El futuro del Balonmano Cuenca es incierto. El club tiene que asumir «numerosos cambios» en los próximos meses y años después de acordarse la profesionalización de la Liga Asobal, que conlleva un incremento de gastos y obliga a disponer de mejores infraestructuras y servicios. El presidente, Isidoro Gómez Cavero, detalla la «complicada situación» que tiene el equipo y explica el trabajo que tiene por delante para adaptar a la entidad a las nuevas exigencias, aunque una parte de esa labor depende «del Ayuntamiento».
El acuerdo está cerrado. La Liga Asobal se profesionaliza. ¿De qué manera afecta al club?
El acuerdo es histórico. Pero, para mí, se tendría que haber hecho de forma más lenta y con un margen de cuatro o cinco años para que los clubes podamos adaptarnos. Es una cosa que se tenía que hacer, pero se ha hecho de manera muy rápida para los clubes que somos humildes. Tenemos que hacer un cambio radical en todo, tanto en la parte interna como en la externa.
¿Cuáles son esos cambios?
Hay que empezar por El Sargal. La pista tiene que contar con luces LED en el techo, que es algo propio que ya tienen la mayoría de pistas de España. El coste es de 90.000 euros y no vamos a asumirlo nosotros porque en esta pista juegan otros clubes. Si se rompen no podemos pagar esa cantidad cada año. En El Sargal debe haber además una cafetería para el público y otra para el personal de dirección de los clubes, así como para empresas e instituciones. Además, la profesionalización obliga a cambiar la estructura del pago a los jugadores. La normativa nueva conlleva una serie de cambios que hay que cumplir. Si se tiene que hacer de una forma inmediata es imposible. Si dan un tiempo, tal vez pueda ser. Es cierto que no hay plazo de momento. Tenemos próximamente una reunión en la sede de la Liga Asobal en Barcelona para tratar todos los temas.
¿Estos cambios también afectan a la forma de gestionar el club?
Así es, va a ser distinta. La única forma es pasar a Sociedad Anónima Deportiva. En eso estoy trabajando y en la última reunión que tuve con los socios dije que íbamos a buscar la fórmula. Pero no es tan fácil en una ciudad tan pequeña como Cuenca, donde no hay muchas empresas que puedan hacerse cargo del club. Es complicado. Llevo 30 años en el equipo y tengo experiencia en la competición. He advertido que la profesionalización otorgará una estructura mucho mayor, pero para ciudades pequeñas como la nuestra, es muy complicado. En mi opinión, este acuerdo beneficia a las grandes ciudades con pabellones que acogen a 3.000, 4.000 o 5.000 espectadores.
¿Ha hablado ya con alguna empresa para que asuma las riendas?
Sí. Tengo negociaciones con varias empresas, pero solamente negociaciones. El problema es que Cuenca tiene una pega muy grande [ironía], y es que debemos muy poco dinero, el club está saneado desde hace ya cuatro o cinco años. Llevamos las cosas muy bien y seremos de los pocos de España que tengan una contabilidad como la tenemos nosotros.
¿Le preocupa que el club pase de los socios a ser propiedad de una empresa?
Una sociedad se puede comprar y vender. Si el club pasa de ser una cosa de Cuenca a propiedad de una sociedad, que puede venderlo el día de mañana, me limita. Yo he hecho negociaciones, pero me limita el pensar que pudiera pasar. A mí me gustaría que siga siendo una cosa de Cuenca y que no se pueda vender, pero es un paso que tenemos que dar.
¿En qué medida afectará esta «histórica» decisión a la economía del club?
Yo me he dejado un dineral en estos 30 años que llevo en el club. Ahora a un jugador que contratas por dos años tan solo le pagas los meses de competición. Pero la profesionalización implica pagarle, en esos dos años de contrato, la totalidad de los meses, cuando todos sabemos que en balonmano no se juega durante cuatro o cinco meses. También se profesionalizará la parte médica y ello conlleva un gasto adicional importante. En definitiva, si contábamos la temporada pasada con 800.000 euros, cuando llegue la hora de profesionalizarnos, el presupuesto ascenderá a 1.300.000 euros, con las mismas cosas que tenemos. El incremento es de un tercio, contando con los mismos recursos.
Hablando de presupuesto, ¿qué salud tiene ahora mismo el club?
El equipo no tiene por ahora espónsor. No ha confirmado todavía Rebi que vaya a seguir siéndolo. Estamos a la espera de que nos conteste. Es cierto que tengo opciones en la recámara, pero estamos a la espera. Tengo que decir que este trabajo cansa y lo voy a asumir, aunque el año que viene tienen que cambiar muchas cosas. El Ayuntamiento todavía no nos ha pagado los 40.000 euros de subvenciones que deberíamos haber recibido la temporada pasada. Hemos tenido que adelantarlo nosotros de nuestro dinero. Además, hay que tener en cuenta que el presupuesto para la próxima campaña asciende en unos 100.000 euros por lo que pasaremos de 800.000 a 900.000, porque cuesta mucho dinero competir en Europa.
¿Corre peligro la supervivencia del equipo de balonmano de Cuenca?
