Amargo y doloroso inicio de año para el Conquense

Manu Reina
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La Balompédica desaprovecha en tan solo un minuto una renta inicial de dos goles y acaba perdiendo en La Fuensanta ante el Rayo Majadahonda tras un error defensivo en un saque de esquina

Amargo y doloroso inicio de año para el Conquense - Foto: Alfonso Fernández

El Conquense no tuvo su día, ni mucho menos. Pese a un gran inicio de choque, las tornas se cambiaron por completo a favor del Rayo Majadahonda, que asalta La Fuensanta y deja enmudecida a toda la parroquia blanquinegra. Los pupilos de Rober Gutiérrez llegaron a disfrutar de una renta de dos goles, pero finalmente sucumbieron por 2-3 en el estreno liguero en este nuevo año.

Un primer periodo con desenlace fatídico para el Conquense, que arrancó el choque con una alta presión y una gran concentración. Los jugadores blanquinegros, concentrados y bien ubicados, salieron bien al tapete verde y tuvieron en sus botas la primera ocasión con un centro que a punto estuvo de aprovechar Monterde, pero su disparo se marchó desviado. Era la primera y un claro aviso de la intensidad inicial del duelo. Inmediatamente, el Rayo Majadahonda reaccionó con un pase de la muerte que termina despejando a córner Sergio Rodríguez en última instancia. El conjunto madrileño intentaba buscar el hueco a la espalda, una y otra vez, pero se encontraba con una gran zaga local, en este caso formada por Pedro Inglés y Sima, que jugó como central puro, muy concentrada y situada.

El tiempo pasaba y ambos equipos intentaban hacerse con la posesión del esférico, hasta que el Conquense dio el primer zarpazo. Antonio Fernández aprovechaba un centro medido de Sergio Rodríguez para abrir la lata con un gran cabezazo tras cumplirse el primer cuarto de hora. Una acción que comenzó con un Jairo Cárcaba peleón, que se hacía con la posesión del esférico y después cedía a Antonio Fernández, quien asistió al costado para la carrera de Sergio y, en ese mismo centro, iba a desembocar el primer tanto en La Fuensanta ante más de medio millar de aficionados.

El tanto permitía a los pupilos de Rober Gutiérrez armarse de confianza. Mientras tanto, el Rayo Majadahonda seguía intentando perforar la meta con centros al área que no encontraban un compañero para remachar, principalmente por la rápida actuación de los zagueros blanquinegros. En una de estas intentonas, cerca estuvo de subir el empate en el marcador, con una falta de entendimiento entre Sima y Raúl Bernabéu, que acabó con un despeje fallido del central que pasó muy cerca de una portería vacía, ya que el meta había salido también al corte y despeje.

Cuando peor lo estaba pasando el Conquense, Yuya Yoshimura, tras driblar a varios adversarios de forma brillante, aumentaba la cifra en el marcador con un gran disparo desde la frontal que acabó en el fondo de las mallas, con un meta visitante que pudo hacer más en su intervención. El nipón volvió a agitar la varita mágica para rubricar su firma en el partido y levantar a los aficionados de sus asientos.

Con el 2-0, la Balompédica encarrilaba el choque, cuando tan solo se había superado la primera media hora de juego. Incluso pudo ampliar la renta con dos intentonas de Monterde desde dentro del área. Tras fallar a la primera, volvió a intentarlo, pero su chut se marchaba al costado de la red tras tocar en un defensor. Era el momento de rematar por completo a un Rayo Majadahonda herido. De hecho, Pedro Inglés intentó sumarse a la fiesta con un cabezazo desde un saque de esquina que se marchó finalmente por encima del larguero.

