Optimismo y resignación se entremezclan en el seno de la comunidad de las Concepcionistas Franciscanas de la Puerta de Valencia de la capital conquense, al ver con «satisfacción y alegría» cómo ya han comenzado los primeros trabajos para recuperar la iglesia de su convento, tras el ataque incendiario perpetrado el pasado 3 de mayo, aunque conscientes de que «esto es algo que irá lento» y, por lo tanto, «aún queda mucho por hacer», tal y como señala a La Tribuna la hermana Inmaculada Fernández, superiora del convento.
Y es que desde finales de mayo, se están acometiendo estas primeras labores, que se han centrado, en un primer momento, en el desmontaje de la sillería y el pavimento del coro alto, a la entrada del templo, con el fin de dejar al descubierto las vigas de madera para que los técnicos puedan comprobar el alcance de los daños, ya que las llamas se cebaron especialmente con la bóveda del bajocoro.
Labores que se han acompañado con la retirada del templo tanto de los bancos e imágenes como de los distintos enseres para, así, facilitar los trabajos de limpieza del interior, donde el humo ha hecho mella en todas y cada una de las superficies.
La restauradora Mar Brox realiza un primer análisis del estado de la portada. - Foto: Miguel A. RamónNo en vano, a lo largo de la semana pasada una empresa especializada comenzaba a acometer con aspiradoras industriales la limpieza exhaustiva de paredes y suelo. Aunque, a juicio de la superiora, lo más probable es que haya que pintar de nuevo; y eso que «acabábamos de hacerlo justo antes de Semana Santa, el Viernes de Dolores».
Asimismo, ya se han realizado algunos trabajos de saneamiento en el revestimiento de la bóveda del bajocoro, que, además, se ha apuntalado por precaución, dejando al descubierto la mampostería, que presenta una notable grieta, que también deberán analizar los técnicos.
Portada. Pero eso no ha sido todo, puesto que la restauradora Mar Brox se personaba el viernes en esta iglesia conventual del siglo XVIII, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 2001, para llevar a cabo un primer análisis del alcance de los daños en su portada plateresca del siglo XVI.
En este primer análisis, la restauradora ha confirmado que los desperfectos por el fuego se concentran especialmente en la parte izquierda de la portada, donde, además del ennegrecido de la piedra, «las partes salientes y las más delicadas de la labra son las que más han sufrido, hasta el punto de que con las altas temperaturas algunas se han desquebrajado y estaban a punto de desprenderse».
La restauradora Mar Brox realiza un primer análisis del estado de la portada. - Foto: Miguel A. RamónDe ahí, que, en una primera fase, se vayan a recuperar estos fragmentos para consolidarlos y volver a fijarlos; algo que prevé concluir este mismo mes, para después acometer una segunda fase con el fin de restaurar íntegramente la portada, incluso la zona no afectada por las llamas, si bien para ésta no hay plazos.
Entre tanto, las Concepcionistas ya han cursado la solicitud a una línea de ayudas del Consorcio de la Ciudad de Cuenca para financiar estas obras, que también contemplarán la restauración de las dos puertas de entrada al templo, que quedaron muy dañadas por el fuego.