El Sistema de Atención a la Dependencia en la provincia de Cuenca se encuentra en números nunca vistos hasta ahora, al menos, en lo que a prestaciones se refiere, hasta el punto de que la delegada provincial de Bienestar Social, Susana Zomeño, asegura a La Tribuna que «la atención a la dependencia en Cuenca está prácticamente cubierta y se está respondiendo eficazmente a la demanda de la población».
Y es que, tal y como remarca, «ahora estamos en nuestro máximo histórico en la provincia, con 14.643 prestaciones por dependencia», una vez superados con creces los años de pandemia. No en vano, estas prestaciones a 30 de septiembre superan en cerca de 2.000 las 12.734 de prepandemia, en 2019, lo que supone un crecimiento del 15%.
Pero, por si esto fuera poco, el incremento es mucho mayor si echamos la vista más atrás y se compara las actuales cifras con las de hace diez años, cuando en julio de 2015 había poco más de 10.000 prestaciones por dependencia reconocidas, es decir, 4.635 menos que al término del pasado mes de septiembre, lo que equivale a una diferencia del 46,3%, siempre según los datos facilitados por la Delegación Provincial de Bienestar Social.
- Foto: Elaboración propia.Al detalle. La mayoría de estas prestaciones por dependencia, casi la tercera parte (4.181), corresponden a teleasistencia. Servicio que, precisamente, es el que más ha crecido en la última década, puesto que ha pasado de los 1.712 beneficiarios de julio de 2015 a los cerca de 4.200 actuales, es decir, el número de usuarios casi se ha triplicado.
Una evolución al alza que Zomeño justifica en el hecho de que este servicio «se puede considerar universal, ya que se le concede a toda persona que lo solicite».
Le siguen, en cuanto a número de prestaciones, la Ayuda a Domicilio, con 2.871 beneficiarios; las Prestaciones Económicas por Cuidados en el Entorno Familiar (Pecef), CON 2.411; la Atención Residencial, con 2.192; el Servicio de Prevención de la Dependencia y Promoción de la Autonomía Personal, con 1.550; las Prestaciones Vinculadas al Servicio, con 1.089; y el Centro de Día, con 349 usuarios.
Cuenca está a punto de recuperar los niveles de prepandemia en solicitudes activas de dependencia, con 13.599. - Foto: Reyes MartínezDe todas estas prestaciones, las únicas que conllevan el pago directo al beneficiario de una ayuda económica son las vinculadas al servicio y las de cuidados en el ámbito familiar, que «en la provincia de Cuenca suponen cada mes una nómina que ronda el millón de euros», tal y como apunta la delegada.
Las solicitudes activas de dependencia, por su parte, han tenido un comportamiento bastante más irregular que las prestaciones. Y, de hecho, después de registrar un notable incremento desde julio de 2015 hasta diciembre de 2019, cuando se alcanzaron las 13.843, los dos años de la pandemia supusieron un duro golpe y éstas cayeron en casi un millar, hasta las 12.900.
Un bache que, no obstante, está a punto de superarse, después de cuatro años, puesto que, en palabras de Zomeño, ya se ha llegado a las 13.599, a poco menos de 250 para igualar las cifras de prepandemia. Solicitudes éstas que, tal y como puntualiza la delegada, «no tienen por qué desembocar en el reconocimiento de un grado de dependencia».
Valoración. Con este escenario, la responsable provincial de Bienestar Social no duda en realizar una valoración positiva del actual Sistema de Atención a la Dependencia en Cuenca, máxime, según precisa, «cuando en julio de 2015 estaba destrozado» y pone de ejemplo «los 3.944 expedientes, que estaban en un cajón, ya valorados, pero sin resolución, después de más de seis meses». Una situación que, a su juicio, prácticamente se ha subsanado, ya que en diciembre de 2019 estos expedientes se reducían a 304, y, en la actualidad, se han quedado en tan solo 18.
A ello, se suma el hecho de que en estos momentos sólo hay en torno a 200 expedientes pendientes de valorar, una cifra que se enmarca dentro de la normalidad. Y es que, según subraya, «el tiempo medio de valoración en Cuenca ronda los 40 días, de ahí que sea referente en tiempos de gestión de la dependencia».