A finales del pasado mes de abril, un incendio accidental calcinó tres naves y acabó con la vida de 600.000 gallinas en la granja avícola de Rujamar, en San Lorenzo de la Parrilla. Desde ese mismo día, Rubén Martínez, CEO del Grupo Avícola Rujamar, se puso manos a la obra para reconstruir las instalaciones del corazón empresarial con el objetivo de que estuvieran a pleno rendimiento en menos de año y medio. Y así va a ser. No es una tarea fácil, pero este empresario es de esas personas que se crecen ante las adversidades y que con los golpes de la vida demuestran la pasta de la que están hechos.
El día del incendio manifestó que saldría adelante más fuerte. ¿Es así?
Se dice que lo que no te mata te hace más fuerte. Una vez que estamos viendo lo que es el proceso me estoy dando cuenta de que está siendo más duro de lo que me imaginaba. El hecho de querer mantener la plantilla de trabajadores y de servicio a los supermercados nos lleva a hacer unos esfuerzos extraordinarios entre ubicación del personal y en compra de huevos. Es muy complicado porque hay una demanda enorme y poca producción.
¿De dónde saca esa fortaleza mental ante la adversidad?
Mi vida no ha sido fácil. No soy un niño de papá que llega aquí y me han dicho 'toma, hijo mío lleva esto'. He sufrido mucho en la vida. Perdí un hermano, perdí un padre, el negocio no iba bien… Nos levantamos y he estado dos o tres veces a punto de caer. He sido autodidacta en muchas cosas y he aprendido mucho de mucha gente lista. Una de las cosas para poder estar a la altura de las circunstancias, y que he aprendido, es que cuando las cosas están muy bien no duran eternamente y cuando van mal, tampoco. No gano nada transmitiendo a mi gente desesperación, tristeza, desolación… Tengo que sacar fortaleza, porque soy así, y decir 'chicos, ha pasado esto, yo solo no voy a poder, os necesito'. Cuando la gente ve que tiras del carro, se suma y es increíble el empuje que tiene.
¿Considera que es un empresario ejemplar?
Rubén Martínez, CEO del Grupo Avícola Rujamar, en la sede San Lorenzo de La Parrilla - Foto: Reyes MartínezNo me considero ejemplar en nada. Tengo mis defectos. Intento hacer las cosas lo mejor que puedo en todo momento. Lo que sí que me considero es un buen estratega en la vida. Sé que hay ciertas decisiones que tomo que tienen mucha trascendencia y muchas veces, cuando digo algo, da la sensación de que lo estoy diciendo al tuntún, pero detrás, en mi cabeza, lo he pensado muy detenidamente. Supe que lo que tenía qué decir y cómo tenía que actuar en el momento del incendio, al igual que muchas decisiones importantes que tomo en mi vida. La repercusión que tiene para mucha gente es brutal. Intento que tengan el menor impacto para ellos y, como empresario que soy, el mayor beneficio para mi compañía.
¿A cuánto ascienden los daños?
La pérdida total va a estar cercana a los 17 millones de euros y nos van a indemnizar entre el 60 y 63 por ciento, más o menos, del cómputo total. Son cifras que si la empresa hubiera estado en una situación un poco perjudicada y no estuviera saneada nos hubiera hecho mucha pupa, e incluso hubiéramos tenido que tomar decisiones drásticas. Pero Rujamar se encontraba en un momento de salud financiera muy buena y vamos a asumir todo esto. No sólo lo vamos a asumir, sino que vamos a seguir con nuestros planes de crecimiento y de expansión orgánica.
Otra de las cosas que afirmó tras el incendio es que en un año se iban a reconstruir las naves devoradas por las llamas. ¿Se va a conseguir?
Sí, lo vamos a conseguir. Llevamos once días de retraso porque tuvimos unos pequeños problemas para empezar las obras con unas licencias. Llevamos once días de retraso que creo que en este mes de septiembre los vamos a recortar. Ahora mismo, tenemos una nave prácticamente terminada para empezar a montar equipamientos, si quisiéramos, la semana que viene, y en la otra está todo el material galvanizado y todo el material de lana de roca, que no arde, para poderlo poner. Creo que entre 20 y el 30 de noviembre se va a empezar a montar el equipamiento dentro de las naves. En febrero y marzo estaremos produciendo huevos en las dos primeras naves que se incendiaron. Y la tercera, como dije, en mayo o junio estará con gallinas dentro listas para poner huevos.
