Después de las tradicionales vacaciones veraniegas o un descanso prolongado de varias semanas o meses, la vuelta a la rutina puede ser todo un desafío. Madrugar, volver a las responsabilidades laborales, retomar los hábitos saludables, comenzar el nuevo curso escolar, acudir al gimnasio e incluso enfrentarse al estrés diario puede resultar abrumador para muchos.
El mes de septiembre es, casi siempre, sinónimo de volver a la realidad. Atrás quedan los días de descanso, sin apenas preocupaciones y con largas jornadas para disfrutar. Y es que, lo bueno, siempre se acaba. Pero no queda otra que afrontarlo con optimismo, para superar la tan temida cuesta y retomar la normalidad. Cada maestrillo tiene su librillo, y cada uno intenta adaptarse y aclimatarse de una u otra forma. Pero no existen milagros ni pócimas secretas. Más bien, saber llevarlo.
El propietario de Solera Cuenca, Diego Lumbreras, señala que «no hay secretos» y resalta que, sobre todo, «es fundamental volver a la rutina con tranquilidad para que no se nos haga cuesta arriba, especialmente durante los primeros días». El verano está a punto de esfumarse y «ahora empezamos la verdadera rutina, con el día a día, que esperamos hacerla bien y sin contratiempos». Por su parte, Angelita Moya, cocinera del restaurante La Venta, afirma que la clave radica en «que te guste el trabajo que desempeñas». Ya que «ayuda mucho, porque no se te hace tan pesado, sino que se trata de recuperar la normalidad y en unos días vuelves a estar como antes de marcharte de vacaciones». «Al principio, puede costarte un poco más, pero pasados unos días, estás de nuevo acomodado».
En este sentido, Javier Cantero, propietario de Javier Peluqueros, incide en que «es fundamental que te guste tu trabajo» y subraya que es «muy importante no tener ansiedad ni por coger vacaciones, ni por volver al trabajo». Al fin y al cabo, «es una tarea que tenemos cada uno y es también una responsabilidad con nuestro puesto de trabajo, por lo que no queda otra», añade. Javier desvela, además, que durante el verano, especialmente el pasado agosto, «ha habido mucho trabajo y ahora en septiembre mantendremos la dinámica, por lo que es mejor tener paciencia».
La rutina no se adquiere de «un día para otro, sino poco a poco». Roberto Rodríguez explica que «la vuelta al trabajo, después de las vacaciones, es duro hasta que coges el ritmo». «Cuesta bastante», añade. En este caso, este joven detalla que «el primer día empiezo como si fuera normal, pero estoy más cansado de lo normal, aunque pienso en coger la rutina cuanto antes». No obstante, «yo acabo de llegar y ya me quiero ir», expresa entre risas. Aunque para eso tendrá que esperar a su calendario laboral para volver a disfrutar de un merecido descanso. Tampoco ayuda vivir de forma frenética tanto la Feria y Fiestas de San Julián o San Mateo porque los estragos pasan finalmente factura.
«Paciencia y tranquilidad». Por su parte, Pedro Inglés se manifiesta en la misma línea y apunta que el mejor consejo es «tener paciencia y tranquilidad», ya que es «lo que toca, nuestro día a día». Esa es la filosofía que hay que seguir para que, «no se te haga cuesta arriba septiembre».
Después de días de desconexión, relajación y libertad, enfrentarse nuevamente al trabajo, los horarios y las responsabilidades puede ser desalentador. Sin embargo, encarar la vuelta a la rutina de manera positiva y estratégica puede hacer que la transición sea mucho más llevadera.