Poseen una enorme pasión por subirse al escenario, aunque antes de dar ese importante paso prefieren ensayar tantas veces sea necesario como para que nada falle en la interpretación. Son amigos, aman la cultura y comparten los mismos valores como para armar una obra teatral rompedora. Consideran, además, que es una actuación muy oportuna para concienciar de que la sociedad actual carece de ciertas aptitudes universales. Ese es el propósito principal de La Carr...men, que es una nueva iniciativa de Cuteatro marcada por la comedia con «corazones y amor».
Esperanza Parra es la gran protagonista. Ella ha escrito la obra en «dos o tres años» y asumirá el papel de Carmen, una mujer «de pueblo, humilde y corriente». Contará al espectador sus «penas o alegrías» y trasmitirá los valores que tiene, como «el respeto o el amor hacia los mayores», así como «los problemas generacionales, la defensa de la mujer contra la violencia de género o el amor bonito», entre otros. Es la voz cantante. Lo es, literalmente, porque cantará diferentes canciones. De hecho, «voy a clases de canto para mejorar», apunta.
El personaje de Carmen, «romántica empedrada», se traslada a vivir en una modesta vivienda. No estará sola porque siempre tendrá a su lado a su hija Katy y a su suegro, que es como su padre. Eugenio García, que es la pareja en la vida real de Esperanza, interpreta a un cariñoso señor. Ante este reto, García resta presión a su salida ante el público porque «los textos no son muy complicados, aunque falta aún por repasar un poquito».
Pero aún hay más gente bajo el mismo techo. Y es que el hogar tendrá dos habitaciones que están ocupadas por dos inquilinos. En una de ellas vive un músico, cuya figura recae en Félix Sanz, guitarrista y profesor del Conservatorio de Música de Cuenca. En el otro habitáculo estará Don Miguel, un profesor de escuela interpretado por Miguel Romero. El cronista de la ciudad se ha unido a la causa e incluso se atreverá «humildemente» con este papel y la interpretación de varios poemas. «Creo que el público disfrutará mucho con nuestra actuación porque la obra es muy buena», señala.
Los cuatro dieron sus primeros pasos el pasado mes de enero y confían en poder escenificar la obra en verano o el próximo otoño, aunque no tienen prisas porque todo tiene que salir a la perfección. Y es que 60 minutos de escenificación requiere mucho trabajo. Que todo salga de perlas también será tarea y misión de Julián Razola, que es el director y técnico de La Carr...men. Así, los cinco trabajan con una enorme «ilusión». Cada mañana de cada miércoles acuden al Centro Joven de la capital para no solo poner en práctica el guion, sino también para «complementar con otras ideas o argumentos», tal y como revela Esperanza. Es cierto que también «ensayamos mucho cada uno por nuestra cuenta en casa». La protagonista recalca que «no es una obra cerrada, ya que entre todos nos ayudamos y aportamos nuevas propuestas para mejorarla».
Escenario. Los cinco miembros de La Carr...men tienen también curro en el vestuario y escenario, aunque «solemos reciclar mucho de otras obras que hemos hecho en Cuteatro», subraya el director. Y es que el material «cuesta mucho» y siempre viene muy bien «adaptarlo» con lo que se tiene. Los protagonistas no quieren desvelar mucho, pero sí que adelantan que hay un balcón durante la representación, donde Carmen y Don Miguel intercambiarán palabras.
El éxito está asegurado cuando ocupan el escenario cinco amantes del teatro y especialmente de la cultura. Esta obra espera romper barreras y deleitar a un público al que le «encantará nuestro trabajo», concluyen todos con una enorme sonrisa.