¿Con cuántas gallinas?
Hemos disminuido el censo en función de nuestro plan de mejora. Hemos pasado de ese núcleo en el que había 600.000 gallinas y vamos a tener unas 550.000. El sistema que vamos a poner es todavía más alternativo, buscando siempre el máximo bienestar de los animales. La gallina va a tener más movilidad y con más acceso a todo. Eso reduce la densidad de las aves.
¿De qué manera ha afectado el incendio al suministro a sus clientes?
Hemos hecho todo lo posible. Mi compromiso para mantener la plantilla y el nivel de servicio me supuso llegar a acuerdos comerciales con empresas grandes de España para que suministraran el equivalente en huevos a lo que había perdido. Por tanto, mis clientes no lo han notado, o muy poco. Son empresas avícolas que hemos auditado, con nuestro criterio de calidad. Nuestro departamento de producción y calidad es conocedor en todo momento de las granjas que nos suministran. Por tanto, no ha habido falta de suministro a los clientes, o muy poco.
¿Y a los trabajadores?
En cuanto al nivel de plantilla no sé si ha habido uno o dos despidos, pero no ha sido por el incendio. Fueron porque en una empresa con doscientos y pico trabajadores siempre hay alguno que saca el pie del tiesto o que por regulación de la empresa, o por cualquier razón hay que prescindir de ellos.
También se comprometió a que no se iba a plantear un Expediente de Regulación de Empleo y lo ha cumplido…
Mi palabra es sagrada. Lo que digo lo cumplo. Por eso, como explicaba antes, cuando tomo una decisión y digo algo, no es por un calentón, ya lo tengo meditado. A veces no lo tengo contrastado, porque no me da tiempo, pero cuando tomo una decisión creo que soy capaz de hacerlo, y por eso lo digo. Todo lo que dije después del incendio se cumplió o se va a cumplir.
¿Esta manera de actuar refuerza la imagen de marca de Rujamar?
Me gustaría que esto quedase como un ejemplo para cualquier empresario, que cuando pasa cualquier cosa de éstas lo tengamos bien hecho todo y que las empresas no vayan siempre hasta el cuello financieramente, porque si es así y te pasa, te lleva por delante. Más que nada es para dar un ejemplo de superación y decir que ante las adversidades nunca hay que achicarse ni darse por vencido. Todo en esta vida tiene solución, menos lo que no lo tiene, la muerte. Cuando te pasa una desgracia y tienes posibilidad, de alguna manera de reponerla y de salir adelante, creo que esto es un ejemplo. A lo mejor una persona con una personalidad un poco más débil hubiera tirado la toalla a las primeras de cambio. Que esto sirva de ejemplo aliento, esfuerzo y superación, de decir: 'Si éste ha podido, yo también puedo'.
Hace un momento decía que se mantienen los planes de expansión. ¿Cuáles son?
Tenemos un proyecto en Canarias, que seguimos con él más encima que nunca. Tenemos el de San Clemente, que seguimos más encima que nunca. Tenemos el proyecto de Honrubia dos, la ampliación de Mondejana. Es decir, que todos los proyectos que teníamos en mente los mantenemos y seguimos adelante con la financiación y la consecución de los permisos. Paralelamente, estamos sufriendo la falta de generación de caja o de destrucción, del núcleo de San Lorenzo de la Parrilla, que está haciendo daño en todo este momento hasta que produzcamos huevos. Pero como comenté antes, financieramente estábamos saneados y estamos tirando como si aquí no hubiera pasado nada. Nos vamos a endeudar más de lo debido, lógicamente. Nuestro nivel de endeudamiento es mayor por esta tragedia, pero como la capacidad de endeudamiento de Rujamar está muy por debajo de la media de nuestro sector, podemos ir con ello.
Entre los planes también está instalarse en la capital. ¿Se mantiene?
Sí, se mantiene. Pronto habrá novedades porque vamos a ir antes de lo que tenía previsto.
¿Los huevos que han comprado para abastecer a sus clientes de qué granjas avícolas proceden?
