La Sierra del Segura y la Serranía de Cuenca se unen este jueves en un concierto de la mano de Karmento, nombre artístico de Carmen Toledo Sánchez. La Serrana es el título de su tercer disco, con el que está de gira y que llega mañana al Teatro Auditorio José Luis Perales (20,30 horas). La artista de Bogarra, que dio un paso adelante en su carrera musical tras su participación en el Benidorm Fest, es una abanderada del folclore vanguardista y de la reivindicación de las raíces de la tierra en estado puro.
Para una serrana de Bogarra presentar este tercer disco en Cuenca, en la Serranía, será un acontecimiento muy especial, ¿no?
Sí. La Serrana es un disco que está muy basado en la vida, en la historia y un poco en las comunidades de sierras. Obviamente, de repente cuando piensas en una de las provincias de Castilla-La Mancha, tengo mucho interés, como es lógico. Desde donde soy, tengo mucho interés en llevar el proyecto a toda Castilla-La Mancha, porque me parece que es un proyecto de la zona y valioso. Al margen de eso, que cualquier capital quiere que vayamos, me hace mucha ilusión. Si además es Cuenca… La Sierra de Cuenca es una preciosidad. Eso un nivel altísimo de belleza y de paraje. Creo que de alguna manera envuelve al show y al proyecto con un aire muy coherente y que me permite sentirme como en casa.
¿Cómo va la gira?
La gira va bien. La verdad es que este primer trimestre está siendo bastante movidito y variado. Pero la gira está funcionando y la verdad es que parece que al público le gusta. Estamos en un momento muy bueno porque llevamos el proyecto rodado y en el escenario el disfrute es como muy natural. Además, está calando el mensaje, el imaginario y la música que estoy haciendo. Eso nos está ayudando a conocer sitios. Aparte de crear música, una de las cosas que me he descubierto en este acercamiento a la tradición a través de la vanguardia es el encuentro con los pueblos y sus idiosincrasias, con sus costumbres, gastronomías, sus calles y todo eso. Para mí, es un terreno de exploración. Cada vez que voy a un concierto me encuentro con algo que me ayuda y que me inspira
¿Sientes que contribuyes a visibilizar esa idiosincrasia que muchas veces no hemos sabido transmitir en Castilla-La Mancha?
Confío en que sí. El feedback que recibo es que, de alguna forma, con lo que estoy haciendo, con el show, la música y la propuesta artística, contribuyo a crear un imaginario también sobre quiénes somos. Y sobre todo dentro del mundo rural, de los pueblos. En Castilla-La Mancha, en las ciudades, también somos un poco pueblo. Al final, venimos de donde venimos, somos historias de familias muy parecidas a las de padres, madres y abuelos que vivían en el campo y que en los 80 tuvieron que emigrar. Creo que con mi música y un poco con lo que planteo reflejo algo que también la gente de nuestra región, y no solo de aquí, necesita. Son miradas y poesías nuevas sobre nuestra forma de vivir, nuestra historia, nuestra identidad y nuestras pertenencias. Es un buen momento para reivindicar las raíces.
¿Te habías planteado esa reivindicación al comienzo de tu carrera?
La verdad es que es desde mi leitmotiv creativo y artístico, nunca había tenido una intención de reivindicación como tal, aunque se convierte en eso cuando la expresas. Creo que tiene que ver con que es un momento en el que la gente necesita, por varias razones que algunas se nos escapan y otras podemos reflexionarlas largo y tendido, volver a casa y la cercanía con lo que siempre ha estado ahí. Imagino que es este mundo que va a la velocidad del rayo, como quien dice, y que de tanto salir de un lado a otro, al final te olvidas de quién eres y de las cosas más esenciales de la vida, que es vivir tranquilamente. La gente está recuperando ese vínculo que de alguna forma habíamos perdido. Como que había habido un salto hacia la modernidad, en la que los jóvenes se iban porque había que salir del pueblo. Si se quedaban en el pueblo era como un símbolo de pobreza.
¿Qué hay en este disco que no tengan tus dos anteriores trabajos, Mudanzas y Este devenir?
