Cruz Roja finaliza su mes plagado de actividades y talleres con motivo del 160 aniversario de su fundación. Esta organización, que se erigió como un faro de esperanza guiada por los principios de naturalidad, imparcialidad y humanidad, ha iluminado a Tarancón y su cormaca durante varias décadas. Con más de una decena de actividades, la delegación de la organización sin ánimo de lucro desarrolló sus 160 años enfocada principalmente en los temas actuales de interés para la sociedad. Ejemplos de ello son la eficiencia energética, la búsqueda de empleo o talleres dirigidos a los más pequeños sobre primeros auxilios, así comocuenta cuentos en distintos centros educativos.

La entidad local cuenta con una cantera de diez personas fijas más otras que participan de forma intermitente. Durante este mes, se desplazaron, al igual que hacen habitualmente durante el año, a diferentes localidades de la comarca, como Carrascosa del Campo, Belinchón o Huete, donde realizaron diferentes talleres enfocados a los mayores con actividades de pintura, ejercicios o paseos.

Jesús Zafra, uno los voluntarios presentes en Tarancón, valora la «buena predisposición» presente entre los vecinos y asociaciones de la localidad con las que colaboran. «La gente muestra mucho interés por las cuestiones que tratamos, y más si son cercanas o de actualidad», subraya Zafra, haciendo referencia a los talleres sobre eficiencia energética que han protagonizado gran parte de estas semanas. Como otros compañeros, este voluntario muestra su gran gratitud hacia todas aquellas personas con las que colaboran. Un agradecimiento que se hace aún mas presente este año con los diferentes actos de reconocimiento organizados conjuntamente con toda la provincia.

Por su parte, Vilmania Farías llegó a esta asamblea local hace tres años, un periodo que considera «muy especial» y en los que ha podido generar «una gran hermandad» junto con diferentes compañeros de la organización. Durante estos años, la mujer dirigió gran parte de la actividad hacia la infancia, que cataloga como «un tesoro muy valioso como personas», haciendo hincapié en la necesidad de la educación para generar los mejores valores posibles.

Además, el acto central organizado el pasado sábado en Cuenca, reconoció al voluntario local Agustín Roldán que, desde la humildad, afirma que, tras quince años en Cruz Roja, las ganas por seguir trabajando no se pasan, ya que «siempre se saca tiempo» para realizar esta acción altruista. En lo que coinciden todos es en destacar los «efectos emocionales positivos» que les genera el poder trabajar juntos y desinteresadamente por el bien común en pro de los vecinos.