El sector hostelero conquense se encuentra a pleno rendimiento, después de despedir unas buenas fiestas de San Julián, que han supuesto un fuerte impulso en sus negocios, y ya se preparan para afrontar unas no menos importantes fiestas de San Mateo, que en esta ocasión incluyen el fin de semana.

El secretario de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo (APHT), Diego López, no duda en realizar un balance positivo de las fiestas patronales, que, a pesar de la incertidumbre inicial por la caída del consumo durante el verano en todo el país y las adversas previsiones meteorológicas, han resultado ser muy parecidas a las del pasado año en volumen de negocio.

Eso sí, apunta que este incremento de la demanda se ha registrado en mayor medida en los establecimientos más próximos a los escenarios de los festejos, como la zona centro o los alrededores de la Plaza de Toros y el recinto ferial. Si bien, aclara que «son once días de fiesta y muchos conquenses que residen fuera aprovechan estos días para venir, por lo que ese incremento de negocio también se ha notado prácticamente en toda la ciudad, aunque en menor medida». 

- Foto: Elaboración propia

San Mateo. Pero cuando tan solo han transcurrido unos días del final de San Julián, los hosteleros del Casco Antiguo se preparan ahora para otra de sus citas marcadas en rojo en el calendario, las fiestas de San Mateo.

Se trata de cuatro días de mucha actividad en la hostelería de la parte alta de la ciudad, esta vez, incluyendo fin de semana, lo que, a juicio de López, supondrá un plus. Y es que cree que «las fiestas tienen que servir para que los ciudadanos de aquí lo pasen bien, pero también tienen que ser un motor económico, una entrada de dinero con la llegada de gente de fuera y por eso hay que potenciarlas».

No es de extrañar que los bares y restaurantes del Casco tengan buenas expectativas de cara a estos días. Tal es el caso del propietario de la Taberna Albero, José Azcoitia, quien asegura que la demanda se multiplica y en tan solo cuatro días, hacemos el 10% de la facturación de todo el año». De ahí que reciba con los brazos abiertos estas fiestas, máxime «tras una Semana Santa bastante floja».

En términos similares, se pronuncia, tanto el propietario del Asador San Nicolás, Nacho Villanueva, como el del Mesón San Juan Plaza Mayor, Óscar San Juan, quienes tienen claro que los cuatro días van a ser muy buenos, incluidos los que caen entre semana. Y es que San Juan espera que su establecimiento se vaya a llenar hasta la bandera , «más aún cuando este año coinciden en viernes y sábado», y Villanueva tiene claro que «en estos días se factura perfectamente cuatro veces más que una facturación normal, porque la gente también sube al Casco entre semana, incluso, muchos hasta por la mañana».

Pero, eso sí, no todo es igual. La propietaria del Mesón El Caserío, en el barrio del Castillo, Montse Moreno, cree que «de miércoles a jueves no tendremos tanta afluencia», porque la mayoría de la gente estará con sus peñas, si bien sí es de la opinión de que «el fin de semana sí que esperamos mucha clientela, al juntarse los conquenses que no trabajan con los turistas que vienen».

Refuerzo de plantilla. Como es de esperar, este incremento desmesurado de la actividad llevará a muchos hosteleros a reforzar sus plantillas para estos días e inicialmente no se prevén grandes problemas para encontrar personal. 

El secretario de la APHT afirma que, a pesar del problema generalizado que puede existir con la mano de obra, «los hosteleros del Casco están acostumbrados a esa mayor necesidad de personal en San Mateo y saben gestionarlo y controlarlo».

Muestra de ello, puede ser el caso del Mesón San Juan Plaza Mayor, cuyo propietario asevera que «vamos a reforzar la plantilla estos días y por ahora no estamos teniendo problemas para encontrar trabajadores».

Algo similar le ocurre al Asador San Nicolás, que también reforzará su staff y no espera tener problemas, sobre todo, porque «ahora hay más gente disponible con el cierre de muchas de las terrazas, a lo que se suma la llegada de universitarios dispuestos a trabajar los fines de semana», precisa su propietario.

Desde el Mesón El Caserío, su propietaria no tiene intención de contratar a nadie y espera atender el servicio con su plantilla ya reforzada para el verano. Aun así, es de la opinión de que si tuviera que hacerlo, iba a tener problemas para «encontrar alguien que quiera trabajar». 

Idéntica situación tiene la Taberna Albero, que no contratará a nadie, sobre todo porque «las dimensiones del local son las que son», aunque de tener que hacerlo, lo vería complicado.