«Tenemos que ser conscientes de que vivir en la calle mata»

A.A.
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Luis Miguel Jiménez toma el testigo de Pedro Bordallo como director de Cáritas Diocesana en Cuenca. Entre sus objetivos figura encontrar "otro Albergue con más espacio para atender a más personas sin hogar, ahora está lleno"

Jiménez afirma que "en la ciudad de Cuenca puede haber en torno a 20-25 personas durmiendo en la calle" - Foto: Reyes Martínez

Luis Miguel Jiménez acaba de aterrizar como director de Cáritas Diocesana en Cuenca. Los primeros días están siendo de toma de contacto aunque marca ideas claras para aplicar al frente de una institución que es un referente a los que menos tienen, a los más vulnerables.

Una amplia vida profesional como conductor de taxi le ha permitido escuchar y conocer muchos testimonios. En cierto modo, las conversaciones de los viajeros son una especie de 'confesión' y el taxista se convierte en receptor de inquietudes, problemas y reflexiones íntimas y personales.

Está convencido de que todos podemos hacer algo para mejorar la vida de los demás. No comparte la idea de que los problemas los solucionen otros y, sobre todo, considera fundamental de que "dejemos de mirar hacia otro lado" cuando vemos a alguien con problemas. Las personas sin hogar, lo que no tienen ni un techo en el que cobijarse, son una de sus prioridades.

¿Qué le ha llevado a dar el paso para estar al frente de Cáritas en Cuenca?

Llevo colaborando con Cáritas como voluntario algo más de diez años en el  Economato Solidario Emaús desde su fundación en el año 2013. Lo que menos esperaba es que el señor obispo se fijara en mí para este cargo. Alguna recomendación habré tenido por ahí de mi antecesor Pedro Bordallo y no sé si de alguna otra persona.  Cuando me lo propuso el obispo para mí fue una gran sorpresa y lo primero que pensé es que no sé si voy a ser la persona más idónea. Quiero dejar constancia de la gran acogida que me han dispensado desde mi llegada. Me he sentido muy arropado y muy a gusto. 

¿Cuáles son sus prioridades a partir de este momento?

Me ha llamado mucho siempre la atención las personas que están en la calle, los sin techo. Tenemos el Albergue de Transeúntes y nos gustaría tener un espacio mayor para poder acoger más personas. Ahora mismo está lleno, a tope. Hay que dialogar mucho con las autoridades, con las  administraciones, para intentar de que nos faciliten los recursos necesarios. Nosotros podemos poner todo lo que esté de nuestra parte, pero si no tenemos los recursos necesarios va a ser tarea difícil.  Por otro lado, otro objetivo que me marco es estar siempre al lado de las personas más vulnerables, los que están en situación muy desfavorable, aquellas personas que cada día estamos viendo que son más a quienes les cuesta mucho llegar a fin de mes, que andan siempre pues muy justos para poder tener las cosas más básicas y más necesarias desde la alimentación, a productos de higiene, a cosas tan elementales como pagar recibos de luz, agua, teléfono, medicinas, incluso material escolar.

Comentaba el caso de las personas sin hogar, que duermen en la calle. ¿Es un fenómeno en aumento? ¿Cuántas puede haber actualmente en nuestra ciudad?

Puede haber en torno a 20-25 personas y cada vez están más deterioradas. Al año solemos registrar dos fallecimientos. Hace poco falleció una persona sin hogar. Es verdad que no murió en la calle pero tenemos que ser conscientes de que la calle mata.  Es así. Esta situación la he visto desde mi época anterior de estar trabajando en el taxi. Los días que me tocaba trabajar de noche he visto muchas situaciones límite de gente que estaban buscando a determinadas horas de la noche un sitio donde poder alojarse y no le quedaba más remedio que dormir en la calle. No disponían ni siquiera para poder pagarse un hostal o pensión.

En cuanto a las dificultades de la gente para llegar a fin de mes. ¿Es un problema que constatan que va a más, a menos?

Va a más. Cuanto más avanzados somos como sociedad más gente nos dejamos atrás. Las Cáritas parroquiales es la forma más directa de prestar ayuda. Cada vez se está viendo que la gente se va acercando más y se les puede facilitar muchas veces una bolsa de comida con lo más básico. De ahí, algunos de ellos se pueden derivar al economato. Nos cuentan sus problemas y dificultades. Nos van diciendo que tenían un trabajo y les estaban pagando el salario muy justito, muy justito. Algunos lo pierden Y, claro, los precios están subiendo mucho, se encuentran al alza…y las cosas se complican mucho.

