Dice el aforismo que donde hay humo, por línea general, suele haber fuego, como síntoma inequívoco de que algo está pasando. De la misma forma, si los efectos son más que evidentes, detrás tiene que haber una causa que los origina. Las cosas, por muy ocultas que se hagan, como sucede con el humo, siempre terminan aflorando. Sirva la metáfora para describir lo que desde hace un tiempo viene sucediendo en el seno del PP conquense. Ese 'humo' cada vez es más visible y en algunas ocasiones la densidad del mismo es tan consistente que incluso dificulta la visión para aquellos que transitan por estos caminos.

La primavera y el verano del año que viene es clave para la configuración del Partido Popular de Cuenca. En julio de 2021, Benjamín Prieto revalidó cargo al frente de los populares conquenses con más de un 96% de los votos emitidos. Su mandato, el tercero consecutivo, echó a andar y prácticamente desde ese preciso instante, en el seno de la formación comenzó a fraguarse una alternativa que soplaba con aires renovadores. Procesos electorales de todo tipo cayeron en cascada. Municipales, autonómicas, generales y hasta europeas… 

El mapa de 'actores' que se dibujó tras esas elecciones colocó a caras totalmente desconocidas hasta entonces en la primera línea de la política conquense. El runrún y las voces internas en el partido –el humo del que antes hablábamos– han ido creciendo con el paso de los meses y ahora es ya imposible de disimular. Se pulse la 'familia' popular que se pulse en Cuenca, todas coinciden en señalar que el próximo año, cuando venza la actual legislatura, «tiene que haber cambio». Las fuentes consultadas por La Tribuna, de muy distinta 'familia' –es importante tenerlo en cuenta–, creen que el relevo al frente de la presidencia provincial es «necesaria». 

También coinciden al señalar que esa renovación es «compartida» con lo que se piensa desde la cúpula nacional del partido que, al final, es quien tendrá la última palabra. Es más, consideran que si no se ha movido ficha antes es porque los plazos todavía no se han agotado y porque ahora la situación en el prisma nacional –cuanto menos 'ajetreada'–, invita poco o nada a destinar esfuerzos a este capítulo. 

La fecha, pues, puede variar. Mediados de 2025 es la primera que aparece en el calendario, pero estas mismas fuentes aseguran que, dependiendo del sendero que tome la política nacional, el congreso podría incluso demorarse hasta bien entrado el otoño.

Esa corriente alternativa, que en el partido en Cuenca encarna el grupo municipal que desde el 28 de mayo se empezó a dibujar, con algunos 'apuntalamientos' tanto en el grupo de Diputación como en el de las Cortes, piensa en un nombre muy concreto para ocupar ese puesto de capital importancia. Alguien que, consideran, «concita mayor consenso». No en vano, «todo el mundo en el partido habla de él». Creen que solo así se puede «regenerar» el mismo y afrontar con garantías el próximo ciclo electoral y, por ende, el regreso del PP a algunas administraciones, ahora monocromáticas a todos los niveles.

El señalado es José Martín-Buro, diputado regional desde hace menos de un año y medio, y un perfecto desconocido dentro la primera línea política hasta entonces. De forma inversamente proporcional, a partir de que su nombre apareciera en la papeleta del PP para las Autonómicas de 2023, su actividad como político, más allá de la estrictamente parlamentaria, ha crecido exponencialmente. De hecho, le quedan muy pocos pueblos que visitar y muy pocos colectivos con los que tratar. Se ha movido. Se está moviendo. Basta con repasar su frenética agenda para comprobar la proyección pública que está adquiriendo.

Mientras tanto, la actual cúpula provincial prefiere no abordar este asunto hasta que el partido convoque oficialmente el congreso en cuestión que debe elegir al nuevo presidente. Fuentes muy próximas al presidente apuntan a La Tribuna que hasta entonces, Benjamín Prieto no va a realizar ningún pronunciamiento y solo espera acontecimientos.