Las tradiciones están para cumplirse, y si son autóctonas, no hay festividad, por muy internacional que sea, que pueda impedirlo, aunque si puedes fusionar ambas, la cosa puede quedar realmente interesante.
El Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, Agricultura y Sostenibilidad, organiza por segundo año consecutivo y tras el éxito conseguido el anterior, el día de las ánimas, dedicado a niños y adultos, y para ello, los huertos urbanos situados frente a la estación de tren se está engalanando, gracias al trabajo de Ana Belén Rubiato, técnico medioambiental. «Queremos que los niños vean que hay productos comestibles que vienen del huerto y la naturaleza y no solo se pueden encontrar en el supermercado».
Y viendo las fechas en las que estamos, qué mejor producto que las calabazas, típicas de Halloween, para que los pequeños se familiaricen con la naturaleza. Por ello, este año, los asistentes encontrarán un total de 150 calabazas repartidas por las 40 parcelas de los huertos urbanos para poder recogerlas y decorarlas con motivo de la terrorífica y popular fiesta americana.
«Queremos combinar ambas celebraciones, y por ello buscamos incentivar a los asistentes que vengan disfrazados con temática de terror con la invitación a un chocolate con churros», explica Rubiato.
Una cofradía peculiar
Los conocidos como anímeros fueron los miembros de la Cofradía de las Ánimas que tuvo vigencia durante el siglo pasado y nada tenía que envidiar a aquellos que salen en busca del famoso Truco o Trato característico de esta festividad. La diferencia es que los víveres obtenidos se subastaban posteriormente y con ello se pagaban los entierros de los miembros que fallecían.
Aunque ahora lo que queda de esta cofradía es el recuerdo, y seguro que los estómagos de los niños prefieren deleitarse con un rico chocolate caliente junto a unos deliciosos y apetecibles churros.