco, pero buscamos que los sonidos tengan que ver con el espacio. En el caso de la lírica, aunque parezca que no tiene que ver con el patio, no hay que olvidar que Calderón de la Barca era de la Orden de Santiago y fue el primer escritor que empezó a trabajar con la zarzuela culta. 

¿Y la lírica?

La evolución de la zarzuela y de los comienzos de la ópera en Monteverdi también creo que casan perfectamente. Además, la intención que tenemos desde la Fundación es empezar, en breve, con un ciclo lírico en otoño que desemboque, posiblemente, en la producción de una ópera para el Monasterio de Uclés. 

El festival Uclés es Música tiene otra parte, una cara B, que se celebra en las caballerizas y con protagonismo para las músicas emergentes. ¿En que consiste?

Sí, además de los tres artistas que actúan en el patio del Monasterio, hacemos un festival que llamamos emergentes y que se hace en las caballerizas. Es como un paso anterior, que va a músicas mucho más de raíz, mucho más ecológicas. El año pasado, por ejemplo tuvimos a Ana Alcaide, que hace música sefardí, o a Fetén Fetén, que hace música mucho más festiva y que es como una evolución del folk. Este año tenemos un campamento de folk internacional con treinta chavales de toda Europa que pasarán unos días en el monasterio para preparar un concierto. 

¿Qué es lo más complicado a la hora de programar artistas de primera línea?

En nuestro caso, con artistas de este nivel, que tienen cerrada la programación cerrada desde hace meses, lo más complicado es hacerles entender que un festival en un monasterio de un pueblo de 200 habitantes, no va a restar a su nombre, sino que va a sumar. Cuando se van, como sucedió el año pasado con Ludovico, Malikian y Dulce Pontes, los artistas se van felices porque se produce como una magia. Lo más complicado el año pasado fue contar con Ludovico, que tocaba en La Granja, y cambió Burgos por Uclés. Ahí está el mayor problema en un artista de este tipo, que llena donde vaya y puede elegir espacios más grandes. Lo difícil es hacerles entender que vienen a un sitio mágico. A partir de ahí, la imagen del monasterio está marcando un estilo y ya hay artistas que nos han pedido venir a tocar. 

¿Un festival de estas características es el sueño de una noche de verano?

Es muy bonito esto que dice y, además, le va muy bien a Uclés. De hecho, también tenemos la intención de hacer teatro porque tenemos la suerte de que el dramaturgo Eusebio Calonge se ha venido a vivir a Uclés. La verdad es que el espacio y lo que aquí ocurre, sí que responde a esa frase de la pregunta, el sueño de una noche de verano.

¿Qué le atrajo del proyecto Cultural Monasterio de Uclés? ¿Cómo surge?

Todo esto surge de un sueño, en este caso de Fernando Núñez, que es el presidente de la Fundación que lleva su nombre, y el presidente de la empresa gestora del monasterio. El pasa mucho tiempo en Uclés, su mujer es de aquí, y tiene mucho interés por el espectáculo, le gusta mucho la ópera y no se puede estar quieto. Además, yo me he dedicado toda la vida a la museografía, he trabajado en Cuenca en proyectos del Museo de la Ciencia, el Museo de la Semana Santa o el primero de Ars Natura. El caso es que me vine a Uclés y la conexión con Fernando vino a través de un regalo que le quería hacer a su mujer, que era una gala lírica. A partir de ahí hicimos una versión de Carmina Burana en el patio del monasterio y de ahí surgió un proyecto para el monasterio. A Fernando siempre le hablaba de la magia del espacio y de esas noches de verano mágicas. Nos liamos la manta a la cabeza y aquí estamos.

¿Con qué soporte cuentan?

Es verdad que tenemos un soporte económico, porque sino esto sería inviable completamente. Pero también estamos empezando a tener patrocinadores y gente interesada en el proyecto. Hay que trabajar muy duro. Un 80 por ciento del equipo que se encarga de la gestión y producción de estos festivales es gente de Uclés, y yo ya me considero de aquí. Esto facilita mucho las cosas. Ahora se está creando en Uclés un equipo muy potente que sería capaz de hacer un festival en cualquier lugar. Todo empezó por casualidad, pero ahora es absolutamente profesional.

¿Por qué las actividades culturales del monasterio están tan vinculadas a las estaciones?

