«Intento ser objetivo en las clases y también al escribir»

J.L.E.
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Miguel Romero publica 'El tranvía de los sueños', una obra ambientada en la Segunda República que constituye todo un homenaje a la mujer, así como a los intelectuales de la Generación del 27

Miguel Romero sostiene en sus manos ‘El tranvía de los sueños’ - Foto: Reyes Martínez

Miguel Romero regresa al primer plano de las novedades editoriales con la publicación de El tranvía de los sueños (Ediciones Hades), una novela que traslada al lector a la Segunda República. El autor, que en esta obra cambia de registro respecto a su anterior novela, El enigma de la Catedral, ofrece un ensayo novelado, parecido al que hizo en El baile de las amapolas, «pero con menos documentación y más creación». 

La mujer es la protagonista esencial de la novela, en una interminable búsqueda de la esperanza y la libertad. Para ello, encontró la inspiración en su familia, por lo que la obra tiene «un aporte sentimental». En concreto, el escritor subraya que la inspiración le vino por una mujer vinculada a su familia, ya fallecida, «que tiene que sobrevivir basándose en su formación familiar, a su concepto de familia y a la vida que le toca». 

No es extraño que Romero ambiente la novela en la Segunda República, porque junto al siglo XIX, «como profesor, siempre me han encantado dos momentos de la historia». Precisamente, a la hora de escribir sobre esta época, el cronista de la ciudad e historiador subraya que «no solo intento ser objetivo en mis clases, didácticamente hablando, sino también en lo que escribo».

En el libro hay dos partes muy diferenciadas, aunque ambas están en el mismo contexto histórico. En la primera de ellas, Romero hace un homenaje a los intelectuales y escritores de la Generación del 27. De este modo, el escritor explica que aparecen diálogos ficticios de personajes reales como Federico García Lorca o Pablo Neruda con Lucía Sánchez, Victoria Kent o Eulalia Lapresta.

Además, cobra protagonismo el cine, porque «había una cantidad de productores importantes y muchísimos actores que destacaron en la sociedad del momento e, incluso, algunos participaron en política». En este sentido, Romero explica que en la trama todo gira sobre la vida de Rosita Díaz Gimeno, la primera actriz española que salta a Hollywood. Esta actriz, una de las más populares durante la Segunda República, protagonizó una de las noticias falsas de la época, porque al menos dos medios de comunicación llegaron a informar de que fue procesada y fusilada por espionaje, «y, sin embargo, ella vivió hasta los 90 y tantos años».

«La figura de Rosita Díaz Gimeno sirve de origen para la trama y todo lo que ésta conlleva, hablando de cine, Generación del 27, intento de igualdad, y sobre todo, de la lucha de la mujer», subraya Romero.
En cuanto a la segunda parte de El tranvía de los sueños, se centra en tres mujeres, que «son amigas íntimas, aunque cada una de ellas ha recibido una formación moral y cultural diferente». De este modo, asegura que «un homenaje a la mujer en sus diferentes vicisitudes durante esa etapa del final de la Segunda República y con todas las connotaciones sociales que eso conlleva».

El escritor, historiador y cronista oficial de la ciudad presentó El tranvía de los sueños en el Ateneo de Madrid y hoy, a las seis y media de la tarde, hará lo propio en la Delegación de Cultura y Educación.