Su trayectoria profesional como taxista...¿Le ha ayudado a conocer a las personas? En el taxi hay mucha conversación.

Efectivamente es un lugar donde la gente te va contando sus problemas, sus historias, sus necesidades de cada momento. Sobre todas las personas mayores. Las señoras mayores decían una frase que he escuchado cientos de veces: 'He sido madre para siete hijos… pero luego ninguno de esos siete hijos es hijo para una madre» . Además, tiene cierta similitud con un confesionario. Las personas se sueltan y se expresan con naturalidad.

Dado el papel que juegan las administraciones públicas ¿Cuál puede ser el papel de Cáritas en los próximos años?

Todavía quedan ámbitos para actuar. Sobre todo la cercanía a las personas.  Tuve la oportunidad de participar en noviembre en un encuentro de voluntarios a nivel nacional. Un voluntario de Asturias me estuvo contando el trabajo que llevaban en colaboración con toxicómanos. También abordamos otro tema que es muy preocupante y son los ámbitos rurales. 

Estoy pensando en la provincia de Cuenca, porque tenemos sobre todo en la zona de la Sierra, de la Alcarria pueblecitos muy pequeños y tenemos que intentar descubrir dónde pueden estar esos núcleos de familias que están más necesitados y ver cómo nos tenemos que acercar a ellos. Cáritas tiene que llegar donde no llegan las administraciones. Hay que dejar también muy claro que Cáritas es la cara visible de la iglesia para estos temas. Iglesia somos todos y no nos podemos quedar atrás. 

El voluntariado es clave en el trabajo desarrollado por Cáritas ¿Encuentran personal dispuesto a dar su tiempo para dedicarlo a los programas que llevan a cabo?

Todo lo que comentamos está muy bien pero luego tiene que haber gente dispuesta. Trabajadores tampoco podemos tener más. Nos tenemos que nutrir de los voluntarios. Siempre hacen falta personas dispuestas a dar un sí. Hacen falta personas que tengan una voluntad de involucrarse por los demás, que estén dispuestas a entregar un poquito de su tiempo para estas labores. En Cuenca no estamos mal del todo. En total, seremos unos 250 voluntarios, personas comprometidas y que día a día dedican su tiempo, que es lo más valioso que tenemos, para que la vida de los demás sea un poquito mejor. Nuestro perfil de voluntarios es de personas ya jubiladas, que son las que más tiempo tienen.

Una de sus señas de identidad es su vinculación con la Semana Santa de Cuenca. ¿El concepto de hermandad le resulta muy familiar?

Pertenezco a cuatro hermandades. Siempre he dicho que soy nazareno de base aunque este año me toca por turno ser hermano mayor de la Hermandad de la Santa Cena. Afortunadamente lo que sí he visto es que hay muchas hermandades que están colaborando en las parroquias donde están ubicadas: San Esteban, El Salvador,  Cristo del Amparo... se está colaborando en la aportación de alimentos,  de material escolar, de ropa cuando es necesario. Hay muchas hermandades que están muy involucradas en este tema. Hay que, por lo menos, mantenerlo y si se puede aumentar, mejor. 

¿Es en nuestra sociedad la inmigración un problema tan grande como se plantea desde determinados ámbitos o estamos cargando las tintas contra el más débil?

En mi opinión particular, efectivamente se cargan las tintas y las culpas contra los inmigrantes . En este tema debería ser la administración central, los gobiernos, los que se pongan manos a la obra y ver de qué manera se puede regular. Evidentemente, una vez que están aquí hay que atenderlos, no se les puede dejar tirados.  Las tareas del campo, la atención a las personas mayores, las tareas del hogar, están ocupadas por gente inmigrante. Esto es así.

Empleo, sueldos… ¿Es la vivienda otra de las variables que están influyendo en que cada vez haya más población a la cueste más cubrir las necesidades básicas?

Creemos que si un ciudadano o ciudadana tiene un trabajo digno puede ver cubiertas sus necesidades. Pero hoy en día tener un trabajo no quiere decir que estén cubiertas tus necesidades. ¿Cuánto cuesta hoy en día un alquiler en Cuenca? Hay muy poca oferta y un precio descomunal. Algo tiene que hacer la administración para dar respuesta a esta situación, lo que no puede ser es que las familias que consiguen tener vivienda, la mayor parte de los ingresos vayan a destinados a una vivienda y otras personas no pueden ni siquiera acceder. Tanto la vivienda como el empleo, que deberían ser un derecho, se han ido convirtiendo en un privilegio.