La apertura generalizada de las piscinas públicas y privadas, así como el aumento de la actividad acuática en playas, ríos y pantanos ofrece la posibilidad de refrescarse en verano. Sin embargo, hay riesgos que conviene tener en cuenta para que un refrescante baño no acabe mal. 

Por este motivo, cada verano la Federación de Asociaciones de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos (Aspaym), el Hospital Nacional de Parapléjicos, la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física, Cruz Roja y la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo ponen en marcha una campaña co el fin de  insistir a la sociedad en el mensaje de prudencia como la medida preventiva más eficaz que evite consecuencias indeseables, como una lesión medular. 

La campaña de este año lleva el eslogan de Con cabeza sí, de cabeza no y tiene como objetivo incidir en que las zambullidas en agua poco profundas o desconocidas son una de las principales causas de lesiones medulares. «Que no se tiren de cabeza, que usen la cabeza para pensar», es el mensaje que transmite Jose Luis Mota, presidente de Aspaym Cuenca, siempre implicado en las campañas y acciones formativas para reducir las lesiones medulares. En este caso, Mota asegura que a través de las charlas que ofrece a lo largo del año en los centros educativos junto al responsable de la Dirección General de Tráfico, entre otros, percibe que cada vez el mensaje va llegando más. «Siento en los colegios que los chicos van tomando conciencia para evitar las zambullidas peligrosas, como tirarse de bomba y otras».

Cada año se registran ingresos por zambullidas en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, en concreto, el año pasado fueron siete por este motivo, en un rango de edad entre 15 y 44 años, aunque ninguna con origen en la provincia de Cuenca. 

consejos. Para evitar riesgos los expertos recomiendan no zambullirse en aguas de las que no conocen la profundidad, entrar en el agua de forma cauta, mantener una supervisión adecuada de niños y adolescentes por un adulto, evitar el alcohol, porque reduce la capacidad de juicio y aumenta el riesgo de tomar decisiones peligrosas; y asegurarse de que haya señalización clara sobre las áreas seguras para zambullirse y educar a los participantes sobre los riesgos.