De granjas españolas con las que teníamos acuerdos anteriores a las que antes les comprábamos uno o dos camiones y ahora les compramos seis, siete, ocho y diez. Son empresas auditadas por nosotros, con las que compartimos las mismas fábricas de pienso, recrían en nuestros criaderos y lo único es que en vez de clasificar sus huevos en sus núcleos se clasifican en los nuestros. Cumplen los requisitos que exigimos para que entre un huevo aquí.
Y también con una de las banderas de las que hace gala Rujamar, que es que sean gallinas libres…
Por supuesto. En esta empresa llevamos ya muchos años sin que entre un huevo de una gallina enjaulada. No porque tenga nada en contra de la gente que lo produce, que cada uno es libre, mientras que haya un mercado para la jaula. Es por la creencia de que considero que una gallina no debe vivir enjaulada. Lo dije en 2016, lo cumplí en 2018 y lo sigo manteniendo en 2024.
¿Le sorprendieron las muestras de apoyo que recibió tras el incendio desde las instituciones, administraciones y representantes de la sociedad?
Muchísimo. Esto lo intenté digerir con la mayor normalidad posible, pero desde otros sectores como los políticos, o el nuestro, además de amigos y gente que apenas conocía, recibí muchísimas muestras de solidaridad. Recibí muchos mensajes superbonitos y lamento no haber podido contestar a todo el mundo. Se me colapsó el whatsapp y no me dio tiempo ni a preguntar quién era. Pero sí que me sorprendieron mucho las muestras de cariño y que ese mismo día viniese el vicepresidente regional [José Luis Martínez Guijarro], el presidente de la Diputación [Álvaro Martínez Chana], el consejero de Agricultura [Julián Martínez Lizán], entre otros. Me emocionó y me di cuenta de que no es todo producir huevos y me sentí muy arropado.
De algún modo uno recibe lo que da…
Bueno, hay veces que siembras y siembras, y no recoges. Mira los agricultores, que lo soy en parte, que empiezas a sembrar y luego te preguntas cuándo cosecho yo. Pero sí que me impactó y eso te ayuda a darte cuenta de que no estás solo, que hay gente que te apoyo.
¿Los conflictos internacionales dificultan sus exportaciones?
Hay una demanda de huevos tan brutal en España y hay tan poca producción que tenemos pocas necesidades de exportar. Aún así, estamos exportando a África e Israel. Pero es que no tenemos capacidad de exportación, ni Rujamar ni las empresas españolas porque el mercado español absorbe más de lo que se produce. Las necesidades de exportar son muy pocas y creo que esto mismo que está pasando en España está ocurriendo en Europa. La gente cada vez se está dando más cuenta de que el huevo es un producto sano, saludable, una proteína barata, digestible, que se puede adaptar a todas las edades y con tabús, como el del colesterol, que se han eliminado por completo. El consumo va a ir a más y las gallinas producen lo que producen. Por tanto, si se consume más y se produce lo mismo, qué necesidad tenemos de salir a mercados exteriores. Lo primero es abastecer el mercado conquense, castellano-manchego y español. Si hay excedente, ya lo venderemos. Es mi filosofía.
¿Ve más potente y prometedor el futuro de Rujamar?
Hoy en Rujamar, en comparaciones en el sector, puedo decir que somos punta de lanza en un montón de historias. Lo somos en energías renovables, en bienestar animal, en ecología, respecto al medio ambiente, tecnologías… La empresa está más fuerte, más consolidada y es más conocida que nunca. Los proyectos de crecimiento están contrastados y tienen mucho sentido hacerlo. Lo que predijimos hace siete años en el sector se está cumpliendo. Llevamos unos años de ventaja y queremos seguir innovando y estando ahí para ofrecer a nuestros clientes lo que demandan o van a demandar en breve.
Siempre dice que la sostenibilidad debe primar sobre la rentabilidad. ¿Lo mantiene más que nunca?
Si en un momento rompes lo que es tu filosofía de trabajo y buscas objetivos distintos a los que te has marcado siempre, que te han ayudado a estar donde estás, estás perdiendo el rumbo de la compañía. El porqué de Rujamar está aquí, de su crecimiento y de superar esta adversidad es porque hemos sido una empresa sostenible. Nos hemos preocupado muchísimo por la sostenibilidad. Si ahora me centro más en ser rentables y dejo de ser sostenible, todo lo que he hecho no tiene sentido. Sí que es cierto que seguir con mi filosofía de sostenibilidad hace que la recuperación sea más lenta. Pero así soy. No me cambia nadie.