En primer lugar, hay una mayor dirección para explorar el folclore. Anteriormente, de alguna manera, era la mirada de la que viene, mira el pueblo y se reencuentra con él sin esa conciencia tan clara de mis raíces. Pero en este disco, a nivel conceptual, ha habido una investigación mucho más consciente de ello y eso se refleja en las letras y en el sonido. El sonido es más profundo, seguramente porque al ver las raíces es que sabes qué pasa. Si te quieres meter ahí, al final tienes que llegar hasta el fondo. Es lo que yo quería o, al menos, porque soy así como artista. Creo que hay una desnudez y una profundidad, en términos de concepto, mayores. A nivel sonoro está más elaborado. Se hace referencias a sonidos del folclore español que están muy pensados y buscados. Se hace referencia a pasodobles, seguidillas, un poco también a las conexiones que he tenido con la copla, el flamenco, pero de una forma mucho más consciente.
En el vídeo en La Serrana terminas por todo lo alto. Bailando en una tienda….
Es que La Serrana es maravillosa. Me encanta mi canción y qué te voy a decir… es mi pueblo. Hay una cosa que tiene que ver con cuando eres de un pueblo chiquitito. En los pueblos serranos hemos vivido, como quien dice, un aislamiento muy serio a lo largo de la historia y se han generado culturas muy particulares. Se han creado sistemas maravillosos, que funcionan del vecino que controla al vecino, del que viene la de la tienda y te cuenta todos los cotilleos de lo que pasa, el que viene del huerto y ha hecho no sé qué, etc. Luego todo el cotilleo de los forasteros, los que vienen al pueblo. Todo ese chascarrillo popular me apetecía mostrarlo en La Serrana porque es una cosa que vivimos las de toda la vida
Supongo que también las mujeres de tu pueblo son las que más te han inspirado…
Claro. Soy una mujer y aunque puedo conocer y acercarme a la historia de las personas, al final existe una cultura de género que hace que las vivencias o los roles en la comunidad sean también distintos. Además, soy de una familia de mujeres. Mi madre tiene una hermana, tengo una hermana. Hay que tener en cuenta que, en ese momento, las figuras masculinas han sido un poco de proveer. Luego, en mi pueblo, por ejemplo, las peñas y lo que son las junteras de jóvenes, se hacen por sexo. Ahora se han empezado a hacer mixtas. Lo que me ha rodeado principalmente han sido historias de mujeres y es un poco lo que me parecía más honesto contar.
¿Te sientes a gusto en el término neofolclore?
Tengo como una ambivalencia. Hay como una lucha, un equilibrio constante entre tu figura como artista y tu obra, que siempre está abierta a cualquier versatilidad, y hacia dónde te lleva el camino. Cuando piensas en esa parte, sabes que cualquier definición te va a dejar un poco el margen más cerrado. Pero lo aceptas porque también hay que trabajar en el entendernos y la música está ahí, la industria musical está ahí. Los géneros aparecen y necesitan nombrarse para cobrar también identidad. La verdad es que para que la gente lo entienda muy rápido, lo primero que diría es que, efectivamente, soy nueva folclorista. A veces me da un poco de vergüenza porque al folclore le tengo también mucho respeto y creo que no hago folclore tradicional, aunque cada vez me acerco más porque me gusta mucho. Pero sí, diría que me siento cómoda en esa clasificación dentro de este mundo tan clasificador.
¿En qué cambió tu carrera tras participar en el Benidorm Fest?
No cambió nada de manera drástica. Teníamos muy claro que formaba parte del camino, que era un hito, que lo necesitábamos. Nos pareció que era una buena idea porque teníamos un concepto artístico que era bonito, funcionaba y lo que queríamos era darle un impulso. Queríamos que más gente lo viera para que ayudase también a que el proyecto creciera. Al final, tienes que ir creciendo poco a poco para poder vivir de esto. Cuando nos presentamos al Benidorm Fest fue un momento bonito que hizo que el proyecto se viera. A nivel de nuestra región fue interesante porque, de repente, mucha gente que estaba un poco desconectada de lo nuestro, de nuestra identidad musical, de nuestra historia, de repente dijo: 'Oye, pues aquí hay algo que es moderno, que nos representa y que nos ayuda a exportar un poco a La Mancha'. Ganamos en público y pudimos empezar a trabajar de forma menos precaria. En la música es así. Me ayudó a convertir esto en una profesión.
¿Reservas alguna sorpresa para el concierto de Cuenca?
Si te digo la verdad, como voy a salto de mata y voy a tope, ni siquiera me he puesto a pensarlo. Pero tengo claro que lo voy a intentar. Me gustaría mucho poder dar alguna sorpresa. Es mi idea.