Castilla-La Mancha es este 2024 Región Europea del Deporte. En La Tribuna queremos contribuir también con nuestro granito de arena a la conmemoración de este año y por eso hemos contactado con una treintena de castellanomanchegos vinculados con el deporte para que nos cuenten desde dentro cómo es su mundo y qué lecciones podemos sacar de su experiencia. A lo largo de este mes de junio podrán leer cada día los testimonios de deportistas de élite, de los que están empezando y de los que acaban de dejarlo, de quienes han sido olímpicos o paralímpicos y de quienes lo serán en solo unas semanas en París, de quienes son entrenadores, directores deportivos, guías o incluso seleccionadores.
«Detrás de cada deportista paralímpico hay una historia que merece la pena escuchar»
Desde que tiene uso de razón Luis Miguel García-Marquina lleva practicando deporte. «Desde los 5 hasta los 23 años he estado haciendo motocross», pero un accidente le impidió volver a subirse a una moto. Ese hecho traumático no fue impedimento para comenzar una buena etapa en el deporte adaptado.
Tras pasar por el Hospital Nacional de Parapléjicos (Toledo), y probar modalidades como el baloncesto en silla de ruedas, decidió echarse a la carretera y decantarse por el ciclismo. «El deporte es una forma de vida que te hace sentir bien, no te levantas una mañana y decides practicarlo», esa frase podría ser el resumen de su carrera como deportista de alto nivel y, en especial, cómo humano. Valora mucho a aquellas personas que se paran y prestan atención a las demás: «Detrás de cada deportista paralímpico hay una historia que merece la pena escuchar».
Es esa mentalidad la que le ha llevado a ser medallista en los Juegos Olímpicos de Tokio con un bronce que espera «cambiar de color». «Creo que sería bueno para la sociedad fomentar este tipo de conocimiento, saber lo que hay detrás de gente que ha sufrido la discapacidad y que no solo se repone, si no que decide participar en una modalidad deportiva», destaca.
En lo personal califica las anteriores olimpiadas de «horribles» al producirse en un contexto marcado por la Covid-19 y sin apenas «poder salir del hotel» habilitado para los competidores. «El sabor más agridulce» de su trayectoria deportiva, revela.
García-Marquina es uno de los preseleccionados castellanomanchegos para París y volvió hace poco a Parapléjicos para difundir el trabajo de los deportistas paralímpicos en unas jornadas organizadas por CaixaBank, patrocinador de la delegación paralímpica. Cree que el deporte paralímpico «ha crecido muchísimo y ahora es más potente, no solo a nivel nacional, sino también mundial». Las redes sociales y la emisión en televisión de los Juegos Paralímpicos son un acicate para «la consideración general de que existe ese deporte». Aprecia el trabajo que hace la Junta de Castilla-La Mancha independientemente del tipo de deporte: «He conocido de primera mano cuál es el apoyo que la Junta ha prestado en el deporte convencional y no hay una diferencia de trato con el deporte paralímpico».
Al menos así lo ha percibido «durante los últimos 30 años» en activo como deportista de alto nivel. «Lógicamente se puede hacer más», pero el conquense apunta a toda Castilla-La Mancha, desde instituciones a ciudadanos: «Quizás cuando tomemos conciencia de la importancia que tiene la actividad física a nivel social».