Inolvidable centenario

Manu Reina
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Rober Gutiérrez celebra cien partidos al frente del equipo y destaca que «el día más especial, sin duda alguna, es el del ascenso en casa frente al Tarancón, porque culminas un gran objetivo, un gran reto personal y del club»

Inolvidable centenario - Foto: Reyes Martínez

Cien partidos en el banquillo del Conquense. Se dice pronto, pero el camino recorrido por Rober Gutiérrez al frente de la Balompédica ha sido una travesía llena de momentos inolvidables, desafíos superados y objetivos cumplidos. El técnico almeriense, que llegó al club en la temporada 2022/2023, ha logrado en apenas tres años y medio dejar una huella imborrable en la historia de la entidad. Su labor ha sido clave para devolver la ilusión a la afición conquense y consolidar al equipo en Segunda RFEF.

Desde su aterrizaje en Cuenca, Gutiérrez asumió el reto con ambición y determinación. En su primera temporada, rozó el playoff de ascenso, quedándose a las puertas de disputar la fase de ascenso. «Ese año fue duro porque al final no conseguimos meter el equipo en playoff. El Conquense es un club que, sobre todo en Tercera, siempre tiene que aspirar a ello», recuerda el entrenador. Sin embargo, lo mejor estaba por venir. En su segundo año, con una campaña sobresaliente, logró el ansiado ascenso a Segunda RFEF. «Fue un año inolvidable, muy difícil de repetir. A pesar de los problemas económicos del club, la junta directiva se mató para que el día a día fuera plácido», destaca.

Ya en la cuarta categoría del fútbol español, Gutiérrez ha logrado que el equipo navegue con solidez en la categoría, asegurando prácticamente la permanencia con unos resultados positivos. Pero el objetivo no se queda ahí. El Conquense sueña con disputar la Copa del Rey y el técnico lo tiene claro. «Estamos muy ilusionados con el reto de conseguir los máximos puntos posibles, a ver si nos da la opción de meternos en Copa», explica.

Inolvidable centenarioInolvidable centenario - Foto: Reyes Martínez

Entre tantos partidos, hay momentos que quedan grabados en la memoria. «El día más especial sin duda alguna es el del ascenso, porque culminas un gran objetivo, un gran reto personal y del club». No obstante, «la noche más mágica fue contra la Real Sociedad. Ver La Fuensanta llena por primera vez en la historia y poder representar al equipo en el banquillo fue indescriptible».

Más allá de los logros deportivos, Gutiérrez ha trabajado por devolverle a la ciudad el sentimiento de pertenencia hacia la Balompédica. «No sé si hemos conseguido sumar mucha más gente al barco, pero lo que sí hemos recuperado es esa ilusión por la Balompédica. Cada vez veo más niños con camisetas del equipo, que acuden al campo, que quieren hacerse fotos con los jugadores», afirma con orgullo. Parte de ese éxito ha sido convertir La Fuensanta en un fortín. «Los últimos dos años hemos sido muy fuertes en casa, y eso también ha ayudado a que la gente se ilusione».

Al hacer balance de su centenario de partidos, Gutiérrez tiene claro el sello que ha intentado impregnar en su equipo. «Las señas de identidad están muy claras: un equipo con mucha personalidad, carácter, que compite, que trata bien el balón y que sabe adaptarse a los contextos. Somos roqueros, nos gusta el rock and roll y en La Fuensanta se ha podido ver un equipo que transita bien, que es vertical, que ataca y no especula». 

Contrato. Con contrato hasta junio, agradecido siempre por las oportunidades que le han dado en la entidad blanquinegra, su futuro en el club es una incógnita, pero su cariño por Cuenca y la Balompédica es innegable. «Estoy a gusto aquí, la considero mi casa. Cuando acabe la temporada veremos qué es lo mejor para todos, pero siempre llevaré a Cuenca en mi corazón».

Un centenario de partidos con el Conquense que refleja un proyecto consolidado, con una identidad reconocible y con un técnico que ha sabido llevar a la Balompédica a un nuevo nivel. Y, quién sabe, quizás aún le queden otros 100 partidos más por delante.