La organización agraria Asaja Cuenca ha recogido la gran preocupación que hay entre los ganaderos de la provincia sobre la situación de la viruela ovina y caprina. Los afectados han trasladado su desconcierto después de la reunión que mantuvieron ayer en San Clemente con responsables de la Consejería de Agricultura. Según explican los ganaderos, lejos de tranquilizarlos, la reunión generó más incertidumbre ya que no se dieron respuestas a las cuestiones que trasladaron a los responsables de la Consejería".
Los ganaderos lamentaron lo que consideraron "falta de comunicación" por parte de la Consejería, que desde que se conocieron los primeros focos, hace ya unos meses, no se han puesto en contacto con los ganaderos, ni han dado información ni se han desplazado a las zonas afectadas para interesarse. Según su testimonio, la reunión llega muy tarde y sin información clara sobre cómo se está actuando. Consideran los ganaderos que la Consejería de Agricultura no está poniendo las medidas necesarias para acotar las zonas afectadas, "no hacen ningún tipo de seguimiento de todo lo que hay que destruir como por ejemplo puede ser las basuras o los piensos". Indica uno de los ganaderos asistentes a la reunión, que considera que la Consejería ha actuado "tarde y mal" y añade que la normativa actual "va a hundir la cabaña manchega si no se reacciona rápido".
En cuanto a las indemnizaciones, los ganaderos consideran que son totalmente insuficientes y que no cubren los gravísimos daños a los que se enfrentan cuando tienen que sacrificar al 100 por cien de sus animales. Además reclaman que los ganaderos que están afectados por las restricciones por estar cerca de las zonas con viruela, están sufriendo graves perjuicios ya que no pueden comercializar sus productos con normalidad, los mataderos les pagan menos por animal al estar en "zona peligrosa" y no pueden aprovechar los pastos, con el consiguiente incremento en los costes para alimentar sus animales.
Propuestas. Asaja Cuenca urge a la Consejería de Agricultura a que tome medidas para reconducir la situación cuanto antes y evitar más perjuicios a los ganaderos, a los trabajadores de las explotaciones y a otras industrias que dependen de la carne y la leche que producen. Reclama la organización agraria que se actúe de forma coordinada, con transparencia e información y confía que la Consejería de Agricultura cuente con todas las partes afectadas y no de forma aislada con cada uno de ellas porque de este modo sólo se consigue "dividir al sector y ése no es el mejor camino".
Nuestra organización agraria trasladaba a la Consejería de Agricultura un programa de actuación con propuestas como el establecimiento de indemnizaciones que se adecúen a las pérdidas reales cuando se sacrifican el 100 por cien de los animales de una explotación, un plan de mejora genética para que los ganaderos recuperen cuanto antes su nivel productivo, medidas de apoyo para evitar despidos en estas explotaciones que son las que más puestos de trabajo generan, mecanismos financieros para que los ganaderos con créditos comprometidos puedan hacer frente a los pagos y un apoyo económico adicional que se extienda hasta que los afectados recuperen la capacidad productiva que han perdido y que tardará en llegar.