Un hogar y una oportunidad es lo que las familias de adoptantes ofrecen a esos niños y niñas, que, por múltiples motivos, no pueden permanecer en el seno de su familia de origen y entran en el sistema de adopción.
Un proceso que puede implicar un largo y tedioso camino burocrático, siempre con el objetivo de garantizar el bienestar de los menores, y que, en ocasiones, no termina con el final feliz soñado.
Algo que, sin embargo, no impide que muchas familias den el paso e intenten adoptar a un menor, como ha ocurrido con las 24 conquenses que han realizado la correspondiente solicitud en los últimos cinco años y han logrado pasar los diversos filtros que marca la normativa para conseguir la idoneidad.
- Foto: Elaboración propiaUna media de cinco familias al año se han postulado en la provincia de Cuenca como adoptantes, en su mayoría, trece (54,2%), lo han hecho para una adopción nacional, mientras que los once restantes han optado por una internacional.
En el último lustro, el mayor pico de solicitantes se registraba en 2022, cuando se alcanzaron las siete familias, según se informa a La Tribuna desde el Gobierno castellanomanchego. Le siguieron los ejercicios 2020 y 2021, con cinco cada uno; 2023, con cuatro; y, en último lugar, 2024, eso sí, hasta septiembre, con tres, por el momento.
Valoración. No es de extrañar que la delegada de Bienestar Social en Cuenca, Susana Zomeño, hable de un mantenimiento sostenido de las solicitudes de familias adoptantes en Cuenca, al menos en los últimos años. Y eso, que el tiempo de espera, tal y como precisa, «puede oscilar entre uno y tres años, aunque eso dependerá de cada caso, del momento y sus circunstancias».
Si bien pone el foco en el hecho de que ese tiempo de espera «baja bastante cuando se trata de adopciones de menores con necesidades especiales»; es decir, que tengan cumplidos más de seis años de edad, que sea un grupo de hermanos o que tengan discapacidad o enfermedad física o psíquica.
En cuanto al perfil de la familia adoptante, Zomeño indica que no hay uno concreto, más allá de tratarse de parejas de mediana edad y que se inclinan por adoptar menores de tres años, ya que «consideran que es más fácil establecer un vínculo».
Pero no todo el mundo puede optar a la adopción de un menor. Y es que, según detalla la delegada, hay que tener más de 25 años de edad y la diferencia de edad con el menor en cuestión tiene que ser de, al menos, 16 años y no más de 45.
Asimismo, los solicitantes tienen que tener residencia habitual en Castilla-La Mancha y estar empadronados en la comunidad, además de no mostrar discriminación en la solicitud por razón de sexo u origen étnico del menor, no contar con antecedentes penales y haber completado un curso de formación previo.
Adopciones. Pero el número de niños susceptibles de adopción no lleva el mismo ritmo que las familias demandantes. De hecho, en los últimos tres años, tan solo se han formalizado ocho adopciones en la provincia de Cuenca, de las que cinco han sido nacionales y las tres restantes internacionales, una de ellas ahora en tramitación y pendiente de finalizar, tal y como indica la delegada.
Al respecto, añade que «las edades de los menores adoptados están bajando cada vez más, sobre todo en las nacionales» e indica, asimismo, que «hay una sensación de que hay más niños para adoptar, especialmente, nacionales».
En cuanto a las adopciones internacionales, que en los últimos años se han elevado en Cuenca a once, Zomeño subraya que la gran mayoría, siete, son menores procedentes de la India. Y le han seguido países como Colombia y Vietnam, con dos adopciones; y Perú, con tan solo una.
Queda patente, en definitiva, que los conquenses sí optan por la adopción. No en vano, los días 8 y 9 de octubre, se celebrará un curso de formación, al que están citadas ocho familias solicitantes.