Nefasto año, el que ha despedido la provincia de Cuenca, al menos, en siniestralidad laboral, con unas cifras de récord en número de siniestros y el mayor índice de incidencia de mortalidad de todo el país.
Algo que ya se entreveía mes a mes y que finalmente se ha confirmado al término de este 2023, que ha arrojado un total de 3.273 accidentes laborales con baja, la cifra más alta de los últimos cuatro años, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Y es que supera en 133 el número de siniestros en el trabajo de 2022, cuando se elevaron a 3.140, lo que supone un aumento del 4,2%. Porcentaje que crece más aún si se compara con 2021 y 2020, con incrementos del 6,7 y del 23%, respectivamente.
Cuenca, la única provincia de la región que ha visto aumentar la siniestralidad laboral en 2023. - Foto: Elaboración propiaNueve de cada diez de los 3.273 accidentes laborales con baja registrados el pasado ejercicio correspondieron a empleados asalariados (2.988), mientras que los restantes 285 a trabajadores por cuenta propia, y la gran mayoría, 3.122, se produjeron dentro de la jornada laboral, un 4,4% más que en 2022.
Reacción sindical. Con estos datos, no es de extrañar que desde las organizaciones sindicales muestren su honda preocupación. Y, por ejemplo, la secretaria provincial de Comisiones Obreras, María José Mesas, asegure que «esto debe de cambiar».
Es por ello que apuesta por hacer entender a las empresas y a los servicios de prevención de éstas que «la seguridad y la salud laboral debe ser un objetivo de primer orden para la actividad empresarial».
La industria manufacturera encabeza las cifras de siniestralidad laboral en la provincia. - Foto: A.R.De ahí que para CCOO, «uno de nuestros principales retos para 2024 vaya a ser el tipo de acción preventiva y el tipo de medidas en pro de la seguridad y la salud laboral de los trabajadores en sus respectivas empresas», subraya Mesas a La Tribuna.
Y, en este mismo sentido, el secretario provincial de UGT, Vicente Martínez, considera que «está claro que algo estamos haciendo mal, ya que hemos sido la única provincia de Castilla-La Mancha en la que la siniestralidad laboral ha crecido».
Como consecuencia, la receta ugetista contra esta lacra laboral pasa por que «las empresas se tomen en serio la adopción de medidas para evitar los riesgos laborales y poner en marcha la figura del delegado de prevención territorial, sobre todo aquí en la provincia de Cuenca, donde sigue habiendo muchas empresas pequeñas sin representación sindical a las que no podemos llegar para velar por la seguridad y salud de sus trabajadores», apunta.
Análisis. En un análisis más pormenorizado de estas cifras de siniestralidad laboral de 2023, indicar que el 98 por ciento (3.208) de los accidentes con baja fueron de carácter leve, un 3,6 por ciento más que en 2022, cuando se quedaron en 3.098, mientras que los graves se cifraron en 57, un 42,5% por encima de los 40 contabilizados el pasado ejercicio.
Mención aparte merecen los siniestros mortales, puesto que perdieron la vida ocho trabajadores, cuatro veces más que en 2022. Una cifra que coloca a Cuenca como la provincia del país con la mayor tasa de incidencia de muertes en el trabajo, con un 10,3; es decir, con el mayor número de accidentes laborales mortales por cada 100.000 trabajadores afiliados a la Seguridad Social con las contingencias cubiertas.
Y, por si esto fuera poco, se convierte en la tercera provincia del país con el mayor índice de incidencia en siniestralidad laboral, con 4.015,6, sólo superada por Guadalajara (4.355,6) y Baleares (4.172).
Por último, la industria manufacturera, con 835 accidentes en jornada; construcción, con 448; agricultura, ganadería y silvicultura, con 353; y comercio y reparación de vehículos, con 321, se convierten en los sectores con mayor siniestralidad laboral. No en vano, concentran el 60% del total.