¿Quién será Lamine Yamal con 25 años?

Diego Izco (SPC)
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Nueva exhibición ofensiva del mejor adolescente del planeta: cuanto mayor es el escenario, más brilla. Vinícius y Mbappé, aislados en un equipo sin fútbol, sin laterales y ¿ya eliminado?

El blaugrana (d) sigue impresionando con su juego. - Foto: E. Fontcuberta (EFE)

Los futbolistas modernos empiezan a 'quemarse' pronto. A veces es la necesidad la que empuja a los entrenadores a ser valientes, a veces es un talento arrollador el que empuja a los jugadores a ser madrugadores. Lo que pasa con Lamine Yamal es distinto, porque ha conquistado los campos de élite como si fuesen la plaza de su barrio. Es un descarado que acompaña con lecturas de jugadas y partidos impropios de su edad. Se equivoca poco y acierta demasiado para ser un menor: los futbolistas van adquiriendo lo que el atacante ya tiene con el paso del tiempo y la acumulación de partidos. Él, atendido a las normas generales del fútbol y a sus patrones históricos, actúa como un jugador genial de 25 años. ¿Cuánto tiene que mejorar aún? Una pregunta que asusta. 

Desconectados

Los movimientos ofensivos del Barça ante el Dortmund fueron corales y arrolladores. El contraste con lo sucedido el día anterior en Londres es abismal porque Vinícius y Mbappé, dos de los mejores futbolistas del mundo, pulularon por el campo aislados de todo contacto con sus semejantes. El Real Madrid suena desde hace tiempo a dejadez táctica. Tal vez Ancelotti no sea el único culpable del embrollo. Nadie puede colocar dos cuadros de cuatro metros cuadrados cada uno en una pared de seis metros cuadrados. Caben de perfil, tumbados… pero no como deberían estar. Sucede lo mismo con el brasileño y el francés, geniales uno a uno pero incompatibles en su desempeño, basado en la libertad para no defender y moverse por donde quieran. Si además viven desconectados de sus compañeros, casi siempre superados en número e intensidad en el mediocampo, a veces sucede lo del Emirates, que parecen satélites muertos abandonados a su suerte. 

El 'abuelo'

Para seguir contrastando, un señor de 36 años: Robert Lewandowski. Le hizo un doblete al Dortmund (lo ha acribillado: 29 goles en 28 partidos) y alcanzó los 40 tantos, algo que había pasado con un jugador del Barça por última vez hace seis años (Messi llegó a 50 en la 18/19). Pero ya no es la definición, que venía de serie con más de 700 dianas: es el hambre o la actitud. El 'abuelo' es el primero que presiona, que baja balones, que se asocia con los medios… No es que noches como la del miércoles lo colocarán entre los mejores de la historia, es que han sido ya muchas así. 
alaba-valverde. Antes de cabalgar hacia París o hacia Munich, una reflexión: los laterales del Real Madrid fueron Alaba y Valverde. Un «central fijo» según Ancelotti y su mejor mediocampista. Puede ser por mala suerte (lesiones), por una mala idea del entrenador o por mala planificación. O una equilibrada y dolorosa mezcla de las tres. 

Acción

El PSG, con permiso del Barça de Flick, es el equipo más vertiginoso de Europa. Sus partidos son películas de acción en la que siempre es el protagonista. Empezó de nuevo perdiendo (siete veces esta Champions) y terminó una vez más arrollando: fue un 3-1 sobre el Aston Villa de Emery, un puñado de buenas intenciones con el increíble mérito de haberse colado entre los ocho mejores, pero pudieron ser muchos más. Dispararon 30 veces. Como si jamás se le agotase el cargador, igual que los 'buenos' de esas películas. Luis Enrique le ha puesto cara de favorito. 

Clásicos

Bayern e Inter son dos 'elefantes' de la histórica Copa de Europa, y cuando un choque de estos ocurre merece la pena asomarse a ver cómo se siguen moviendo los grandes clásicos. Hoy juegan despojados de sus viejas caretas, la del inefable martillo pilón (los alemanes) que primero ganan y después convencen, y la del grupo de antihéroes (los italianos) abrazados al 'catenaccio' y a que apenas haya fútbol. A pesar de los 20 disparos locales y 10 visitantes, triunfó la idea de Inzaghi, un 'semirrevolucionario' que abraza lo mejor del viejo fútbol italiano con los códigos del nuevo balompié físico, intenso y apasionado. El 1-2 deja todo abierto, pero da una ventaja a uno de esos equipos que, lo lleva en los genes, rara vez la desaprovechan.