La serie Cuéntame cómo pasó llegó a su final recientemente tras 22 años y 23 temporadas en las que hizo un emotivo repaso de la historia más reciente de España desde 1968. Aquel año, Massiel ganó el festival de Eurovisión, el Seat 124 comienza a popularizarse en las carreteras, en la televisión en blanco y negro se podían ver series como Misión Imposible o Superagente 86 y Jeanette cantaba aquello de Soy rebelde. En los cines se exhibían películas como El Padre Coplillas, ¡Cómo está el servicio!, Estación Polar Cebra o La Noche de los Muertos Vivientes, entre otros muchos títulos. Entonces, por supuesto, se pagaba en pesetas y nadie podía imaginar que unas décadas después el euro se abriría camino.
Las aventuras y avatares de la familia Alcántara han sido una inyección de nostalgia para los seguidores de esta serie durante años, de la misma manera que a través de ellos hemos vivido las navidades y, por supuesto, la noche mágica de los Reyes Magos. El año de la trama de Cuéntame, 1968, fue cuando se comercializó el primer Madelman, una figura de acción articulada que se hizo un hueco muy importante en las cartas que los niños españoles escribieron en los años siguientes a Melchor, Gaspar y Baltasar hasta que en 1983 dejó de fabricarse. Tuvo su competencia con el Geyperman e incluso con los Playmobil. Fueron juguetes que dieron horas de alegría a los pequeños de la casa, del mismo modo que la Barbie, que aterrizó en España en 1978, o la Nancy, también conocida como la Barbie española fabricada por Famosa.
Atrás quedaban los soldaditos de plomo o el Meccano, un juguete pionero en construcción, con los que jugaban los españoles en las décadas de los 40, 50 o 60. La revolución de los juguetes que vino después comenzó a dar más trabajo a los Reyes Magos y a los pajes que cada 6 de enero se cuelan en las casas cargados de regalos. En los años setenta, los niños comenzaron a pasar horas delante del Telesketch o practicando magia con el juego más famoso: Magia Borrás. También en la década de los setenta muchas familias incubaron su pasión por el séptimo arte a través del CinExin, comercializado por la compañía española Exin en 1971.
Claro que esa misma empresa también fue la que popularizó el Scalextric, uno de los juegos de coches de carreras en miniatura que tanto trabajo han dado a los Reyes Magos durante años. En la década de los 80 los juguetes cambiaron. Empezaron a proliferar las videoconsolas, como la Game & Watch, con juegos como The Legend of Zelda o Mario Bros. Aparecieron los primeros Transformers, la muñeca Chabel –muñeca preferida en los 80–, las Barriguitas, el Ibertren o el Exin Castillos.
La tecnología revolucionó el panorama en los 90. Llegaron el Tamagotchi, la Supernintendo, la Gameboy o la PlayStation, con videojuegos que se han vendido como rosquillas como Tomb Raider o Gran Turismo.
En el tintero de esta mirada al pasado se han quedado juguetes, pero seguro que les será fácil recordarlos.
Cuatro generaciones y sus juguetes:
Baby boomers: Las personas nacidas entre los años 1949 y 1968 disfrutaron de juguetes como el Fuerte Comansi, Scalextric, los Juegos Reunidos Geyper, el Cinexin, el Mecano, Playmobil, el Ibertren o la muñeca Nancy.
CuéntameGeneración X: Los nacidos entre 1965 y 1981 dejaron llevar su imaginación con la Guerra de las Galaxias. También con figuras de acción cono He-Man o los Transformers de la mano de Hasbro, saga que arrancó en 1984.
Millenials: La Generación Y o Millennials corresponde a los nacidos entre 1981 y 1997 y tienen entre sus juguetes inolvidables ejemplos como la Game Boy, la Nintendo, el Tamagotchi o el Furby o las muñecas Monster High.
Generación Z: Centennials o Generación Z son denominaciones para los que vinieron al mundo entre 1997 y 2010. Crecen en un mundo digital con videojuegos como GT Gran Turismo, The Legend of Zelda o Street Fighter.
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