Las estaciones del año se conectan con la agricultura. El día 14 de junio tenemos el Tumbo de Castilla, que es un cartulario del siglo XIII. Es un códice precioso que nos dejan durante 48 horas y estamos haciendo un video en el que se representa cómo recoge los documentos que establecieron la división en zonas, en parcelas, de esta comarca. Al fin y al cabo, vivimos en un entorno rural y se rigen por la agricultura. Por ejemplo, Lux in Tenebris es una cita de música mística y la Semana Santa está colocada de manera que hay un tránsito desde el invierno a la primavera, y eso se traduce en los campos. Nos pareció bien adoptar ese ciclo casi agrícola y desarrollar en verano acontecimientos más festivos. En otoño hacemos la gala lírica, que es algo que proviene de los trovadores. El invierno está más vinculado a la Navidad. Es una manera de agrupar la ingente cantidad de contenidos que generan la Orden de Santiago y el Monasterio de Uclés. 

¿Son conscientes de su gran aportación para que el llamado 'Escorial de La Mancha' se conozca más?

Esta era la intención clara de Fernando Núñez, que nítidamente desea que el Monasterio de Uclés sea un centro de referencia en la comarca, la provincia, el país y, si hace falta en Europa. Por supuesto, que trabajamos para esto. Tener un edificio de estas características, una historia que va unida a este edifico como es la de la Orden de Santiago, es como si hubiésemos encontrado una mina de oro. Se está generando mucha actividad en torno a Uclés. Por ejemplo, han crecido los establecimientos de hostelería, se están abriendo casas rurales y espacios gastronómicos. Es verdad que necesitaríamos más apoyo y un proyecto más global con la intervención de las administraciones. Es un proyecto tan grande que todavía no está definido en esas conexiones pero poco a poco se está viendo el resultado. Por dar un dato pequeño, todos los chavales entre 18 y veintipico años que hay en Uclés en verano están trabajando con nosotros, en un festival, en lo que significa montar un espectáculo en todas sus facetas.

¿Cuál es el grado de respuesta del público?

Este año lo tenemos que comprobar. Entendemos que habrá un público que venga de un entorno cercano que sí repetirá y creo que el boca a boca funcionará. El año pasado tuvimos gente de toda España, pero es evidente que eso lo traen los artistas. Ludovico, por ejemplo, tuvo gente que lo había visto en La Granja el viernes y se vino a Uclés el domingo. En Semana Santa sí que estamos empezando a notarlo y este año comprobaremos si vuelve gente que estuvo el año pasado. Esto sí que es una gran responsabilidad.

¿Dígame un buen motivo para acudir este verano a Uclés es Música?

Me dio antes el titular porque es el sueño de una noche de verano. Venir a Uclés a ver cualquiera de los artistas que se están proponiendo, en especial para el espacio principal del patio barroco, es venir a soñar durante casi dos horas. Nos pasó ya con Carmina Burana, y lo que allí ocurrió fue mágico y espectacular. Eso nos dio la dimensión de lo que significa venir. El monasterio tiene algo, una energía que se transforma en magia. El sueño de una noche de verano lo identifica perfectamente.  

Miguel Poveda, flamenco puro en el patio barroco

La segunda edición de Uclés es Música tiene un cartel de lujo. El sábado 22 de junio, a las 22, 00 horas Miguel Poveda mostrará el alma de su música, a través de las raíces del flamenco. Junto a Jesús Guerrero a la guitarra, traerán a la vida los clásicos textos del libro Poema del Cante Jondo de Federico García Lorca. La travesía del flamenco tendrá otra cita más en Uclés el día 6 de julio. En este caso, Sara Baras inundará el patio barroco del Monasterio con su arte. La bailaora presenta en el festival Vuela, un espectáculo compuesto por quince piezas que rinde homenaje al genio de Algeciras, Paco de Lucía. Este espectáculo invita a volar, siendo la única forma de elevarse de la mano de la música, el baile y los sentimientos. No menos prometedora será la noche del tenor Javier Camarena, que presentará un íntimo recital con acompañamiento de piano el sábado 20 de julio. Nacido en Veracruz, México, Javier Camarena, llena inmensos auditorios. Además, el otro escenario, en las caballerizas reunirá del 14 de agosto al 22 de agosto, músicas emergentes que surgen y reaparecen desde raíces centenarias.