Sí. Si no cumplimos con todos los cambios claro que corre peligro. Es que todo va a cambiar y nos van a exigir unas instalaciones y unos servicios para seguir jugando. Si no se hace, no podremos seguir jugando. El Ayuntamiento tiene hasta septiembre para instalar las luces LED, sino lo hace, no podremos jugar en la Liga Asobal. En Europa ya ni te cuento... En Europa nos dejan jugar por las buenas relaciones que tenemos, porque nos conocen y saben que somos serios, pero no contamos con las infraestructuras mínimas para jugar porque El Sargal se nos queda pequeño.
¿Es suficiente el apoyo económico que recibe el club?
No. En estos momentos, el Ayuntamiento todavía no nos ha pagado los 40.000 euros de subvención por esta temporada, tal y como te he dicho. Y estamos esperando todavía recibir ese dinero que hemos tenido que pagar por adelantado. La Diputación sí que ha subido la subvención para el club. Nosotros también hacemos muchas cosas para recaudar dinero. Además, las empresas privadas también nos aportan su apoyo. Pero a nosotros nos faltan infraestructuras para sacar más rendimiento. Si tu tienes un campo con 5.000 espectadores pues se pueden vender al menos 4.000 abonos... pero es que nosotros tenemos un campo de segunda o tercera.
¿Le gustaría que El Sargal pasara a ser de propiedad del club?
No. En esta pista juegan muchos equipos y nosotros somos un equipo más porque las instalaciones son del Ayuntamiento. Pero claro, la normativa que se va a poner va a exigir unas cosas que el Ayuntamiento va a tener que hacer para que podamos seguir jugando.
Quizás usted está pensando en uno nuevo... ¿en qué estado se encuentra el proyecto de la futura ciudad deportiva?
Estamos trabajando en ello. El diseño del pabellón lo he hecho yo mismo. Queremos que el proyecto sea una realidad en unos años.
Teniendo en cuenta que se avecina un futuro complicado, ¿en qué situación se encuentra usted?
Yo he dicho que dejaba el cargo porque estoy agotado. No puedo más. Mi idea es estar este año porque es un año difícil y vienen muchos cambios. Entonces entendía que una persona nueva, que no conozca esto, no sabría hacerlo. Por eso me he quedado este año, pero estoy cansado. Casi seguro que será mi última temporada. El problema es que cuando hablo con las empresas la única condición que ponen es que continúe yo. Llevo mucho tiempo, dinero y sacrificio. Es bonito, pero conlleva mucho trabajo. Cuenca tiene que ofrecer más si queremos tener un deporte de élite.
En cuanto a tema deportivo, ¿cómo valora los resultados de la campaña?
Lo que hemos conseguido este año no volverá a existir. El objetivo es que vuelva a existir, pero es que es muy difícil. Es imposible superar lo que hemos conseguido este año. Para mí hemos sido campeones de la liga, que es algo que tiene mucho valor porque somos uno de los clubes que menor presupuesto tiene. Eso sí, tenemos la mejor afición de España. No obstante, la ciudad no da más de sí y necesitamos un cambio muy importante.
Lidio Jiménez renueva por tres temporadas más, ¿qué importancia tiene para usted?
En el balonmano de Cuenca ha habido tres personas importantes. El primero es Zupo, que es sagrado. El segundo soy yo, y el tercero es Lidio. Desde el principio hemos estado aguantando la parte buena y la mala. Ha habido partes muy malas y cogí el club con más de 1.000.000 de euros de deuda. Con Cospedal nos quedamos sin subvenciones y Zupo tuvo que pagar de su bolsillo, al igual que todos para poder salir adelante. Lidio es mi hermano y lo quiero un montón. Para seguir aquí tengo que seguir con la gente que tengo, como mi hermano Roberto que trabaja en la gestión. En concreto, yo no estaría aquí si no estuviera Lidio porque comprendemos la estructura, el club y la ciudad. El día que cambie, cambiará todo.
¿Cómo valora la marcha de un jugador clave como Joaquim Nazaré?
Es una baja muy importante, pero estamos acostumbrados a estas cosas. Somos un equipo muy bien visto por todos los clubes porque aquí hacemos crecer a los jugadores. Nuestra estrategia es traer a jugadores con gran proyección que todavía no han explotado. Cuando despuntan llegan los grandes equipos y se los llevan. Nosotros no tenemos que cambiar, tenemos que seguir por el mismo camino. Nazaré es una gran baja, pero llegarán otros jugadores igual de buenos.
¿Habrá algún fichaje más además de los ya confirmados?
Sí. Uno por lo menos. Dos según hablemos Lidio y yo. Estamos trabajando en ello.
Para acabar, el equipo afronta una ilusionante campaña con participación histórica en Europa, ¿qué mensaje traslada al aficionado?
Les digo que disfruten este año y que viajen con nosotros porque puede ser el último. No digo que sea tal cual-, pero vamos a vivir el día a día porque lo que está por venir no se sabe. Es la verdad y es lo que tengo que decir porque vamos a afrontar un año especial y complicado.