Con la vista puesta en el otro lado del charco

Manu Reina
-

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos provoca un rotundo cambio de paradigma en el que Cuenca no es ajena

Con la vista puesta en el otro lado del charco - Foto: Reyes Martínez

Con una mirada al otro lado del charco. Jessica Candia y Courtney Botelho, naturales del estado norteamericano de Florida, residen actualmente en Cuenca porque ejercen como auxiliares de conversación en colegios de la capital. Aunque están a miles de kilómetros de casa, ambas siguen de cerca los acontecimientos políticos en Estados Unidos, especialmente tras la llegada de Donald Trump a la presidencia. En solo sus primeros días desde que tomara posesión, el paradigma ha cambiado por completo en la nación por la retirada y entrada en vigor de un gran número de decretos.

Sus opiniones, aunque coinciden en algunos puntos, reflejan la preocupación compartida por muchos estadounidenses en el extranjero. En concreto, Courtney Botelho explica que votó por correo en las elecciones en base a unas creencias ligadas a «políticas demócratas». Es decir, «no me gusta, ni voy a apoyar nunca a Donald Trump». De hecho, reconoce sentirse «un poco preocupada por el futuro del Gobierno». 

Botelho, auxiliar de conversación en el IES Alfonso VIII, es mujer y lesbiana. Teme por los próximos años que tendrá que vivir su país porque, en apenas unos días, «uno de los jueces de Donald Trump ya eliminó el aborto en mi área». En su caso, «no me siento muy feliz porque no sé cómo van a afectar sus decisiones a las personas homosexuales». De hecho, «me siento en peligro», subraya. Ahora espera que «más derechos humanos no estén en peligro». Es muy crítica a la hora de hablar de su actual presidente e incluso recalca que «debemos tener un poco de miedo, no solo los estadounidenses, sino también el resto del mundo». En un rayo de luz, a su juicio, Courtney confía en que «la mayoría de las acciones políticas en nombre de Trump sean para publicidad». 

Tampoco tiene una opinión nada positiva Jessica Candia sobre el carismático Donald Trump. Reconoce que no le gusta «nada» y reprocha que tenga «una actitud grotesca en la mayoría de sus intervenciones públicas». Esta auxiliar de conversación en el CEIP Isaac Albéniz critica que «personas de extremos, como es este caso, lleguen al poder».

En su caso personal, Jessica Candia lamenta cómo a partir de ahora se va a perseguir a la gente que ha tenido que emigrar. Ella, de padres cubanos y abuelos españoles, nació en territorio estadounidense. Al nacer allí, obtuvo la nacionalidad de inmediato. Pero ahora, con Donald Trump, se «ha acabado esa medida». Jessica, que quiere echar raíces en Cuenca, ve a su país desde la distancia y confía en que «pase todo rápido».

Al igual que estas jóvenes, muchas son las personas que miran con recelo cada paso de Donald Trump. Y es que sus políticas están generando el riesgo de retrocesos en derechos que antes se consideraban firmemente establecidos como logros sociales.