El año hidrológico termina con un 15% más de reservas de agua

J.L.E.
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Los pantanos de la provincia almacenan 1.310 hectómetros cúbicos, casi un 15% más que hace año, tras doce meses con más lluvias, en especial durante Semana Santa

Imagen de archivo del embalse de La Toba - Foto: Reyes Martínez

Las precipitaciones de los últimos meses permiten que los embalses de la provincia almacenen al cierre del año hidrológico casi un 15 por ciento más de agua que hace un año. Los embalses de las dos cuencas hidrográficas de la provincia, la del Júcar y el Tajo, almacenaban ayer 1.310,76 hectómetros cúbicos, 166 más que hace justo un año.
De este modo el año hidrológico, que arranca hoy y se prolongará hasta el 30 de septiembre de 2025, comienza en mejores condiciones que hace justo doce meses atrás, cuando los principales embalses de la provincia estaban al 35,7% de su capacidad total, con 1.144 hectómetros cúbicos de agua. 

El estado actual de los embalses de la provincia de Cuenca es mejor que el del año pasado al cierre del año hidrológico. No obstante, en lo que se refiere a la Confederación Hidrográfica del Júcar, la reserva de agua es inferior a la de hace un año. En la actualidad, los embalses de Alarcón,  Contreras y La Toba, acumulan unas reservas de agua de 789,23 hectómetros cúbicos, cuando hace un año eran de 845,85 hectómetros cúbicos. La razón está en la disminución de agua embalsada en el embalse de Contreras que, tras el verano comienza el año hidrológico con 100 hectómetros cúbicos menos que el 1 de octubre del año pasado. 

No obstante, en los otros dos grandes embalses del territorio conquense, el de Buendía y Molino de Chincha, ambos dependientes de la Confederación Hidrográfica del Tajo, la situación es mucho mejor. En concreto, entre ambos cuenta con 521,65 hectómetros cúbicos cuando hace un año eran 297. 
Entre las razones para que el año hidrológico que comienza hoy sea distinta a la de hace justo doce mese atrás están los efectos de la borrasca Nelson, que dio lugar a intensas precipitaciones, muy por encima de la media habitual. 

Los meses de enero, marzo, junio y agosto fueron muy húmedos; octubre y febrero fueron húmedos; noviembre tuvo un carácter pluviométrico normal; julio fue seco; y, sin embargo, diciembre, abril y mayo fueron muy secos. De hecho, ña precipitación acumulada en Castilla-La Mancha en el periodo comprendido entre el 1 de octubre de 2023 y el 31 de agosto. sin contar septiembre, fue de 472 litros por metro cuadrado, un 111% del valor medio del período de referencia, lo que le otorgó a este período un carácter pluviométrico húmedo.. 
A la espera de conocer, los datos de precipitaciones de septiembre, los tres meses anteriores dejan un total de 87,9 litros por metro cuadrado. Salvo en julio, donde tan sólo se recogieron 4,3 litros por metro cuadrado en la provincia, tanto en junio como en agosto llovió mucho. En concreto, las precipitaciones dejaron en agosto 34,9 litros por metros cuadrado y en junio 48,3 litros por metro cuadrado.

Pero si hubo un periodo muy húmedo coincidió con la semana Santa. En la capital, por ejemplo, se acumuló el 16% de la precipitación media anual al acumular 79 litros por metro cuadrado. En abril y mayo también llovió, pero menos. En total, se recogieron 28,2 litros por metro cuadrado, cantidad inferior a la media de esos meses.

Manuel Torrero, secretario general de Asaja Cuenca: «Las lluvias no remataron el año hidrológico como nos hubiese gustado»

El año hidrológico ha sido mejor para el campo que el anterior, aunque han faltado precipitaciones en primavera y a principios de verano. «Ha llovido más en alguna época del año, pero nos ha faltado un mes de mayo o finales de abril con más precipitaciones tanto para el cereal y girasol, como para el resto de los cultivos, que podrían haber mejorado con una primavera más lluviosa», explica Manuel Torrero, secretario general de Asaja Cuenca, quien incide en que «hubo mucha precipitación en Semana Santa, pero a partir de ahí no llovió con lo que nos faltó rematar el año como nos hubiese gustado».

Sobre los rendimientos, Torrero precisa que «este año ha sido mejor que el anterior, como se refleja en los cereales, pero se ha notado una caída importante de la producción de girasol por un verano tan seco», que se extiende también a viñedo y olivar.

En cuanto a las tormentas, subraya que afectaron de manera especial a La Manchuela. «Este año también ha habido, no con la virulencia ni el daño que otras veces, pero sí que hay pérdidas por las fuertes precipitaciones en plantaciones de viñedo y pistacho, que en este caso implica la pérdida del cien por cien», concluye.