El trabajo continúa una semana después

Manu Reina
-

Los vecinos se intentan recomponer mientras retiran el barro, tiran lo inservible a la basura y aguardan con «esperanza» la llegada de ayudas

El trabajo continúa una semana después

Aún queda mucho trabajo por delante y la normalidad no llegará a Buenache de Alarcón hasta dentro de un tiempo, que podría dilatarse tanto como se demoren las ayudas en llegar. Ha pasado más de una semana de las fatídicas lluvias torrenciales que asolaron el municipio con enormes riadas de agua y barro, que inundaron numerosos hogares, negocios y edificios públicos. Hoy todavía se siguen con las labores de limpieza y los contenedores no tardan en llenarse de objetos, vestimentas, pertenencias y un sinfín de cosas que, por desgracia, no se pueden volver a usar. Muchos vecinos lo han perdido todo.

La ayuda y solidaridad entre unos y otros está siendo esencial. José Muñoz redobla sus esfuerzos para ayudar a su amigo a mejorar, como puede, la imagen de su casa. «Los vecinos estamos ayudándonos entre nosotros porque esto es una auténtica tragedia», explica. Además, el tiempo juega en contra, porque «tenemos que tener cuidado del agua acumulada, ya que deteriora y derriba paredes, vigas y muros», afirma otro vecino, Julio Pascual, que define la catástrofe como si fuera una «película de ficción». 

Mónica Rivera ultima, con la ayuda de sus amigas, la retirada de barro y agua, pero sabe que tiene que derribar su casa al no ser habitable, como consecuencia de los daños provocados en la estructura del hogar. Cansada de esta situación, que ya pudo vivir en menor gravedad hace nueve años, tiene decidido «derribar la casa y marcharme a vivir a Valverde», que es un pueblo situado a pocos kilómetros. «No aguanto más aquí, no puedo seguir», manifiesta. Esta joven, que tiene que vivir en la casa tutelada del pueblo mientras tanto, cuenta con unas compañeras de trabajo que «están doblando esfuerzos para suplir mi ausencia en el puesto y así puedo estar aquí limpiando». Una de sus amigas, Eloísa Rubio, recalca que «es muy complicado explicar cómo en media hora se llenó todo de agua y barro» y asegura que «es muy triste y genera mucha impotencia».

Por su parte, la familia de Ana Ruiz, que reside en Valencia, no ha vivido, por suerte, la tragedia, pero tienen mucho trabajo por delante. Una semana después del paso de la DANA han podido regresar al pueblo para «empezar a limpiar ahora toda nuestra casa, ya que no podíamos dejar nuestros puestos de trabajo entre semana». 

Los vecinos de Buenache de Alarcón intentan recomponerse, como pueden, mientras ven cómo el trabajo y esfuerzo de muchos años se ven truncados. Ellos seguirán trabajando, con la ayuda de distintos dispositivos, como los operarios de Infocam, con la esperanza de que las ayudas, tanto de las instituciones públicas como de los seguros particulares, lleguen cuanto antes.