La vida de una joven de 16 años de Igualada (Barcelona) cambió para siempre la noche del 1 de noviembre de 2021 cuando fue sometida a una brutal violación cuando volvía a su casa tras una noche de fiesta. El juicio por aquel caso arrancó ayer con el acusado en el banquillo enfrentándose a 45 años de prisión por los delitos de agresión sexual y asesinato en grado de tentativa, indemnizaciones para la víctima de 260.000 euros y 10 años de libertad vigilada cuando salga de prisión. La joven, que pasó un año en el hospital recuperándose de las lesiones que le infligió, está eximida de declarar, ya que esta se le tomó en la instrucción del caso y se reproducirá estos días a puerta cerrada.
Quienes sí testificaron ayer fueron los dos camioneros que hallaron a la chica prácticamente inconsciente junto a una nave en un polígono industrial: «Estaba todo lleno de sangre, había un charco muy grande de sangre», apuntó uno de ellos.
Este trabajador estaba dentro de la nave y aclaró que, como había poca luz (eran sobre las 07,00 horas y estaba amaneciendo) no habría podido ver a la chica, que estaba a unos 200 metros, si no fuera porque le avisó un compañero que entraba con el camión y la divisó desde el vehículo.
El primer conductor encontró a la chica en el suelo, temblando, medio desnuda y ensangrentada; la tapó con su chaqueta, avisó al otro compañero que instó a «llamar a la ambulancia y a los Mossos porque esta chica está medio muerta». «Le dije: ahora llega la ambulancia. Y ella temblaba y decía; 'no, no, no'. No creo ni que me escuchase», explicó al preguntarle si estaba consciente.
Esa noche la joven fue a una discoteca con una amiga, que apuntó que discutieron porque una vez en el local, la víctima se separó de ella para irse con un chico.
Se volvieron a ver en la discoteca pero la perdió de vista. Hablaron cuando cerró el local, sobre las 6, cuando caminaba hacia la estación: la víctima le dijo que también iba hacia allí, pero cuando la volvió a llamar desde el andén y el tren no consiguió contactar con ella.
La agredida había salido de la discoteca con un chico, también testigo en el juicio, al que ya conocía de antes: fueron a un lugar apartado para tener sexo y se despidieron sobre las 6, cuando él se fue para casa en el coche del padre de un amigo que fue a buscarlos.
Entonces se topó con el procesado, en prisión provisional desde su detención en abril de 2022, que siguió a la joven y la atacó «de forma sorpresiva», tras lo que se la llevó a una zona «solitaria y huérfana de testigos, poco iluminada y sin cámaras», para agredirla. A lo largo de 20 minutos, la golpeó en varias partes del cuerpo, mientras la sujetaba con fuerza, y la penetró «de manera brutal», incluso con objetos, demostrando así su «absoluto desprecio a su condición de mujer», detalla la Fiscalía. Luego la dio un fuerte golpe en la cabeza y la dejó abandonada.