Ver para creer. El tiempo pasaba y los pupilos de Rober Gutiérrez tenían controlado el encuentro. Sin embargo, en un cambio de guion poco habitual en el fútbol, las tornas iban a cambiar por completo. Y es que el Rayo Majadahonda consiguió noquear por dos ocasiones consecutivas al Conquense. Sin duda, ver para creer. Guti, tras marcar a placer sin portero en el segundo palo tras un centro desde el costado, y segundos después, justo tras sacar desde el centro del campo, Emi Hernández, con una volea desde dentro del área tras aprovechar un rebote, igualaban la contienda. Un desajuste defensivo de la Balompédica en apenas un minuto de juego que se tradujo en el empate en el marcador. Toda la parroquia blanquinegra no daba crédito.

Así, el Conquense veía cómo todo el trabajo previo no valía de nada o al menos obligaba a empezar otra vez desde cero. Los aficionados de La Fuensanta no se lo podían creer cuando todo apuntaba a que iba a ser un partido plácido para los blanquinegros. Pudo ser incluso peor porque el Rayo Majadahonda aprovechó la inercia en el descuento para seguir acechando la meta defendida por Raúl Bernabéu. De ahí que el pitido del colegiado llegase como agua de mayo para los conquenses, que encaraban el túnel de vestuarios con resignación. Tras el término de los primeros 45 minutos, el marcador reflejaba un 2-2.

Segunda parte. Tocaba remangarse de nuevo en el segundo periodo y todo pasaba por olvidar como fuese lo sucedido en el primer tramo del partido. Así, el Conquense salió entonado tras el paso por vestuarios e intentó reaccionar, aunque no disfrutó de ocasiones claras para volver a perforar la meta rival. No obstante, el ímpetu le permitía adueñarse del esférico y de acechar la meta. El tiempo pasaba y era el Rayo Majadahonda quien respondía con peligro, con un disparo de Expósito que atrapó bien abajo Raúl Bernabéu.

Rober Gutiérrez se veía entonces obligado a agitar el vestuario. Era el momento de sacar al campo a Raúl Caballero, en sustitución de Jairo Cárcaba. Precisamente, nada más salir, ejecutaba un centro al área que no pudo rematar a ningún compañero. Al menos, el Conquense seguía intimidando de alguna forma.

Sin embargo, la tarde se complicaría aún más. Y es que no era la jornada idílica para el Conquense. En una acción no forzada, Pedro Inglés concedía un córner, sin apenas presión y con un Gianluca Simeone que intimidaba con algo de intensidad. El propio central blanquinegro pedía perdón tras liarse a la hora de sacar el balón o por no despejar antes. La mala suerte se cebaría con el equipo de Rober Gutiérrez. Y es que, en ese mismo saque de esquina, tras una mala salida de Raúl Bernabéu, el propio Simeone marcaba desde el segundo palo y a puerta vacía. Sin duda, un jarro de agua fría. La situación empeoraba aún más y el resultado pesaba como una gran losa.

Es cierto que había tiempo para reaccionar, más de 20 minutos de juego. El técnico de la Balompédica volvió a mover ficha. Entraban Héctor Rubio y Titi, en lugar de Pablo Olivares y Pedro Inglés, respectivamente. También entró después Etxebe para dar relevo a Luis Castillo. Sin embargo, los cambios no tuvieron efecto, con un Conquense que atacaba con más corazón que cabeza. El tiempo se esfumaba y con ello las opciones de ganar. También el empate, incluso pese a jugar con un jugador más en el descuento tras la discutida tarjeta roja para un jugador visitante. Con balones colgados al área y varios saques de esquina, contando además con la subida de Bernabéu a la heroica, el pitido del colegiado terminó de cerrar un capítulo gris y doloroso para un Conquense que arranca el año con mal pie.

Así, la Balompédica, que se ubica en la octava posición, pierde una gran oportunidad de seguir creciendo en la tabla y de noquear a un rival, a priori, directo. Ya toca pensar en la complicada salida del próximo domingo ante el filial del Tenerife, uno de los clubes punteros del Grupo V de Segunda RFEF.