Duelen las manos de tanto aplaudir a un Conquense que está marcando registros históricos a base de trabajo, perseverancia y, especialmente, porque ha levantado un auténtico muro en defensa. Es casi imposible romper el cerrojo y materializar un tanto para los adversarios. Si no encajas es difícil perder, pensarán muchos. Pues eso es lo que le ocurre a la Balompédica en esta temporada, donde aún se mantiene invicta tras 15 jornadas disputadas hasta la fecha. Es el único club a nivel nacional, junto al Unión Sur Yaiza y CD Coria, que aún no conoce el sabor amargo de la derrota.
El entrenador, Rober Gutiérrez, señala que es un registro «espectacular que habla muy bien de todos los futbolistas y del trabajo que están haciendo», aunque no se debe quedar ahí porque «esa es la línea a seguir». Que aún no conozcan la derrota se debe en gran parte a que el equipo consigue mantener a cero su portería. De hecho, desde que el técnico asumió las riendas del banquillo blanquinegro, el Conquense no ha encajado gol en 30 de los 45 partidos disputados. Gutiérrez subraya que «es un dato increíble, gracias al buen trabajo de muchas personas, especialmente de los jugadores». El técnico almeriense agradece «a todas las personas que han contribuido a ello» en esta temporada y media que lleva al mando del equipo.
El Conquense se sitúa en estos momentos en segunda posición con tan solo un punto menos que el líder. La situación es bastante positiva e ilusionante para el aficionado, que es consciente de que su equipo no ha encajado gol en nueve de los 15 partidos que se han disputado hasta la fecha en este curso. Además, el balance de encajar es bastante bajo, porque el equipo solo ha visto celebrar gol al contrario en solo seis ocasiones. Estos registros hacen que Rober Gutiérrez se siente «muy orgulloso de ser el entrenador de la Balompédica y de firmar estos datos aquí, que son registros que te acercan al objetivo».
Secreto. Que el equipo alcance estos números no son por puro azar, todo lo contrario. El técnico almeriense desvela que la clave es que «somos un gran bloque donde los once futbolistas tienen un sentimiento de arraigo y pertenencia, donde cada uno siente el balón como si fuera el último». Además, Rober Gutiérrez asegura que a sus jugadores les hace «partícipes de que los equipos campeones se basan sobre todo en una buena defensa y en ser sólidos».
Llegados a este punto, el cuadro blanquinegro afronta sus dos últimos partidos antes de llegar al ecuador de la temporada con optimismo y con la convicción de seguir por esta línea para no perder la estela del líder. El próximo duelo de los conquenses será este sábado (17 horas) a domicilio ante el CD Azuqueca. Son tres puntos más en juego que el equipo no puede dejar escapar. La noticia positiva es que «hasta el momento hemos jugado contra todos los equipos y ninguno ha sido mejor que nosotros», apunta el técnico.
Para este nuevo año, Rober Gutiérrez tiene un deseo y es firmar un mediocentro que llegue para apuntalar la medular del equipo, aunque cerrar el fichaje no se hará de la noche a la mañana porque el club no quiere precipitarse. Ese perfil llegará para mejorar incluso lo que ya hay en el mediocampo, donde también estará pronto Iván Rubio, porque la previsión es que en un mes y medio pueda volver a entrar en una convocatoria, siempre y cuando su recuperación se haya completado. El capitán es una pieza muy importante tanto en el terreno de juego como fuera del mismo, por su veteranía, liderazo y calidad.
Hasta ahora, el Conquense ilusiona, y mucho. Sus números hablan por sí solos y la afición respalda al equipo para intentar entre todos llevar en volandas a un grupo que quiere conseguir el objetivo del ascenso. Eso sí, en ese camino a la gloria «hay que mantener los pies en el suelo»e ir paso a paso porque todavía queda mucha tela por cortar.