Más de 500 nazarenos de tulipa, las cabeceras completas y prácticamente todos los cetros de las hermandades de nuestra Semana Santa, una amplia pléyade de autoridades, con la Comisión Ejecutiva y la Junta de Diputación al completo, una Plaza Mayor absolutamente a rebosar y aceras llenas de público en prácticamente todo el recorrido, y una alta participación en las filas tanto de la Cruz Desnuda como de la Congregación, así como de Caballeros y mantillas. Son las cifras de uno de los desfiles del Santo Entierro más multitudinarios que se recuerdan.
Tras las suspensiones de procesiones de los últimos días y, especialmente, las dos de este Viernes Santo, a los nazarenos de Cuenca les hacía falta solo un pequeño rayo de esperanza para vestir la túnica planchada y preparada –que desde el Miércoles Santo se había tenido que quedar en la percha– para echarse a la calle y acompañar al cortejo del Santo Entierro. Y ese rayo de esperanza se materializó en una espléndida noche de procesión con cielos casi despejados –apenas se registró una breve llovizna fina a la salida de la Cruz Desnuda, que repitió con menos intensidad al llegar la Cruz a los Oblatos– y una participación extraordinaria pese a las bajas temperaturas.
Ya hacia las 20:30 horas se adivinaba que el desfile iba a ser muy participativo tanto en filas como en aceras, pues en la Plaza Mayor a esa hora prácticamente ya no cabía un alma y el río de nazarenos de tulipa, cetros, estandartes y guiones era constante desde la parte baja de la ciudad. Dentro de la Catedral, los rostros de felicidad de hermanos, cabeceras y autoridades lo decían todo sin necesidad de hablar. La procesión empezó puntual, con momentos de recogimiento, solemnidad y gran vistosidad en el interior de la Catedral. El cortejo de nazarenos y cabeceras era tan numeroso, que cuando la Cruz Desnuda salió a la Plaza Mayor, la Cruz de Guía y la Banda de Trompetas y Tambores de la JdC ya estaban en San Felipe Neri.
La Cuenca nazarena firma un multitudinario Santo Entierro - Foto: ADRIAN GARCIA VERGAZCon paso cadencioso pero fluido, el cortejo avanzó bien organizado y las Sagradas Imágenes alcanzaron los Oblatos pasadas las 22 horas, donde el Coro del Conservatorio cantó –por primera vez en esta Semana Santa– al paso de las Sagradas Imágenes. La Cruz Desnuda escuchó O Crux Ave, obra recuperada en 2023; el Coro cantó para el Yacente las dos estrofas del miserere y terminó con el Stabat Mater para Ntra. Sra. de la Soledad y de la Cruz.
La bajada dejó momentos de gran plasticidad y belleza, especialmente en las curvas de la Audiencia y la calle de los Tintes. Sonaron mucho y bien las dos bandas que acompañaron el cortejo. Entre las marchas interpretadas por la Banda de la JdC se contaron El Sacramento de nuestra Fe o Espéranos en el cielo, mientras que la Municipal de Música de Cuenca interpretó marchas como Camino del Sepulcro o Tu silenciosa mirada.
Mención especial para el final de la procesión llevado a cabo por parte de la Banda de la JdC, interpretando dos marchas en el compás de espera hasta la llegada de las Sagradas Imágenes, así como el Himno Nacional para el Yacente y Pasa la Soledad para Ntra. Sra. de la Soledad y de la Cruz, un momento de intensa emoción que se ha convertido en uno de los más bonitos y esperados del Viernes Santo.
En San Vicente cantó el Coro Alonso Lobo tres obras, una para cada uno de los pasos, compuestas por Luis Carlos Ortiz. Destacó el Miserere en arameo para el Yacente. Y, como es habitual, al finalizar desfile en el interior del Salvador los dos pasos de la Congregación, sonó nuestro Miserere en las voces del Coro de Cámara y ante una iglesia abarrotada que previamente había rezado un padrenuestro dirigido por el obispo de la Diócesis, monseñor José María Yanguas, quien otorgó a los presentes la bendición.
Finalizada la procesión al filo de las 00:35 horas, muchos de los nazarenos que participaron en ella se acercaron al Santuario de las Angustias, para dar el pésame a la Madre, como manda en Cuenca la tradición.
En el capítulo de autoridades, participaron en el Santo Entierro acompañando al Yacente las ya mencionadas Comisión Ejecutiva y Junta de Diputación de la JdC, la Corporación Municipal, la Corporación Provincial, autoridades regionales como la delegada del Gobierno en C-LM, Milagros Tolón o el vicepresidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro; la subdelegada del Gobierno en Cuenca, Mari Luz Fernández; entre otras autoridades.