El Rebi Cuenca volvió a las andadas y cuajó uno de los peores partidos de la temporada ante el Ademar León (37-27). Una derrota que duele principalmente por «cómo fue, porque volvimos a tener los fantasmas de otros partidos que ya dijimos que no había que repetir», señala el conquense Sergio López. La situación ahora mismo es «frustrante».
El joven jugador, que defiende la camiseta del club en su segunda etapa, explica que «no hay una razón de que suceda así un partido» y lamenta que «cuando llegas al descanso perdiendo de diez o más goles es que has hecho las cosas muy mal». El equipo no supo o pudo hacer repliegues y cometió constantemente pérdidas de balón. Lo más preocupante es que «la intensidad y las ganas en este deporte no puedan faltar». Y es que el plantel no estuvo a la altura y no tuvo ninguna opción de competir por los dos puntos. Es un problema de actitud.
Sergio López explica que «no hay nada de qué hablar» tras la dura derrota porque «estamos en marzo y los errores que cometemos son los mismos». El tiempo pasa y no acaba de llegar una solución. Y es que el grupo «ya dijo de no volver a cometer esos errores y si vuelve a pasar es que hay poco de qué hablar». Tan solo queda hacer «autocrítica individual y saber que ha hecho mal cada uno por el bien del equipo». Lo siguiente es «entrenar y preparar los siguientes partidos de la mejor forma posible».
El Rebi Cuenca, que ocupa el decimotercer puesto en la tabla, piensa ya en la cita de este domingo (12,30 horas) ante el BM Logroño en El Sargal. Por delante un «auténtico partidazo frente a un equipo que está haciendo las cosas bien y que nos va a exigir mucho». Eso sí, Sergio López avisa que «si hacemos un partido como en León nos va a pasar lo mismo o peor». Y es que en esta categoría nadie regala nada y cualquier equipo te puede hacer besar la lona.
El extremo, aunque en esta atípica temporada está ejerciendo muchas veces de central, expresa que el objetivo, teniendo en cuenta la situación actual, es «pelear hasta el final porque nos estaremos jugando estar en un puesto más arriba o abajo». Al fin y al cabo, la «exigencia profesional nos obliga a competir en cada duelo y esperemos que el equipo no se relaje porque nos pagan para esto y tenemos que estar ahí hasta el final».
El Rebi Cuenca no vive su mejor momento, pero aún tiene la oportunidad de mejorar sus registros y maquillar una temporada complicada.