Hostelería celebra el «positivo» inicio de los eventos

Leo Cortijo
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El sector contempla con «mucho optimismo y satisfacción» el despegue del periodo de bodas, bautizos y comuniones, y destaca que se mantienen los niveles de gasto

Hostelería celebra el «positivo» inicio de los eventos

No hay agenda que se les resista. Es difícil encontrar un calendario en cualquier hogar que no tenga señalado en rojo un día por encima del resto por tratarse de una fecha especial. Con una primavera que ahora reluce en todo su esplendor y con el mes de mayo a punto de bajar el telón, la temporada de los grandes eventos se encuentra en uno de sus momentos más álgidos. Bodas, bautizos y comuniones, principalmente, pero también otro tipo de celebraciones, 'inundan' los salones de infinidad de restaurantes y establecimientos hosteleros.

La particular radiografía que realiza la Agrupación de Hostelería y Turismo lo confirma. Hay «alegría y satisfacción» entre los empresarios del sector. Diego López, secretario de este colectivo, confirma a La Tribuna que el arranque de temporada ha sido «muy positivo». Y todo a pesar de los pesares que condicionan el contexto general. «Al final», argumenta, «son eventos únicos y muy especiales, y la gente no mira tanto el precio como en otro tipo de gastos que haces de forma más recurrente». Las tarifas, como ocurre en todos los sectores, se han incrementado, pero existe la mentalidad generalizada de que un día es un día y «lo único que importa es que el resultado final del evento sea el mejor, por encima del coste incluso».

López recuerda, además, que este tipo de celebraciones, especialmente las bodas y las comuniones, «han evolucionado mucho con el paso del tiempo» y ahora se han convertido en eventos que involucran a muchas otras 'patas' de la economía, y no solo a la hostelería y la restauración. «Ya es raro ir a una boda y no encontrar un photocall o un carrito de chucherías, o ir a una comunión y no tener la actuación en vivo de un mago o un castillo hinchable», detalla.

Este tipo de eventos, «que han crecido de forma clara», suponen una fuente de ingresos «muy determinante» para muchas empresas del sector porque «funcionan muy bien, tienen mucha demanda y, además, hay empresarios que se especializan únicamente en ello y hacen un trabajo extraordinario». Por eso, comenta con una sonrisa en la cara que «las fechas están cogidas desde hace tiempo y si no avisas con antelación te quedas sin espacio».

Casos prácticos. Un buen ejemplo de empresario de la restauración al que le sonríe la temporada de celebraciones es Miguel Escutia, chef de Raff San Pedro. Aunque el suyo no es un restaurante estrictamente pensado para la celebración de este tipo de citas, comenta que este año acogen, con más profusión que en ningún otro, bodas, bautizos y comuniones «más familiares», de en torno a 20 o 30 invitados. Además, explica que espera cerrar el año con una docena de eventos de este calibre y que eso supondrá «un 40 por ciento más» que el año pasado.

Escutia nota una «mayor alegría» en el cliente, que tampoco entra a debatir precios, aunque eso –reconoce– puede venir motivado porque él apuesta por un trato «familiar, cercano y accesible», y antes de que se lo pidan ajusta todo a las «necesidades» del cliente sin bajar un ápice de «calidad». «Lo importante es que todos estén contentos», remata, y es que gran parte de sus clientes en estos eventos «nos vienen porque un día vinieron a comer, les gustó mucho y ahora repiten».

En una línea muy similar se mueve Inmaculada López, gerente del restaurante Natura Bistró, que organiza comuniones, bodas... y hasta prebodas, «algo nuevo, es una fiesta donde vienen los invitados vestidos informales el día de antes». Esta empresaria explica que tienen «completos» muchos fines de semana de la temporada: «Mayo y junio están llenos, en julio para un poco y agosto y septiembre vuelven a retomar con intensidad». López explica que ahora la información es más «transparente» y que por eso «la gente sabe lo que quiere y no les importa gastar». Respecto al año pasado, reseña un incremento «de entre un 20 y un 30%».

Una temporada que cada vez se alarga más

De mayo a septiembre. Esos han sido, tradicionalmente y durante muchos años, los meses idóneos para la celebración de bodas, bautizos y comuniones, pero la verdad es que de un tiempo a esta parte, la temporada se alarga «cada vez más». Diego López, secretario de la Agrupación de Hostelería y Turismo, bromea con que «ahora hay bodas hasta en Navidad»... y la verdad es que no le falta mucha razón. La temporada, que abarcaba la primavera y el verano, se ha extendido con mucho peso en otoño y empieza a haber parejas que optan incluso por casarse en invierno. A juicio de López, «eso favorece al sector, que puede espaciar su demanda y no centralizar todo en un puñado de meses». Asimismo, «supone una fuente de ingresos continuados».