Existe un problema generalizado que asola a todas las personas cuando cumplen una serie de años, justo en el momento que se traspasa la barrera de la jubilación. Con el paso de los años, la falta de interacción, el aislamiento y la reducción de actividades pueden hacer que la vida se sienta más solitaria y monótona.
Por ello, los mayores buscan continuamente actividades para enfrentarse a un enemigo tan fuerte como es el paso del tiempo y muchos se agarran a un deporte que, aunque vive en el tópico de estar asociado a la tercera edad, lo practican miles de jóvenes en toda España, como es la petanca.
Hace unos meses, el Ayuntamiento, tras la solicitud del Centro de Mayores, instaló una pista de petanca en un entorno idóneo por su tranquilidad y ubicación, como es el parque de La Reja, y la recepción no ha podido ser mejor. «Venimos unas 20 personas por la mañana y otras 15 por la tarde», confiesa Pablo Oliva, el precursor de una idea que ha dado mucha vida a la tercera edad taranconera. «Esto forma parte del envejecimiento activo de las personas mayores, y es ampliamente beneficioso porque es un juego de equilibrio en el que trabajan cuerpo y mente y es súper sencillo de jugar», admite.
Una decena de personas mayores se junta cada mañana para jugar unas partidas de petanca - Foto: A.F.Y no solo eso, sino que a nivel social, la petanca es un punto de encuentro para que estas personas salgan de la rutina, luchen contra el tedio, dejen aparcados por un momento sus problemas personales y se centren en divertirse, en compartir momentos y en socializar. Y es que, visto el ritmo frenético con el que el mundo avanza hoy en día, parece dejar atrás a nuestros mayores. «Estamos en un entorno fantástico, al aire libre, y sin molestar a nadie. Es una forma de socializar y esta pista no sirve solo para jugar, también para salir de la soledad que tenemos en casa, que eso ayuda», confiesa Oliva.
Asimismo, el Ayuntamiento se ha comprometido a añadir una nueva pista de manera paralela a la que ya hay, porque debido a la afluencia que tienen cada día, el hecho de haber solamente una les impide practicar de la manera que ellos desean. «En Tarancón está naciendo una afición a la petanca y una pista ahora mismo se nos queda corta, debido a que no podemos estar seis personas jugando y otras veinte mirando», indica Oliva.
Ese es uno de los objetivos a corto plazo que tienen en este grupo, aunque no es el único, gracias a que, con una nueva pista, se puede ampliar la afición. «He hablado con las asociaciones locales para que las personas con discapacidad asistan un día a la semana a aprender a jugar, además de que tenemos en mente organizar una liga local cuando haya dos pistas».
En definitiva, la práctica de la petanca se presenta como una forma sencilla y accesible para que los mayores disfruten de una vida más plena, saludable y conectada con los demás, sin olvidar los beneficios físicos, como la mejora de su coordinación, y el enorme impacto positivo para su salud mental, además de ser una alternativa para luchar contra el aislamiento.