«La mano y la vaca es como si fuera algo de la providencia»

Lucía Álvaro
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Fiel a su sello personal y a sus raíces más genuinas, el cartelista Antonio Soriano centra su visión en la que tienen los propios corredores que disfrutan del festejo

«La mano y la vaca es como si fuera algo de la providencia»

Mateo desde la cuna con una vinculación familiar con la suelta de reses bravas muy importante, Antonio Soriano es un artista conquense prácticamente autodidacta cuyo estilo se reconoce por el realismo y el uso de blanco y negro, en tinta o carboncillo. Soriano, fiel a su sello personal y a sus raíces más genuinas, ha centrado su visión en la que tienen los propios corredores que disfrutan del festejo taurino de esta celebración para que todos los conquenses puedan sentir la adrenalina de aquellos que recorren las calles del Casco Antiguo de la ciudad a golpe de chupinazo.

¿Cómo afronta el nombramiento como cartelista de San Mateo?

Siempre es un honor, un privilegio, pero también es una gran responsabilidad. Los carteles los miramos siempre con lupa. Pero bueno, uno siempre se queda con que es un orgullo poder hacer el cartel, y más de una fiesta como la de San Mateo, que aparte de ser una de las fiestas más importantes de Cuenca, es la fiesta de mi barrio.

Como vecino del Casco Antiguo tiene una unión especial con estas fiestas…

No solo como vecino, fíjate si estoy unido que mi bisabuelo ya traía las vacas desde Buenache. Mi abuelo fue maromero, mi tío y mi padre han estado cargando y descargando las vacas y han sido personal de cuadra también e incluso ahora mis primos son maromeros. Para mí San Mateo, aunque tiene muchas más cosas, porque también tengo mi peña, siempre ha estado muy vinculado al festejo taurino.

Un festejo taurino que es el gran protagonista del cartel…

Yo soy corredor de la suelta de vaquillas y como tal mi inspiración a la hora de crearlo ha sido la visión de un corredor. Mi objetivo ha sido que la gente pueda ver o sentir esa adrenalina que vive un corredor delante de la vaca. He escogido el entorno de la Plaza Mayor porque creo que es uno de los sitios más emblemáticos y el mejor fondo que tenemos en Cuenca. Evidentemente, alrededor he puesto toda la alegría, el jolgorio que también son tan característicos de nuestras fiestas de San Mateo.

En una fiesta tan colorista como San Mateo, ¿por qué blanco y negro?

Es cierto que hago algunos trabajos en color, pero el blanco y negro es una especie de seña de identidad mía, ese sello que al final todos los artistas buscamos. Es cierto que en una fiesta con tanta alegría, con tanto color como San Mateo es difícil poder hacerlo en blanco y negro, pero bueno, he decidido ser fiel a mi esencia, a lo que hace que se me conozca en Cuenca que es siempre el blanco y negro. Además, me centro en lo que es la esencia primera de cualquier fiesta.

Tradición familiar y lazos como corredor… ¿Cuáles son sus primeros recuerdos de San Mateo?

San Mateo son tantas cosas… aunque está el festejo taurino también es ese momento de reencontrarse con familiares, con amigos que no ves el resto del año, que aunque son cuatro días, que sabemos que según caiga, vienen mejor o peor, la verdad es que mucha gente hace el esfuerzo de venir esos cuatro días a Cuenca. Para mí ese es el recuerdo que tengo de San Mateo, el ambiente de la Plaza Mayor, que es lo que al final he querido plasmar en el cartel. Si echo la vista atrás pienso en los momentos con mi peña, en el festejo taurino y en cuando era pequeño. Mi San Mateo empezaba a las 7 de la mañana, que es cuando se iba por las vacas y cuando mi familia se encargaba de descargarlas, así que fíjate sí está ligado en mí.

Usted es graduado en magisterio. ¿Cómo se inició en el mundo del arte?

Bueno, pues la verdad es que he sido un poco autodidacta porque, aunque tuve clases cuando era muy pequeño luego ya me he dedicado a otra cosa. Yo no soy un profesional de esto, es como un hobby. Entonces, poco a poco, pues... he ido probando y trabajando diferentes técnicas y hasta que he dado con una en la que me encuentro más cómodo. En mi caso estoy más cómodo con el dibujo, con la tinta y el carboncillo, todo en blanco y negro, o sea, todo en blanco y negro. Así, más o menos, es como he encontrado mi sitio, he ido haciendo cosas y distintos trabajos.

En una ciudad como Cuenca le habrá sido fácil encontrar inspiración y referentes en otros artistas…

Bueno, pues la verdad es que me fijo en mucha gente, en muchos trabajos que hacen. Normalmente, por mi estilo, en los que más me fijo son en los que hacen un tipo de dibujo que es realista que es lo que a mí más me gusta. Aquí en Cuenca hay grandes pintores, grandes diseñadores, por eso antes te he dicho que el que te escojan para hacer un cartel es una gran responsabilidad. Yo soy consciente de que en esta ciudad hay mucho talento, hay gente que lo hace muy muy bien y yo, al final, soy un maestro al que le han encargado una cosa muy importante.

Sin duda es un encargo muy especial, ¿cuánto tiempo ha estado trabajando el cartel? ¿Tuvo clara la visión de lo que quería hacer desde el primer momento?

Pues mira, te puedo decir que la vaca que sale abajo la empecé a bocetar en el 2016 sin saber para qué iba a ser. Cuando me llamaron para ofrecerme ser cartelista tuve claro que lo primero que iba a poner iba a ser esa vaca. Teniendo ese primer elemento, a la hora de hacer la composición supe que tenía que introducir algo que incitara a la vaca en ese primer plano. Primero intenté poner una mano sola, pero cuando vi los dos elementos en conjunto  entendí que para equilibrar la composición pensé que iba a quedar mejor que llevara algún elemento como un trapo, un pañuelo o algo similar. Teniendo esos elementos en primer plano tenía que buscar un escenario en el que todo eso encajara. Como te he dicho antes yo soy corredor y el tramo que más disfruto es el de los arcos y la anteplaza hacia la Plaza Mayor, así que, como siempre estoy por esa zona fue donde me inspiré, decidí que no había un escenario mejor para representar lo que es San Mateo.

El cartel ha sido una composición de años prácticamente…

Pues la verdad es que sí, realmente el fondo fue lo único que busqué cuando supe que iba a hacer el cartel, pero tanto la mano como la vaca que son algo en lo que he estado trabajando años atrás, es casi como si fuera algo de la providencia, al final todo tiene un motivo.

Como peñista, como mateo, como corredor y ahora como cartelista, tiene usted multitud de puntos de vista diferentes de la fiesta, ¿cómo valora nuestro festejo?

Desde hace unos años especialmente se está cuidando mucho tanto el festejo como las tradiciones. Se están llevando a cabo muchas actividades y se están haciendo multitud de cosas y, lo más importante, se están haciendo bien, aunque como en todo siempre hay margen de mejora, pero pienso que tiene que ir poco a poco. Al estar dentro del toro de cuerda sí que nosotros podemos fijarnos en otras federaciones, en otros sitios, cómo hacen cosas e incorporar aquellas que verdaderamente nos sean útiles. San Mateo es algo que está vivo y que espero que dure muchos años.