Ni 24 horas habían pasado desde que sonó la última canción de este Carnaval, cuando el Ayuntamiento se disponía a hacer su balance sobre esta celebración. Después de más de una semana de máscaras, música y disfraces, el Consistorio «está muy contento con la participación y la acogida por parte de los vecinos de las propuestas de este Carnaval».
Juan Castejón, concejal de Festejos, se refirió a esta fiesta como «un evento caracterizado por una significativa participación y sin incidentes de relevancia». Puso sobre la mesa algunos de los desafíos a los que se enfrentaron, como pueden ser «las condiciones meteorológicas desafiantes durante el sábado de Carnaval y las obras en el casco antiguo». Estos dos puntos supusieron cambios, algunos temporales y otros «que quizás han llegado para quedarse».
El mal tiempo hizo que algunos horarios, recorridos o distribuciones tuvieran que someterse a cambios. Un ejemplo fue el desfile infantil del domingo en el que la salida se pospuso una hora, el recorrido se vio modificado y la distribución de los hinchables, que estaba prevista para instalarse fuera de la carpa, «se tuvo que poner dentro para resguardar a los niños del frío». Aún así, el concejal destaca que «se repartieron más de 300 meriendas, lo que supone que hubo más de 300 niños que, acompañados por sus padres, participaron en esta actividad».
La palmadita en la espalda se la lleva la instalación de la carpa carnavalera y el 'juego' que ha traído para esta fiesta. «Es una idea que llevábamos rondado desde hace tiempo y desde luego ha venido para quedarse», defiende Castejón. Un espacio para 2.000 personas, con escenario y barras, cuyas lonas pudieron abrirse o cerrarse, adecuándose a lo que marcaba la climatología. «En Carnaval, como hizo más frío, permanecieron cerrados los laterales y se instalaron estufas, pero para la celebración de los 60 se abrieron ya que el tiempo acompañaba», apunta. A pesar de la capacidad de esta instalación, «hubo momentos en los que se quedó pequeña, y esto es síntoma de que a la gente le gustó la iniciativa y, entre otras cosas, se estudiará ampliar a una carpa más grande», remató el concejal.
Como «balance general» y sin datos concretos, el concejal asegura que «aumentando en un mínimo porcentaje el presupuesto, apenas significativo, hemos conseguido resucitar el Carnaval que estaba perdiendo calidad y cantidad de participación». Afirma que esto ha sido posible «gracias a las aportaciones y colaboraciones de empresas, vecinos de Tarancón y el resto de la comarca que, de una manera o de otra, han ayudado a que la cuantía de gasto sea la mínima».
Este año la punta de la lanza ha sido la «alta participación en todas las propuestas», desde el concurso o los conciertos hasta el desfile. Sin embargo, no llueve a gusto de todos y por ello quieren escuchar las opiniones de los taranconeros, «siempre desde el respeto y buscando las críticas constructivas», añade el edil. Es por ello que «por primera vez lanzaremos una encuesta de opinión para conocer el juicio de los vecinos y así poder mejorar». Esta encuesta se lanzará a través de las redes sociales y pretenden que sea de ayuda para «continuar creciendo con nuestras celebraciones y como ciudad referente a nivel provincial», concluyó Castejón.