La Audiencia Provincial de Cuenca ha condenado a tres años de prisión a un hombre de 81 años de edad como autor de dos delitos de agresión sexual a una joven de 31, que tenía contratada como empleada doméstica interna en su domicilio.
Dicha sentencia firme, a la que ha tenido acceso La Tribuna, prohíbe, asimismo, al acusado a aproximarse a una distancia de 500 metros y comunicarse con la víctima durante 13 años, además de condenarle a diez años de libertad vigilada, 23 de inhabilitación para cualquier profesión que conlleve contacto regular con personas menores e indemnizar con 25.000 euros a la agredida, junto al pago de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular; sin olvidar la accesoria de inhabilitación para el derecho al sufragio pasivo durante los tres años de condena.
Calificación ésta del ministerio fiscal de la que se mostró totalmente conforme el propio procesado y a la que se adhirió la acusación particular, por lo que se puso fin a la vista oral y se quedó visto para sentencia.
Hechos probados. La Audiencia Provincial de Cuenca considera probado que el acusado, Imanol, que residía en Pozuelo de Alarcón, aprovechó un viaje a Cuenca capital, junto a su empleada doméstica, Elsa, para agredirla sexualmente en dos ocasiones en la habitación con camas separadas que había reservado en un hotel de la capital.
Los hechos, según recoge la sentencia firme, tuvieron lugar en mayo de 2022 cuando el procesado en torno a las cinco de la tarde se tumbó encima de la joven, que se encontraba en pijama en su cama, y comenzó a tocarle los hombros, las piernas y la cara, a lo que la víctima le dijo que se quitara y se fuese a su cama.
Algo que sólo surtió efecto por unos minutos, ya que momentos después el octogenario se desnudó y, desoyendo los ruegos de la joven para que depusiera su actitud, volvió a echarse sobre ella «tocándole los pechos y la zona genital primero por encima de la ropa y después por debajo, manifestando varias veces Elsa que parase, pero el acusado continuó tocándole los pechos y la zona genital, buscándole la boca, en tanto que ella le retiraba la cara, hasta que la víctima dejó de ofrecer resistencia para que todo ocurriese cuanto antes y la dejara en paz, momento en que le metió los dedos en la vagina y llegó a lamerle la zona genital».
A la mañana siguiente, tuvo lugar la segunda agresión, cuando el procesado se metió desnudo en la cama de Elsa y le quitó la ropa interior, a pesar de su negativa, e intentó penetrarla, pero al no poder «le introdujo los dedos en la vagina al tiempo que el acusado se frotaba contra ella poniéndole el pene en la zona genital hasta que la denunciante lo apartó».
Este mismo día, tras la agresión, la víctima cursó la pertinente denuncia.
No irá a la cárcel. La Sala de la Audiencia de Cuenca deja en suspenso por un plazo de cinco años la ejecución de las penas de prisión al acusado, entre otros motivos, por carecer de antecedentes, haber satisfecho la responsabilidad civil impuesta de 25.000 euros para la víctima y al no existir «una peligrosidad postdelicuencial que haga pensar en un verdadero mal pronóstico de la suspensión».
Pero, eso sí, esta medida se condiciona a que no vuelva a delinquir en un plazo de cinco años y a satisfacer una multa de 432 días con una cuota diaria de dos euros, en total 864 euros. En caso de incumplimiento, podrá revocarse dicha supensión.