Accem amplía sus recursos para inmigrantes con tres pisos

Miguel A. Ramón
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Esta ONG resalta la «normalidad» con la que se desarrolla en la capital la atención a medio centenar de inmigrantes procedentes de Canarias, desde hace ya casi un año.

Imagen de archivo de uno de los cursos de español que se está impartiendo a estos inmigrantes en el CEPA Lucas Aguirre, de la capital. - Foto: Manu Reina

Cuando está a punto de cumplirse un año de la llegada de medio centenar de inmigrantes irregulares a la capital conquense, procedentes de Canarias, la organización encargada de su atención en la ciudad, Accem, no ha dudado en resaltar la «normalidad» y «naturalidad» con que se está desarrollando esta labor.

De hecho, su responsable regional, Braulio Carlés, afirma a La Tribuna que «la normalidad ha reinado en este tiempo y, sin duda, es la mejor noticia que se puede dar, ya que en la vida de Cuenca no se han registrado problemas; más bien, todo lo contrario, una realidad integradora».

E, incluso, va más allá y llega a asegurar que «podemos estar orgullosos de cómo se están desarrollando las cosas», al tiempo que subraya la necesidad de «seguir trabajando en esta clave de integración, donde el fenómeno migratorio es una oportunidad, que hay que ver como una esperanza, no como algo negativo».

Y es que, en su opinión, en este tiempo, «la realidad nos ha dado la razón y ha demostrado que estos inmigrantes son gente que tan solo tienen que aprender el idioma, integrarse y conseguir documentación, nada más, y que Cuenca ha colaborado con humanidad y corazón por la integración de estas personas».

De ahí, que el también vicario episcopal de Pastoral Social de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara considere que «Cuenca puede sentirse orgullosa de ser una ciudad acogedora e integradora».

Pero esto no es lo único que ha cambiado desde la llegada a Cuenca de estos inmigrantes, en su mayoría originarios de Senegal y Mali, que fueron alojados en la antigua residencia del complejo educativo de La Sagrada Familia, como centro de ayuda humanitaria, puesto que Accem ha ampliado sus recursos de atención al colectivo con tres pisos.

En ellos, tal y como explica Carlés, se ha instalado la oficina de Accem en Cuenca y se ha derivado a 24 inmigrantes para que residan en estos tres pisos, uno con capacidad para  doce personas y los otros dos, de seis cada uno. Nuevas dependencias que, según recalca, serán presentadas de manera oficial próximamente. 

En estos once meses, Accem se ha centrado, tal y como detalla Carlés, en enseñar el idioma a estos inmigrantes, además de formarles y ayudarles a encontrar trabajo y vivienda y conseguir la documentación.

Objetivo. No en vano, el objetivo primordial de Accem pasa por «la integración y regularización de estas personas», si bien reconoce que todo lleva su tiempo y esta labor se prolongará durante bastantes meses.

En este sentido, apunta que «posiblemente la mayoría de estos inmigrantes, ahora irregulares, vayan a pedir protección internacional, con lo que seguramente pasarán a la fase de acogida y en un margen de 18-24 meses lograrán regularizarse, bien con una protección internacional o cualquier otra figura contemplada en la normativa de nuestro país».

A partir ahí, en palabras de Carlés, «estas personas podrán ser un ciudadano más, que trabaja y puede ayudar a su gente de origen, como hacíamos los españoles en los años 50». Y es que, según pone de manifiesto, no hay que olvidar que «las estadísticas apuntan a que, en las próximas décadas, necesitaremos más de 25 millones de personas para ocupar puestos de trabajo que están sin cubrir y el fenómeno de la inmigración puede dar respuesta a esto».

El responsable de Accem no descarta la llegada de más inmigrantes a la capital, entre otros motivos, porque «la realidad de Canarias es muy dura y están saturados». Sin embargo, aclara que, por ahora, las plazas están más o menos completas, pero «más adelante, unos se marcharán y llegarán otros, seguramente».